Las pel¨ªculas que nadie quer¨ªa hacer

De no haber sido miembro de los Beatles, George Harrison tambi¨¦n habr¨ªa pasado a la historia del arte. Y ya es complicado encontrar un caso igual.

Integrante del mejor grupo de m¨²sica popular de la historia, autor de Here Comes The Sun y de algunas de las m¨¢s bellas canciones de siempre, Harrison produjo, en una tarea bastante m¨¢s desconocida, algunos de los t¨ªtulos m¨¢s ins¨®litos, atrevidos y libres del cine brit¨¢nico. Las pel¨ªculas que los dem¨¢s no quer¨ªan hacer.

La vida de Brian, de Terry Jones; El largo Viernes Santo, de John Mckenzie; Los h¨¦roes del tiempo, de Terry Gilliam;: Mona Lisa, de Neil Jordan; Withnail y yo, de Bruce Robinson; Ruta 29, de Nicolas Roeg. La lista impresiona, y no solo por la calidad de las obras. Sobre todo, por sus tem¨¢ticas y estilos: parodias religiosas, violencia extrema, mafia y terrorismo pol¨ªtico, aventuras adultas para ni?os, homosexualidad, drogadicci¨®n, alcoholismo, incesto. Son seis de la veintena larga de pel¨ªculas que HandMade, la compa?¨ªa creada por Harrison, financi¨® en poco m¨¢s de una d¨¦cada. Todas comparten el hecho de ser producciones suicidas, y el canal de televisi¨®n SundanceTV las ha unido en un documental que hoy se estrena en salas de cine, An Accidental Studio, el relato de un imprevisto: que Harrison se convirtiera en productor gracias a los Monty Python, que se hab¨ªan quedado sin dinero para terminar La vida de Brian tras la huida de algunos de sus apoyos y las presiones pol¨ªticas, sociales y religiosas ya durante el rodaje. El beatle se lo prest¨®, previa hipoteca de su propia mansi¨®n, y el resto es historia: una carrera hacia delante, donde casi todos los que acud¨ªan a las oficinas de su empresa reci¨¦n creada ten¨ªan una misma raz¨®n. Nadie les escuchaba, salvo Harrison y sus ayudantes.

Bill Jones, Kim Legatt y Ben Timlett son los directores de este documento, quiz¨¢ demasiado convencional en sus formas pero muy jugoso en su interior, tanto por lo sorprendentemente desconocido del proceso (incluso de las pel¨ªculas, convertidas en obras de culto m¨¢s que en productos populares) como por la plena actualidad de sus interioridades, en un panorama cinematogr¨¢fico como el actual, donde la mayor¨ªa de las producciones de HandMade de entonces ser¨ªan hoy inviables.

Con declaraciones exclusivas para el propio documental de algunos de los directores, guionistas e int¨¦rpretes de los t¨ªtulos m¨¢s relevantes, material de archivo con Harrison, incluyendo un par de largas entrevistas sobre su labor como productor, amplia documentaci¨®n de prensa y, por supuesto, secuencias y an¨¢lisis de las pel¨ªculas, An Accidental Studio es una gozada para los cin¨¦filos, y un curso de sentido com¨²n, de falta de vanidad y de sabidur¨ªa en cada declaraci¨®n de Harrison. E incluso acaba encontrando su propio villano en la persona de Denis O¡¯Brien, el socio financiero en HandMade, figura paradigm¨¢tica y nada infrecuente: el cl¨¢sico gerente especialista en n¨²meros, que se aparta de la tarea de la que realmente sabe para, adue?¨¢ndose de la soberbia y la ambici¨®n que no ten¨ªa Harrison, ir metiendo baza en una vertiente art¨ªstica que desconoc¨ªa por completo.