El triple beso de Eloy de la Iglesia
El universo creativo del cineasta inunda el espacio de Tabacalera de Madrid en la primera muestra que recoge todas sus pel¨ªculas, sus colaboraciones en televisi¨®n y en el teatro
Hay una narrativa suspendida que rodea a esas otras narrativas que componen las exposiciones y que muchas veces provoca momentos m¨¢gicos. Pienso en la muestra de Eloy de la Iglesia (Zarautz, 1944-Madrid, 2006) en Tabacalera, por ejemplo. En lo cerca que estaba de ella la exposici¨®n sobre Cine quinqui de los 80 en La Casa Encendida otro verano, el de 2010. Y en c¨®mo esas salas acogen ahora una exposici¨®n como la de Ceesepe y su primera ¨¦poca, cuando despuntaba en la escena underground como un dibujante de historietas. Catorce a?os m¨¢s joven que Eloy de la Iglesia, Ceesepe formaba parte de una generaci¨®n muy joven cuando muri¨® Franco, y no tard¨® en convertirse en uno de los nombres m¨¢s populares de la mitificada Movida. Una Movida, a su vez, que han vuelto a poner en valor hace unos d¨ªas los Encuentros de Arl¨¦s con una gran exposici¨®n.
Eloy de la Iglesia, por su parte, pertenece a esa estirpe de genios malditos en la que tambi¨¦n se encuentran Rainer Werner Fassbibder y Bernard Marie Kolt¨¨s, de la misma generaci¨®n, todos viscerales, excesivos, melodram¨¢ticos y atormentados, y quiz¨¢s por ello, los mejores observadores privilegiados del rev¨¦s de los valores peque?oburgueses. De la Iglesia comenz¨® su carrera cinematogr¨¢fica casi una d¨¦cada antes de la muerte de Franco y ese desfase temporal es lo primero que se ve en esta exposici¨®n comisariada por Pedro Usabiaga, y que el a?o pasado estuvo en la otra Tabakalera, la de San Sebasti¨¢n. Sus primeras pel¨ªculas son thrillers de inspiraci¨®n italiana o remedos de un cine seudocientifico. Una gota de sangre para morir amando (1973) es casi una versi¨®n libre de La naranja mec¨¢nica (1971) de Kubrick. De esos a?os es La semana del asesino (1972), en la que por primera vez, y pese a ser censurada, se aborda en el cine espa?ol el tema de la homosexualidad. Aunque el Eloy de la Iglesia m¨¢s singular, el que firma ese cine transgresor, lascivo aunque a la vez tierno, tan osado como necesario, lleg¨® un poco m¨¢s tarde. Son esas pel¨ªculas del comienzo de la democracia, las que los cr¨ªticos adjetivaron ¡°quinqui¡±, algo que ¨¦l, por cierto, detestaba, las que mejor reflejan su esp¨ªritu descarnado, soez e iconoclasta. Tanto como escenas tan m¨ªticas como el triple beso de El diputado (1987), los viajes dentro de El pico (1983) o cualquiera de las escenas de La estanquera de Vallecas (1987).
La muestra funciona tanto para los que conocen perfectamente su cine, porque lo amplifica, como para generaciones m¨¢s j¨®venes que no se hayan acercado a su trabajo. Seguramente una de las mejores exposiciones que pueden verse ahora en Madrid.
Eloy de la Iglesia. Oscuro objeto de deseo.?Tabacalera. Madrid. Hasta el 8 de septiembre.
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