Quentin Tarantino: ¡°Ya no es f¨¢cil ser un provocador¡±
El cineasta estrena ¡®?rase una vez en... Hollywood¡¯, un canto de amor al cine y a la ciudad de su infancia, Los ?ngeles, que perdi¨® la inocencia con el asesinato de Sharon Tate
A nadie debe extra?arle que Quentin Tarantino encontrara su inspiraci¨®n para ?rase una vez en... Hollywood en el cine. A un cin¨¦filo como ¨¦l le resonaron en la cabeza las palabras de John Milius en El juez de la horca. ¡°Las cosas no son como fueron sino como deber¨ªan haber sido¡±, recuerda el realizador con grandes carcajadas. Su novena ¡ªy como no deja de recordar, la pen¨²ltima antes de retirarse¡ª pel¨ªcula es una visi¨®n muy personal del Los ?ngeles que ¨¦l conoci¨® en su infancia, un Hollywood donde a¨²n no exist¨ªan barreras entre estrellas y espectadores, en el que estaban aterrizando una nueva hornada de creadores ¡ªliderados en ese momento por Francis Ford Coppola, Arthur Penn y Mike Nichols¡ª, un para¨ªso de libertad que se derrumb¨® el 9 de agosto de 1969 con el salvaje asesinato de Sharon Tate y sus amigos por parte de La Familia, la secta de Charles Manson. Hace ya medio siglo de aquel crimen con el que tambi¨¦n juega Tarantino en su filme, que homenajea a Tate a trav¨¦s del bello retrato, repleto de inocencia y felicidad, que realiza con su interpretaci¨®n Margot Robbie.
Por eso, ese soplo de nostalgia no atiende tanto a la realidad como a los recuerdos de Tarantino, que aunque nacido en 1963 en Tennessee vive en la ciudad de los sue?os desde que ten¨ªa tres a?os. ¡°?rase una vez en... Hollywood es mi especie de Roma [la pel¨ªcula de Alfonso Cuar¨®n]. Un momento descrito tal y como qued¨® en mi memoria¡±, confiesa deleit¨¢ndose en estos recuerdos. La cadena KHJ en la radio, los paseos por Los ?ngeles en un Karmann Ghia contemplando desde el coche las marquesinas de los teatros, los anuncios fluorescentes y el paisaje de barrios como Cielo Drive, en los que viv¨ªan las estrellas de entonces. Lugares que alimentaron esta f¨¢bula en una persona que desde ni?o absorbe los detalles de todo lo que le rodea. "Porque para m¨ª los detalles son muy importantes", advierte.
Charlar con Tarantino sobre la pel¨ªcula que se estrena en Espa?a el pr¨®ximo jueves 15 es hablar con una enciclopedia de cine. Desde las pel¨ªculas de Elke Sommer (M¨¢s peligrosas que los hombres es el primer filme que recuerda haber visto en un cine) a la obra del realizador filipino Cirio H. Santiago, del que posee una extensa colecci¨®n de DVD, pasando por la admiraci¨®n que siente por Chicho Ib¨¢?ez Serrador. Por eso m¨¢s que con notas, a sus estrellas las aliment¨® a base de pel¨ªculas. A Brad Pitt le mostr¨® Billy, el defensor (1971) para encontrar el personaje de Cliff Booth, un doble de acci¨®n que ha conocido mejores tiempos. ¡°Con Leo [DiCaprio] fue una negociaci¨®n m¨¢s larga porque interpreta casi tres personajes diferentes. Est¨¢ Rick Dalton ¡ªfigura vagamente inspirada en Burt Reynolds, confes¨® en otra ocasi¨®n¡ª, pero tambi¨¦n est¨¢ Caleb, el personaje que interpreta en el episodio piloto de Lancet, o los otros cuatro o cinco papeles en los que le vemos en diversas pel¨ªculas. Le ense?¨¦ a Edd Byrnes, que hizo de Kookie en 77 Sunset Strip. A Ty Harden. A Ralph Meeker, uno de mis actores preferidos. A Pete Duel. Fue muy divertido porque Brad y yo tenemos la misma edad, pero Leo no los conoc¨ªa y pude ver c¨®mo le intrig¨®¡±, paladea su subversi¨®n. No es necesario que sus espectadores lo sepan todo. Que conozcan a Steve McQueen, a la secta de Charles Manson o distingan los detalles ya desaparecidos de una ciudad siempre mutante. Tarantino tampoco lo sabe todo.
Por ejemplo, la canci¨®n de Los Bravos que utiliza en el filme le era completamente ajena incluso aunque describa su colecci¨®n de discos como una minitienda sin secci¨®n de salsa. ¡°Bring A Little Lovin' fue uno de los mayores hallazgos de mi carrera. La escuch¨¦ y me pareci¨® incre¨ªble. Cuando la o¨ª por segunda vez supe que la incluir¨ªa en la pel¨ªcula¡±, record¨®. Tambi¨¦n pens¨® en rodar en Almer¨ªa la parte dedicada al spaghetti western, ciudad que siempre quiso conocer para seguir los pasos de otro de sus ¨ªdolos, Sergio Leone. Al final, se qued¨® en Los ?ngeles, para filmar en restaurantes como Musso & Frank, El Coyote ¡ªque no tuvo ni que redecorar¡ª o Casa Vega, donde han celebrado su aparici¨®n en ?rase una vez en... Hollywood con una margarita que lleva su nombre: The Tarantino.
Ahora que anuncia que solo le queda una pel¨ªcula m¨¢s, para el realizador el mayor logro de su carrera fue la Palma de Oro que recibi¨® en Cannes hace 25 a?os con Pulp Fiction. ¡°S¨¦ que es solo un premio. Sin embargo, no hay mayor reconocimiento que ser parte de la lista de directores ganadores en Cannes que... el de estar en el listado de los que nunca lograron la Palma¡±, se r¨ªe. Tarantino tambi¨¦n tiene dos Oscars como guionista por Pulp Fiction y Malditos bastardos. Y ?rase una vez en... Hollywood podr¨ªa conseguirle m¨¢s estatuillas. No todo son alabanzas. La pel¨ªcula tambi¨¦n tiene sus detractores que, como The New Yorker, critican la glorificaci¨®n machista y racista de a?os pasados, o Los Angeles Times, descontentos con su excesiva nostalgia. ¡°Ya no soy ni joven ni estoy enfadado con el mundo¡±, adelanta. En mayo en Cannes comenz¨® a explicar que su vida ha cambiado ¡ªincluso ha abandonado su costumbre de ver dos y tres pel¨ªculas diarias¡ª desde que se cas¨® con la cantante israel¨ª Daniella Pick. ¡°Ya no es f¨¢cil ser un provocador. Tienes que pagar por ello".
Al inicio de su carrera, el cineasta fue un revulsivo, alguien que desde su segunda pel¨ªcula, Reservoir Dogs (1992) ¡ªde la primera, My Best Friend's Birthday, (1987) solo se pueden ver algunos fragmentos ahondando en los s¨®tanos de YouTube¡ª se convirti¨® en la voz de toda generaci¨®n de cin¨¦filos nacidos al calor del VHS: el mismo Tarantino aliment¨® su cultura cinematogr¨¢fica gracias a que trabaj¨® como dependiente de un videoclub, el Video Archives en Manhattan Beach. Su estilo, que deglute todo tipo de referencias y g¨¦neros, ha creado una ola de seguidores que no han llegado a hacerle sombra. Y desde hace tiempo, el cineasta ya avisaba: no se ve¨ªa a los 60 a?os localizando exteriores. Podr¨ªa seguir creando, aunque como guionista o escritor de novelas.
Tarantino ahonda en esta confesi¨®n: "Est¨¢ claro que me pienso m¨¢s las cosas. Ahora bien, tampoco voy a caer en asumir los valores que te impone la sociedad actual. Puedes rechazar lo que hago o quiz¨¢ puede que te guste, de acuerdo, pero lo que no pienso es cambiar mi obra para adecuarme a la actual correcci¨®n pol¨ªtica¡±, afirma con un silencio final. "Y eso es cierto", agrega leyendo su propio silencio. "Es cierto que dije que me retirar¨ªa al filmar mi d¨¦cimo filme y lo mantengo. Siento que he hecho el trabajo que quer¨ªa hacer. ?rase una vez en... Hollywood es de alg¨²n modo la suma de mi carrera. No lo hab¨ªa planeado as¨ª, aunque he descubierto que hay un poquito de todos mis filmes en ella. As¨ª que ha llegado el momento de devolver los caballos al corral¡±.
Los gui?os a Espa?a de Quentin Tarantino
Que Quentin Tarantino saque en una de sus pel¨ªculas una canci¨®n de Los Bravos ¡ªBring a Little Lovin' se escucha en ?rase una vez en... Hollywood¡ª no sorprende a sus seguidores. Pero que en un filme de Hollywood sobre Hollywood se mente el nombre del madrile?o Rafael Romero Marchent, artesano del spaghetti western de los sesenta y setenta, director de una de las mejores pel¨ªculas del emblem¨¢tico luchador mexicano Santo, Santo contra el Dr. Muerte (1973), y realizador de series televisivas como Curro Jim¨¦nez, es de ultracinefilia galopante. En un momento dado, Tarantino env¨ªa a su protagonista, Rick Dalton (Leonardo DiCaprio) a rodar a Almer¨ªa spaghetti westerns (?como Clint Eastwood?) y all¨ª colabora con el italiano Sergio Corbucci ¡ªnombre fundamental, junto a su admirado Sergio Leone, en el coraz¨®n del cineasta estadounidense¡ª y con Romero Marchent. En ese instante, Tarantino exprime su colecci¨®n de carteles y coloca a su protagonista en algunas de las pel¨ªculas de la ¨¦poca, o juega con los t¨ªtulos de ellas. En aquellos a?os, Romero Marchent estaba en plena producci¨®n y enlaz¨® t¨ªtulos como ?Qui¨¦n grita venganza? (1968), Garringo (1969) y El Zorro justiciero (1969). Desde luego, en Garringo el personaje de DiCaprio podr¨ªa haber sustituido a Anthony Steffen como el teniente Garringo, que sale a la caza de un fuera de la ley que se dedica a matar soldados.
Cuando en junio de 2004 el cineasta visit¨® Madrid para promocionar Kill Bill. Volumen 2, se escap¨® un rato del hotel en el que atend¨ªa a la prensa para curiosear entre los fondos de la librer¨ªa Ocho y Medio. All¨ª no solo quiso adquirir carteles de las dos pel¨ªculas de Chicho Ib¨¢?ez Serrador (La residencia y ?Qui¨¦n puede matar a un ni?o?), sino que pregunt¨® por carteles dibujados por el ilustrador valenciano Jos¨¦ Peris Arago, m¨¢s conocido como Jano, una potencia art¨ªstica en el mundo del afiche (los programas de mano) y de la carteler¨ªa cinematogr¨¢fica. Por cierto, atenci¨®n a los carteles que aparecen en los decorados en esa ocasi¨®n, porque tambi¨¦n hay sorpresas.
Varias pel¨ªculas de Tarantino esconden gui?os a Espa?a. Al final de Jackie Brown (1997), la protagonista le cuenta al personaje que encarna Robert Foster su intenci¨®n de mudarse a Espa?a. El prestamista le pregunta si a Madrid o a Barcelona y le explica que en el pa¨ªs no se cena hasta medianoche. En Kill Bill. Volumen 1 (2003), uno de sus cap¨ªtulos toma el nombre de La novia ensangrentada, de Vicente Aranda. En el Volumen 2 (2004) suena Tu mir¨¢, de Lole y Manuel. Tanto en Death Proof como en Los odiosos ocho ya aparece la referencia a Romero Marchent: en la primera se ve el cartel de El l¨ªmite del amor (1976); en la segunda el honor recae en su hermano, Joaqu¨ªn Romero Marchent: su eurowestern Condenado a vivir fue una influencia clara en la trama de la pel¨ªcula de Tarantino.
Babelia
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