La infancia de un c¨®mico

Un ni?o con una innata capacidad para contagiar la risa, criado en un entorno dominado por una madre con una irresistible tendencia a la tristeza y a la depresi¨®n. La amalgama es de una complejidad extrema, y as¨ª viene a describir su propia infancia el c¨®mico, presentador de radio y televisi¨®n y divulgador alem¨¢n Hape Kerkeling en uno de sus libros autobiogr¨¢ficos, Este ni?o necesita aire fresco, dedicado a la ni?ez en la Rep¨²blica Federal de Alemania de principios de los a?os setenta. Espontaneidad y gracia, frente a desconsuelo y abatimiento: ?c¨®mo narrar en una dramatizaci¨®n para la pantalla esa perturbadora situaci¨®n familiar?

Entre las variadas opciones tonales, la veterana directora alemana Caroline Link, dos veces candidata al Oscar a la mejor pel¨ªcula de habla no inglesa, por M¨¢s all¨¢ del silencio (1996) y En un lugar de ?frica (2001), la segunda con premio, ha elegido el melodrama de buenos sentimientos y superaci¨®n, y ha rodeado ambas existencias, la del cr¨ªo y la de su madre, de una serie de personajes de distinguido carisma. El resultado es un relato de narrativa un tanto al margen, que establece su engranaje en la modulaci¨®n y en el colorido, y no tanto en las situaciones y a¨²n menos en los textos, pues se alimenta de much¨ªsimas secuencias, la mayor¨ªa de ellas inusitadamente cortas, y con poco di¨¢logo.

Con un fort¨ªsimo apoyo musical (ah¨ª est¨¢ el melo del drama), tanto de la banda sonora como de la colecci¨®n de canciones escogida, Este ni?o necesita aire fresco retrotrae as¨ª al esp¨ªritu Amelie, tan utilizado durante estas dos ¨²ltimas d¨¦cadas, en tres vertientes distintas: el retrato coral de personajes fuera de norma; el sonido principal del acorde¨®n en su m¨²sica, y la utilizaci¨®n de una fotograf¨ªa de colores muy contrastados.

Link, cuya ¨²ltima pel¨ªcula estrenada en Espa?a fue la notable Destino Marrakech (2013), prefiere el sentimiento superficial al desarrollo de ciertos apuntes de inter¨¦s dram¨¢tico: la relaci¨®n entre la aflicci¨®n materna y las vivencias infantiles durante la guerra (esa sirena de infames recuerdos), o el hecho de que los abuelos y abuelas del chico sean mucho m¨¢s tolerantes que los integrantes de la segunda generaci¨®n. Pero el c¨¢lculo de c¨®mo bregar con la alegr¨ªa y con el dolor est¨¢ bien dosificado, conformando de este modo una obra cuya primera intenci¨®n es hacer sentir bien al espectador con cualidades a veces tan pasadas de moda como la bondad, la tolerancia y la gracia, y sin llegar a convertirse en meliflua.