San Joaqu¨ªn y el padre Alejo
Hace 20 a?os, Joaqu¨ªn Sabina y Alejo Stivel remataron '19 d¨ªas y 500 noches'. Una obra cumbre con su consiguiente maldici¨®n: separados, no han vuelto a hacer nada comparable

Esta semana se cumplen 20 a?os de la publicaci¨®n de 19 d¨ªas y 500 noches. Cierto: como excusa para hablar del ¨¢lbum es bastante endeble. Pero uno debe agarrarse a lo que pueda ya que ¡ªextra?os prejuicios de la era preindustrial¡ª en Espa?a se suele conceder mayor espacio a un concierto para mil personas que a un disco que llega a millones de oyentes.
Igualmente raro que se publiquen libros que exploren un disco made in Spain. Nuestras editoriales prefieren los tomos muy chulis donde los m¨²sicos hablan de viajes o decoraci¨®n. As¨ª que se agradecen esfuerzos como 19 d¨ªas y 500 noches. Sabina fin de siglo (Efe Eme).
Como se trata del libro de un amigo, debo comenzar dando cera, para que nadie piense mal. El autor, Juan Puchades, no llega a contextualizar esta proeza de Sabina. En 1999 sal¨ªa Honestidad brutal, descarnado doble de Andr¨¦s Calamaro que replanteaba los l¨ªmites de la sinceridad y... la productividad. Tambi¨¦n aparec¨ªa el primer compacto de Love of Lesbian, aunque cantado en ingl¨¦s. Pero lo que realmente petaba era Caf¨¦ Quijano, con La Lola; al poco, el PP de Castilla y Le¨®n obligaba a que todos los ayuntamientos grandes de la regi¨®n contrataran a los hermanos. Ver¨ªdico, pero nos estamos alejando del asunto.

El asunto, el dilema o como lo quieran llamar era la irregularidad de Sabina como artista. Sacaba elep¨¦s de producci¨®n incierta, mezclando joyas y gracietas, siempre con portadas atrabiliarias. De repente, en septiembre de 1999, publicaba un disco de presentaci¨®n atractiva, con un alt¨ªsimo porcentaje de aciertos, con un sonido gru?¨®n y una voz convincente.
No solo sorprend¨ªa que Joaqu¨ªn sacara algo tan torrencial. Alucinabas al saber que el responsable era Alejo Tequila Stivel. Gran tipo pero un productor complaciente, al que la industria recurr¨ªa a la hora de elaborar discos de m¨ªnimo com¨²n denominador (para que se hagan una idea: ?a qui¨¦n encargaron producir el primer ¨¢lbum de Rosa de Espa?a? Exacto). Resultaba imposible imaginarlos juntos: como tantos arrepentidos, Stivel prohib¨ªa hasta el tabaco a su alrededor, mientras que Joaqu¨ªn todav¨ªa ejerc¨ªa de oso hormiguero.
Sin embargo, con un nuevo equipo de instrumentistas (argentinos, en su mayor¨ªa), Sabina se esforz¨® y super¨® lo que parec¨ªa su versi¨®n del s¨ªndrome Orson Welles, ya saben, la resistencia a dar un trabajo por acabado. Stivel tuvo que ponerse duro para terminar: le estaba esperando M-Clan, imaginen, el destino del rock murciano en el aire. Para entonces, hab¨ªan cosechado unas veinte canciones, muchas de larga duraci¨®n. Bendiciones sean dadas al capo de Ariola/BMG, Jos¨¦ Mar¨ªa C¨¢mara, que se puso firme e impidi¨® editarlo como doble.
Hizo bien. Con sus 13 cortes, aqu¨ª apenas hay desperdicio. Podr¨ªamos discutir si se justifica el chiste de cornudos titulado Pero que hermosas eran; urge se?alar que el argumento del formidable Caso de la rubia platino tiene m¨¢s cabos sueltos que una novela de Raymond Chandler; no hablemos del suced¨¢neo afrocubano que cierra Dieguitos y Mafaldas. Tropiezos menores ante el embriagador combinado de autobiograf¨ªa, ficci¨®n, retazos de realidad y ejercicios de estilo que integran 19 d¨ªas y 500 noches.
Entrevistando a los participantes, Puchades destapa muchos secretos del disco. La verdadera aportaci¨®n de Toni Oliver. El minucioso trabajo con las guitarras. El desquiciado plan de aliarse con Ducados para lanzar el disco con una envoltura ad hoc. El miedo a tocar en directo la canci¨®n suprema del ¨¢lbum, De pur¨ªsima y oro, un imp¨¢vido retrato del primer franquismo que no encajar¨ªa en esas ceremonias de adoraci¨®n que son los conciertos de san Joaqu¨ªn.
Dicen que no hay buena obra que no tenga su castigo. Sabina ha ascendido al nivel de fen¨®meno social que ahora vende grandes giras, sonetos, garabatos, documentales, biopics... de todo menos canciones con pegada. Stivel, por el contrario, se ha arruinado. De repente, la constataci¨®n de que ya no se podr¨ªa hacer otro 19 d¨ªas y 500 noches. Literalmente. No solo por la deriva de sus protagonistas: los tres estudios donde se grab¨® ya no existen.
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