Todo es insoportable
¡®G¨¦nie la Loca¡¯ novela la cruda infancia sin para¨ªso de una ni?a. In¨¨s Cagnati mide su dolor por la felicidad que dan las cosas que le son arrebatadas
No s¨¦ c¨®mo hablar de este libro para no desmerecerlo. El roce entre tristeza y cultura ahuyenta a la clientela. No ahorramos la tristeza cuando dedicamos algunas horas de nuestros ocupados d¨ªas a la delectaci¨®n en aterciopeladas literaturas. Los parques de atracciones son m¨¢s peligrosos. La tristeza no hace mordernos la lengua a quienes escribimos: Cagnati no se autocensur¨® cuando recibi¨® su premio Deux Magots por G¨¦nie la Loca en 1977 y la decisi¨®n de publicarlo hoy engrandece a Errata Naturae. Lo triste solo se tolera en forma de llantina y regodeo en la pena que nos damos. Pero la narradora-hija de esta fuga merece todas las catarsis. Llorar le gusta. Se mete en la cama y piensa: ¡°Todo es insoportable¡±. A quienes leemos este libro no se nos deja espacio para llorar. Se queda el nudo.
G¨¦nie la Loca cuenta la historia de amor entre madre e hija. El amor es dif¨ªcil, nunca puro. Tiene m¨¢culas. No es un sentimiento natural, sino que est¨¢ condicionado por h¨¢bitos grupales. Ritos y formas de exclusi¨®n. El amor, m¨¢s all¨¢ del instinto, se aprende. En este punto, Cagnati circunda una infancia sin para¨ªso. La crudeza de la vida rural se plasma desde una mirada sensible que trata de normalizar el engorde monstruoso de las ocas y a la vez es apartada de esas visiones por una madre que ayuda a matar, embucha, vendimia, pero es consciente de que ciertas cosas no deber¨ªan verse antes de tiempo. La madre viene de otro lugar: su desclasamiento arraiga en el pecado carnal. La hija vive con temor de ser abandonada por G¨¦nie la Loca, ausente por culpa del trabajo y de un pasado terrible. Soledad. La hija es amor y recuerdo de una ca¨ªda: hasta los mejores sentimientos esconden aristas que no nos permiten gozarlos.
Esta preciosa prosa po¨¦tica habla de mujeres que no est¨¢n locas, sino tristes y mudas, y de ni?as que no deber¨ªan trabajar. G¨¦nie la Loca ama lo mejor que puede ¡ª¡°Ve a estudiar la lecci¨®n¡±¡ª; no desea que su hija sea solo cuerpo del sexo o del trabajo. Los hombres buscan mujeres que procreen y trabajen. Que callen. La narradora encuentra un aviador que querr¨¢ vivir de otro modo, pero la muerte reducir¨¢ esa posibilidad a palabrer¨ªa l¨ªrica. Existen al menos tres maneras de narrar lo insoportable: el silencio y el hueco que dibuja; el descarnado lujo de detalles que deriva en hip¨¦rbole sarc¨¢stica, y la v¨ªa simb¨®lica y r¨ªtmica que toma esta escritora francesa. Animales ¡ªlo que se come y se ama¡ª, madres ¡ªausencia/presencia para lo bueno y lo malo¡ª, casas, todo son s¨ªmbolos de doble faz. En la contradicci¨®n anida el dolor del coraz¨®n loco de una expresiva narradora que, a diferencia de su callada madre, no tiene nombre.
Cagnati perfila lo insoportable como si lo insoportable fuese natural, pasa a lo siguiente y lo insoportable se repite. Con las mismas palabras. No hay necesidad de alardear buscando palabras nuevas. El dolor se mide por la felicidad que dan las peque?as cosas que nos ser¨¢n hurtadas: amor materno, familia, clase, el romanticismo y sus lenguajes promisorios, sexualidad sin desgarros, el mar, el calor de una vaquilla ciega y de un pato llamado Benoit, la alegre guapura de un hermanito. Todo lo malo que podamos barruntar sucede en estas p¨¢ginas, con apariencia de cuento, que en realidad se asemejan m¨¢s a una canci¨®n azul de trabajo, degradaci¨®n, doble moral y violencia sostenida. Nana triste o blues. Una lecci¨®n y una preciosidad.
G¨¦nie la Loca. In¨¨s Cagnati. Traducci¨®n de Vanesa G. Cazorla. Errata Naturae, 2019. 190 p¨¢ginas. 17 euros.
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