Un viaje sangriento
Arturo Mac¨ªas sufri¨® una grave cogida en una corrida dificultosa de Santa Coloma
Viajar de M¨¦xico a Espa?a para participar en una sola corrida y que el primer toro le infiera una grave cornada en una pierna es mala suerte. Montar en el avi¨®n con la ilusi¨®n por las nubes y volver con los ¨¢nimos por los suelos no es plato de gusto.
Eso fue lo que le ocurri¨® al torero mexicano Arturo Mac¨ªas, que no hace campa?a europea desde 2010, pero vino en 2018 a Las Ventas para participar en un desaf¨ªo ganadero y como cort¨® una oreja lo han vuelto a invitar; pero, en esta ocasi¨®n, el resultado no ha sido el mismo.
Tuvo delante el ¨²nico toro anovillado de la tarde, manso, soso y descastado, con el que Mac¨ªas mostr¨® un toreo descafeinado, despegado e insulso. En las postrimer¨ªas de su movida labor, el toro lo enganch¨® por la pierna derecha en un descuido y le propin¨® una cornada, vista y no vista, sin voltereta, que no parec¨ªa tan seria como certifica el parte m¨¦dico.
PALLAR?S-REHUELGA/MAC?AS, OLIVA, DUFAU
Tres toros de Pallar¨¦s, -primero, segundo y el quinto, -este como sobrero- y tres de Rehuelga, correctamente presentados, a excepci¨®n del primero, mansurrones y sosos; destacaron el segundo y el cuarto, ovacionados en el arrastre.
Arturo Mac¨ªas: herido por su primer toro.
Oliva Soto: estocada perpendicular _aviso_ un descabello y el toro se echa (silencio); tres pinchazos y estocada (silencio); estocada trasera _aviso_ y un descabello (silencio).
Thomas Dufau: pinchazo y estocada baja (silencio); estocada trasera (ovaci¨®n); casi entera baja y atravesada _aviso_ y un descabello (silencio).
Parte m¨¦dico: Mac¨ªas sufri¨® una herida en la pierna derecha de 25 cm. que produce destrozos en m¨²sculos tibial anteriores y perineos, fractura de cuello del peron¨¦ y contunde nervio ci¨¢tico. Pron¨®stico grave.
Plaza de Las Ventas. 8 de septiembre. Primer desaf¨ªo ganadero. Algo m¨¢s de un cuarto de entrada (6.458 espectadores, seg¨²n la empresa).
Por este desgraciado azar, la corrida qued¨® en un mano entre dos toreros poco placeados, con m¨¢s voluntad que t¨¦cnica, condiciones y conocimiento, que no supieron aprovechar el dificultoso juego de los toros.
El festejo se anunciaba como un desaf¨ªo, pero no hubo tal, porque Pallar¨¦s y Rehuelga son dos ganader¨ªas hermanas, hijas del mismo tronco, Santa Coloma, y del mismo hierro, Joaqu¨ªn Buend¨ªa. M¨¢s que desaf¨ªo, rivalidad familiar que, al final, qued¨® en empate, pues hubo dos toros de aceptable juego, uno de cada ganadero.
La corrida fue diferente a lo que hoy se lleva, como corresponde a su origen; correctamente presentada, a excepci¨®n del primero, mansurrona en los caballos -solo el cuarto empuj¨® en varas y muy manso el sexto-, y sin entrega en el tercio final, sosa, descastada, con la cara a media altura y escasa duraci¨®n.
Los dos toros que destacaron por su movilidad y calidad correspondieron al franc¨¦s Thomas Dufau, que no aprovech¨® su suerte porque la casualidad no siempre existe. Torea poco, su tauromaquia carece de profundidad y, a pesar de su voluntad y esfuerzo, no dijo nada rese?able. No era f¨¢cil decirlo, no obstante, porque sus oponentes no eran tontos al uso moderno, sino toros que exig¨ªa un mando del que el torero carece. Ante el manso sexto solo pudo estar discreto.
El caso de Oliva Soto es similar. No est¨¢ preparado para estos desaf¨ªos. Muy desconfiado en todo momento, despegado siempre, sin firmeza alguna¡ Y as¨ª es imposible. Es verdad que sus toros no permitieron un atisbo de serenidad, pero ¨¦l no estuvo a la altura deseada.
Dicho de otro modo, ¨¦l y su compa?ero franc¨¦s est¨¢n, quiz¨¢, donde su propio destino los ha colocado; si no son capaces de dar un paso en corridas como esta, muy dif¨ªcil es que alcancen la meta so?ada.
Y ah¨ª est¨¢ el caso del mexicano: sin m¨¢s heroicidad que aceptar el reto, yace ahora en una cama de hospital. As¨ª de complicada es esta profesi¨®n; por eso, la inmensa mayor¨ªa de los humanos se dedica a otros menesteres.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.