Desesperante frialdad

Por segundo d¨ªa consecutivo, antes de que doblara el sexto toro, buena parte de los espectadores que acudieron a la plaza de toros de Albacete se levantaron y abandonaron sus localidades. No como se?al de protesta, simplemente por aburrimiento y desesperaci¨®n. Y por fr¨ªo. Este oto?o prematuro ha cogido a muchos de improviso y est¨¢ causando estragos.

¡°Cerveza, coca cola, ?agua fr¨ªa!¡±, exclamaban los vendedores de bebidas, con las neveras llenas y los bolsillos vac¨ªos. Si hubieran ido provistos de caf¨¦ o chocolate caliente habr¨ªan hecho el agosto. O si, al menos, lo acontecido en el ruedo hubiera colmado de emoci¨®n a los presentes. Pero tampoco. Como contagiados del ambiente, toros y toreros protagonizaron una tarde de desesperante frialdad.

Algo de calor transmitieron por momentos Rom¨¢n y Gin¨¦s Mar¨ªn. Ambos pusieron ganas y pegaron muchos pases, pero evidenciaron una preocupante falta de gusto y verdad. ?Qu¨¦ vulgaridad y ventajismo! Pese a que sus oponentes no se comieron a nadie, abusaron del pico, citaron fuera de cacho y remataron los muletazos a una distancia sideral. Y lo peor: apenas dijeron nada.

Firme anduvo Rom¨¢n frente al que abri¨® plaza, con fondo de manso, pero que sac¨® un punto de casta, movilidad y transmisi¨®n en el ¨²ltimo tercio. A la salida de un par de banderillas fue arrollado el subalterno El Sirio, que pas¨® a la enfermer¨ªa. Aunque el de Alcurruc¨¦n ped¨ªa ganar un paso y atacar m¨¢s, el valenciano casi nunca lo hizo. Tampoco aprovech¨® la buena clase del cuarto, que, aunque fue a menos, mereci¨® un mejor trato.

Por despaciosos delantales de manos bajas (algunos enganchados) recibi¨® Gin¨¦s Mar¨ªn al segundo, un animal que se arranc¨® con prontitud, pero que tuvo el defecto de rematar los muletazos con la cara a media altura, desentendido. Mar¨ªn, que comenz¨® la faena dobl¨¢ndose por bajo, rehus¨® colocarse en el sitio para torear en redondo, pero recurri¨® con eficacia a los cambiados por la espalda y a las bernadinas finales. Y cay¨® la oreja.

Aunque de nuevo anduvo vulgar y sufri¨® multitud de enganchones, los defectos y complicaciones de la raspa lidiada en quinto lugar -que al principio se dej¨® y mucho- le sirvieron para vender un valeroso ep¨ªlogo de faena y volver a poner a los tendidos de su parte.

Poco afortunado fue el debut en Albacete de David de Miranda, uno de los toreros revelaci¨®n de la temporada. Si bien es verdad que le correspondi¨® un lote infumable -el tercero se par¨® y el sexto fue un manso muy soso-, debi¨® estar mejor, sobre todo con la espada. En ambos turnos dio un mitin.