El escritor que llev¨® la novela negra a la Espa?a vac¨ªa
El centenario de Francisco Garc¨ªa Pav¨®n reaviva el debate sobre un referente del cuento y de la literatura policial. Gan¨® el premio de la Cr¨ªtica y el Nadal y dirigi¨® la editorial Taurus, pero sus miles de lectores han desaparecido
Sonia Garc¨ªa Soubriet guarda una carpeta con fotograf¨ªas en blanco y negro de su padre, el escritor Francisco Garc¨ªa Pav¨®n (Tomelloso, 1919-Madrid, 1989). En una imagen, Garc¨ªa Pav¨®n posa sonriendo frente a la tumba familiar, en el cementerio de Tomelloso, el mismo nicho en el que fue enterrado en 1989. ¡°A mi padre le atra¨ªa mucho la muerte¡±, comenta su hija. En la obra de Garc¨ªa Pav¨®n hay una constante aproximaci¨®n a la muerte, como reflejan estas l¨ªneas de Las hermanas coloradas: ¡°Hechas partijas de nuestros papeles, enseres y trajes, desmontado el nicho para otros vecinos y rota la l¨¢pida, lo que fue nuestra vida y presencia, nuestra palabra y dengue, quedaban tan fuera de la realidad, tan aire, como antes de haber nacido¡±. Garc¨ªa Pav¨®n gan¨® hace 50 a?os el Premio Nadal con esa novela. Tambi¨¦n en 2019, este mes, se ha conmemorado el centenario de su nacimiento, una efem¨¦ride que pocos recuerdan m¨¢s all¨¢ de su Tomelloso natal.
Las Cuestas del Hermano Diego son unas suaves colinas coronadas por un encinar. El terreno est¨¢ infestado de conejos y por doquier se ven vainas de cartuchos de caza. Las v¨ªas del tren entre Manzanares y Alc¨¢zar de San Juan surcan los campos de labranza de este espacio manchego; a lo lejos se oye el tr¨¢fico de los camiones que circulan por la autov¨ªa de los Vi?edos. En las Cuestas del Hermano Diego residi¨® un casillero de los ferrocarriles que saqueaba y degollaba a los meloneros de la zona. El caso, real, dio pie a la primera novela de Plinio, jefe de la Polic¨ªa Municipal de Tomelloso, y de su ayudante, el veterinario don Lotario. Plinio fue el primer personaje del g¨¦nero negro espa?ol y, con ¨¦l, Garc¨ªa Pav¨®n alcanz¨® la fama. Pero Garc¨ªa Pav¨®n tambi¨¦n fue doctor en Filosof¨ªa, director de la editorial Taurus entre 1960 y 1969, director de la Escuela Superior de Arte Dram¨¢tico de Madrid, ganador el Premio Nacional de la Cr¨ªtica y referente de las tertulias del Caf¨¦ Gij¨®n. Pese a su ascendente, sus libros est¨¢n descatalogados, excepto por una reedici¨®n institucional de la obra completa a cargo de la editorial Cuarto Centenario, un producto dif¨ªcilmente asequible para el gran p¨²blico. ¡°A Espa?a le faltan muchas cosas para tener arreglo; una de ellas, que Garc¨ªa Pav¨®n est¨¦ en las librer¨ªas¡±, escribi¨® en 2016 el periodista Enric Gonz¨¢lez.
La mala calidad de la serie de televisi¨®n basada en sus novelas, con guion de Garci, acab¨® por condenar al escritor
La plaza de Espa?a de Tomelloso era el eje del mundo de Garc¨ªa Pav¨®n. Ah¨ª est¨¢ el Ayuntamiento, desde donde Plinio oteaba el quehacer del pueblo; la comisar¨ªa est¨¢ a su lado, en el edificio donde Garc¨ªa Pav¨®n fund¨® la biblioteca municipal en 1950. ¡°A trav¨¦s de las ventanas de la biblioteca le ve¨ªas charlando con dos j¨®venes, F¨¦lix Grande y Eladio Caba?ero, uno vestido de alba?il, el otro de lechero¡±, cuenta Jos¨¦ Luis Albi?ana, 91 a?os, periodista local jubilado. Los poetas Grande y Caba?ero fueron sus disc¨ªpulos. Albi?ana evoca los nombres y an¨¦cdotas de autores que visitaron Tomelloso con Garc¨ªa Pav¨®n: Camilo Jos¨¦ Cela, Gerardo Diego, Paco Umbral, Antonio Gala o Josep Pla. El autor ampurdan¨¦s estuvo en el Casino de San Fernando acompa?ado por Josep Verg¨¦s, editor de Destino. Tras el fallecimiento de Garc¨ªa Pav¨®n, Verg¨¦s envi¨® una carta a la viuda, Maribel Soubriet, en la que elogiaba a su marido como ¡°el mejor de los escritores que tuve en Destino¡±.
En la plaza de Espa?a se encuentra precisamente el San Fernando, el centro de informaci¨®n del escritor. De all¨ª sal¨ªa con los datos necesarios para construir sus relatos, como fue con el caso del asesino de los meloneros, relatado por su amigo Luis Torres. Su hija, Roc¨ªo Torres, es la directora de la biblioteca municipal y la creadora de una Ruta Garc¨ªa Pav¨®n que ofrece el Ayuntamiento. Torres muestra el tresillo en el que se sentaba Garc¨ªa Pav¨®n, aparcado en la planta superior de un casino desangelado, lejos del bullicio de anta?o. La ruta tem¨¢tica empieza en la biblioteca y termina en el cementerio. Todav¨ªa hay un cartel que indica la ubicaci¨®n del antiguo dep¨®sito de cad¨¢veres, donde transcurre la acci¨®n en El reinado de Witiza: ¡°Por la puerta abierta de la sala del Dep¨®sito, sal¨ªa la pobre luz que velaba al muerto. Esta escena as¨ª, quieta, como una fotograf¨ªa oscura, quedar¨ªa durante toda la vida en la memoria de los que all¨ª estaban¡±.
El Ayuntamiento ha remozado este verano la plaza y ha instalado frente al Casino de San Fernando una escultura de Plinio y don Lotario. Las dos estatuas guardan semejanza con los actores Antonio Casal y Alfonso del Real, que les dieron vida en la serie de televisi¨®n Plinio, estrenada por TVE en 1972. ¡°Fue una pel¨ªcula policiaca con gente de boina, algo muy dif¨ªcil de hacer. Hicimos casi como el antitelefilme policiaco. Se rodaba en los pueblos, es decir, no ten¨ªamos el paisaje neoyorquino¡±. Son palabras de Jos¨¦ Luis Garci, guionista de la serie de Plinio, recogidas en la biograf¨ªa de Garc¨ªa Pav¨®n que public¨® en 2005 Jos¨¦ Belmonte, profesor de la Universidad de Murcia. Belmonte cree que la serie acab¨® por condenar a Garc¨ªa Pav¨®n porque la producci¨®n, adem¨¢s de ser de mala calidad, proyect¨® una imagen bondadosa de la polic¨ªa en un momento en el que el franquismo era m¨¢s cuestionado que nunca. ¡°La generaci¨®n del cincuenta est¨¢ maldita porque la generaci¨®n posterior se los comi¨®¡±, dice Belmonte, ¡°los que los sucedieron quer¨ªan romper con el franquismo y con una forma de narrar, sobre todo con ese costumbrismo de Delibes o de Garc¨ªa Pav¨®n. La Transici¨®n los entierra¡±. Belmonte deb¨ªa impartir este septiembre un curso de la Universidad de Castilla-La Mancha dedicado a Garc¨ªa Pav¨®n, pero este fue cancelado porque solo se matricul¨® un alumno.
A Sonia Garc¨ªa Soubriet, escritora como su padre, todav¨ªa le duele que V¨¢zquez Montalb¨¢n viera a Garc¨ªa Pav¨®n como un autor menor, ¡°que dijera que no era autor de literatura negra sino de costumbrismo manchego¡±. ¡°Llegada la democracia, hab¨ªa la necesidad de un cambio generacional, de una Espa?a moderna, y se produce la ruptura con la generaci¨®n de la posguerra, pero con mi padre fue peor¡±, opina Garc¨ªa Soubriet, ¡°porque un polic¨ªa era protagonista de sus novelas, por el ruralismo de Tomelloso y tambi¨¦n porque dec¨ªan que no se implic¨® contra el franquismo¡±.
¡°Fue el primero con coraje para sacudirse los complejos y convertir a un polic¨ªa espa?ol en h¨¦roe¡±, dice Lorenzo Silva
Fernando Valls, profesor de Literatura en la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, cree que Garc¨ªa Pav¨®n brill¨® sobre todo con el relato breve, pero que ni en este g¨¦nero se le ha hecho justicia: ¡°Es un autor fundamental en la historia del relato breve de Espa?a, pero no existe una antolog¨ªa de sus cuentos. Como novelista es menor que Carmen Mart¨ªn Gaite, los Goytisolo o Delibes, pero si hacemos una historia de la novela policiaca espa?ola, no puedes prescindir de ¨¦l; y lo mismo con el relato breve¡±. Valls subraya que Garc¨ªa Pav¨®n ¡°no era franquista ni era costumbrista, porque trascend¨ªa el costumbrismo. Pero esta es la imagen que tienen los que no lo han le¨ªdo, y es injusto¡±.
Eduardo Mendoza admite a este diario que nunca ha le¨ªdo nada de Garc¨ªa Pav¨®n. Sus nombres coinciden en varios estudios sobre la novela negra espa?ola. A modo de ejemplo, en la m¨¢s reciente tesis doctoral sobre la materia, presentada este 2019 en la Universidad de Murcia, Encina Isabel L¨®pez asegura: ¡°No ser¨¢ hasta el fin del r¨¦gimen franquista cuando se puede hablar con solvencia de novelas policiacas ideadas y escritas por autores espa?oles. Francisco Garc¨ªa Pav¨®n, V¨¢zquez Montalb¨¢n y Eduardo Mendoza ser¨¢n los pioneros y los que sentar¨¢n las bases del g¨¦nero en nuestras letras¡±. La tesis de L¨®pez se centra en la obra de Lorenzo Silva y Alicia Gim¨¦nez Bartlett. Silva ha sido un ac¨¦rrimo defensor de Garc¨ªa Pav¨®n, a quien considera ¡°el primero que tuvo el coraje de sacudirse los complejos¡± de convertir a un polic¨ªa espa?ol en h¨¦roe. Gim¨¦nez Bartlett opina que Garc¨ªa Pav¨®n ¡°es un autor olvidado, quiz¨¢s es v¨ªctima de que lo metieran en el saco de una ¨¦poca que se quiso olvidar¡±. Gim¨¦nez Bartlett valora que Garc¨ªa Pav¨®n ¡°no era un facha, pero elud¨ªa los problemas pol¨ªticos. Seguramente se impuso una autocensura para que sus novelas fueran un divertimento¡±.
Garc¨ªa Pav¨®n se consideraba un liberal, y as¨ª lo definieron amigos suyos como Umbral o el cr¨ªtico Rafael Conte. Sus relatos reconstruyen la alegr¨ªa de la familia por el advenimiento de la Rep¨²blica, recuperan de las sombras a combatientes antifascistas o recrean las lecciones progresistas del abuelo Luis, fundador del Casino Liberal de Tomelloso. Belmonte recuerda c¨®mo en los a?os noventa tuvo que pelear para que el municipio tuviera un instituto que llevara el nombre de Garc¨ªa Pav¨®n: ¡°Muchos padres no lo quer¨ªan porque para ellos era politizar la ense?anza, porque Pav¨®n y su familia eran recordados como activos republicanos¡±.
Obras completas. Francisco Garc¨ªa Pav¨®n. Cuarto Centenario, 2019. Cuatro vol¨²menes. 3.374 p¨¢ginas. 87 euros.
Cuando Espa?a se vaciaba
En la carpeta de los Garc¨ªa Soubriet hay otra foto en blanco y negro, de un homenaje a su padre en 1981 presidido por el alcalde de Madrid Enrique Tierno Galv¨¢n y V¨¢zquez Montalb¨¢n. "Mi padre era amigo de Tierno, le ayud¨® y le public¨® en Taurus", recuerda Javier, otro hijo de Garc¨ªa Pav¨®n. El cap¨ªtulo de Taurus duele especialmente a la familia: Jes¨²s Aguirre maniobr¨® hasta conseguir el cargo de Garc¨ªa Pav¨®n; luego, los fundadores de Taurus rebajar¨ªan su trascendencia record¨¢ndolo como un editor menor de esp¨ªritu regional. Manuel Vicent, en el libro Aguirre, el magn¨ªfico, afirma que el futuro duque de Alba "tom¨® por asalto el mando absoluto de la editorial" mientras los partidarios de Pav¨®n reaccionaban distribuyendo octavillas en el Caf¨¦ Gij¨®n acusando de homosexual a su rival.
Belmonte recalca que la literatura de Garc¨ªa Pav¨®n es actual como ejercicio de memoria hist¨®rica. Tambi¨¦n puede ser actual como visi¨®n precursora de lo que hoy llamamos la Espa?a vac¨ªa: "Intuy¨® que la ¨²nica manera de luchar contra la p¨¦rdida de la identidad de los pueblos es amasarse con su lenguaje, con sus costumbres, con sus personajes", dijo sobre su obra el escritor Jos¨¦ Luis Castillo-Puche. En Las hermanas coloradas, Garc¨ªa Pav¨®n observaba la despoblaci¨®n en un viaje en el bus de l¨ªnea a Madrid: "Los pueblos, aligerados por la emigraci¨®n masiva, soportaban la soledad tristona del que ve pasar a muchos y a ninguno quedarse. Caserones abandonados entre se?ales de tr¨¢fico y carteles publicitarios. Bares para camioneros, surtidores de gasolina. Sentadas en las puertas, las viejas ve¨ªan pasar los camiones y tractores con cara de no comprender nada".
En el domicilio de Sonia Garc¨ªa Soubriet en Madrid cuelga un retrato de Garc¨ªa Pav¨®n que pint¨® Antonio L¨®pez Garc¨ªa. El pintor, originario de Tomelloso, ten¨ªa 15 a?os cuando acab¨® el encargo, en 1951. En segundo plano, en el ¨®leo, pueden identificarse rostros difuminados: eran pruebas que hizo L¨®pez para representar a Garc¨ªa Pav¨®n en diferentes etapas de su vida, explica su hija. L¨®pez se cans¨® y lo dej¨® tal cual, como si fueran espectros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.