?rase otra (maldita) vez
Esta secuela es la viva demostraci¨®n de que lo primero que debe tener un buen cuento es algo irrebatible: que est¨¦ bien narrado. Aqu¨ª no pasa
El secreto de los cuentos que atraviesan la noche de los tiempos alimentando a sucesivas generaciones y en medio de sociedades cambiantes y en alg¨²n caso radicalmente distintas es f¨¢cil: est¨¢n muy bien escritos y narrados. Esta obviedad no es balad¨ª, y m¨¢s cuando uno se adentra en una pel¨ªcula como Mal¨¦fica: maestra del mal, secuela del trabajo de Richard Stomberg del a?o 2014, que ya supon¨ªa una evidente vuelta de tuerca del inmortal La bella durmiente, f¨¢bula de tradici¨®n oral que, al menos desde el siglo XIII y con las fundamentales versiones de Charles Perrault y los hermanos Grimm, viene cont¨¢ndose de padres a hijos.
MAL?FICA: MAESTRA DEL MAL
Direcci¨®n: Joachim R?nning.
Int¨¦rpretes: Angelina Jolie, Elle Fanning, Michelle Pfeiffer, Ed Skrein.
G¨¦nero: fantas¨ªa. EE UU, 2019.
Duraci¨®n: 118 minutos
Que el cuento fluya desde una presentaci¨®n de personajes atractiva y desde un conflicto inicial apasionante; que coexistan unos subtextos universales e inmortales sobre las interioridades de los ni?os y las esencialidades del ser humano; que a¨²nen una sencillez en su relato y una cierta complejidad en su desarrollo, que subyazca una moraleja final sobre, en su base, los conceptos del bien y del mal. Esto, que habita en los grandes cl¨¢sicos, es lo que no asoma ni por el forro en la infame Mal¨¦fica: maestra del mal. Y si cambias el cuento o lo contin¨²as al menos sigue narr¨¢ndolo con convicci¨®n y no con el estilo plomizo, farragoso, incoherente y falsamente circunspecto de Linda Woolverton, Micah Fitzerman-Blue y Noah Harpster, en su guion, y Joachim R?nning, desde la direcci¨®n, como sustituto de Stomberg.
El giro principal de la pel¨ªcula de 2014 consist¨ªa en renovar la villan¨ªa de Mal¨¦fica con una intrahistoria en cierto modo potente y metaf¨®rica acerca de las razones por las que una ni?a encantadora se convert¨ªa en una bruja que acababa lanzando un conjuro oscuro y cruel: le hab¨ªan cortado las alas f¨ªsicas, pero, sobre todo, le hab¨ªan cortado las alas simb¨®licas de la pasi¨®n y la espontaneidad con una sangrante traici¨®n emocional. As¨ª, Mal¨¦fica se convert¨ªa en una atractiva historia sobre el resentimiento que, partiendo del concepto esencial del amor verdadero, conten¨ªa adem¨¢s una fabulosa interpretaci¨®n de Angelina Jolie, aupada por la sorna, la soberbia y el dolor. Y aunque luego se atrancaba en unas secuencias de acci¨®n toscas, poco est¨¦ticas y un tanto horteras, al menos resist¨ªa los cansinos deseos de renovaci¨®n generacional.
En esta segunda entrega, sin embargo, se despliegan tres tramas bien distintas que nunca convergen en un relato unitario y, a¨²n menos, en una coincidencia tonal: el inminente matrimonio de la joven ahijada de Mal¨¦fica, entre lo rom¨¢ntico y lo c¨®mico; los conjuros simplemente vacuos de la nueva villana, interpretada por Michelle Pfeiffer, aderezada con criaturas digitales sin explicaci¨®n alguna sobre sus or¨ªgenes y su condici¨®n; y las luchas del pueblo y la raza de Mal¨¦fica, reci¨¦n plagiadas de Juego de tronos, de una impostada gravedad rayana en el rid¨ªculo.
Jolie, con menos peso en un relato que recoge aspectos de Romeo y Julieta y hasta de ?Adivina qui¨¦n viene a cenar?, vuelve a salir ilesa de los desperfectos, pero, con 25 minutos m¨¢s de duraci¨®n y una cr¨®nica cargante y a ratos incomprensible, esta secuela es la viva demostraci¨®n de que lo primero que debe tener un buen cuento es algo irrebatible: que est¨¦ bien narrado y que se entienda, en su exposici¨®n y en sus conclusiones. ?rase otra (maldita) vez.
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