Viva el vino... y las bebidas energ¨¦ticas
El Teatro Real de Madrid acoge 12 funciones de 'L'elisir d'amore', en una versi¨®n bufonesca y moderna ambientada en una atestada playa del Mediterr¨¢neo
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
Si existe una palabra que podr¨ªa condensar el car¨¢cter de la vida y obra de Gaetano Donizetti (1797-1848), esa ser¨ªa ¡°¨ªmpetu¡±. A los 34 a?os, las peripecias del destino no solo hab¨ªan llevado el compositor italiano?a enviudar y criar a tres hijos, sino que ya contaba 36 ¨®peras?en su curr¨ªculum, por entonces a¨²n apenas la mitad de su ingente producci¨®n, que solo hall¨® un punto final con su muerte, precedida de la locura que conlleva la s¨ªfilis. A aquella edad recibi¨® un encargo de m¨¢xima urgencia: tras el fracaso de una funci¨®n anterior, deb¨ªa escribir en 15 d¨ªas una nueva propuesta para cubrir el hueco en la programaci¨®n del Teatro della Canobbiana de Mil¨¢n. Junto con el famoso libretista Felice Romani (autor tambi¨¦n de Il Pirata, que llegar¨¢ al coliseo madrile?o a finales de noviembre), el m¨²sico tuvo tiempo de dar forma en esas brev¨ªsimas dos semanas de 1832 a la que ser¨ªa una de sus ¨®peras m¨¢s aclamadas, en vida y a lo largo de las d¨¦cadas: L¡¯elisir d¡¯amore, que regresa al Teatro Real en 12 funciones entre el 29 de octubre y el 12 de noviembre, despu¨¦s haber sido representada all¨ª m¨¢s de 80 veces desde 1851. Con la direcci¨®n de escena de Damiano Michieletto, esta versi¨®n moderna, coproducida con el?Palau de les Arts de Valencia y?ambientada en una? playa abarrotada del Mediterr¨¢neo m¨¢s kitsch y bufonesco, ya se represent¨® en 2013 sobre las tablas del Real, aunque, como explic¨® su director art¨ªstico, Joan Matabosch, se ha renovado ahora parte de su escenograf¨ªa para hacerla ¡°m¨¢s pertinente¡± al relato donde, como filtro del amor, se sustituye el vino original por las m¨¢s actuales bebidas energ¨¦ticas.
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Es L¡¯elisir d¡¯amore?¨Cen torno al cual se ofrecer¨¢n diversas actividades paralelas en el Real, el Museo de Artes Decorativas, el Museo L¨¢zaro Galdiano y el Museo del Romanticismo¨C una obra ¨¢gil y vitalista, a caballo entre dos momentos: el del triunfo de la opera buffa y la gestaci¨®n del movimiento rom¨¢ntico. Esa cualidad define su personalidad tanto en la forma como en el fondo, entendido este como la expresi¨®n de la dualidad que marc¨® el sentir de su ¨¦poca: lo popular como opuesto a lo culto, el drama enfrentado a la comedia, la naturaleza en contra del arte, los hombres como antagonistas de las mujeres. La actual versi¨®n busca estirar y acercar el argumento, encarnado en personajes presentados como arquetipos, que narra la historia de amor entre el aspirante a don nadie Nemorino, un chico simple y apocado que trabaja en un chiringuito limpiando y colocando hamacas, y Adina, la due?a del local, mujer fuerte e independiente aunque tambi¨¦n algo superficial y caprichosa. Entre ambos irrumpe el ¡°chulo de la playa¡±, el militar de permiso Belcore, puro m¨²sculo y poco seso, por el que Adina cae rendida en un principio. A todos embauca de un modo u otro Dulcamara, un charlat¨¢n de libro que vende bebidas energ¨¦ticas y otras sustancias un poco menos legales, que simbolizan el elixir de amor del t¨ªtulo y que, en realidad, no tienen mayor trascendencia en la trama que la de conducir la acci¨®n hacia su moraleja. Ya saben: la fuerza del amor todo lo puede.
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La ambientaci¨®n en la costa mediterr¨¢nea, en un decorado hiperrealista con sus colores saturados, sus cuerpos inflados y sudorosos y sus c¨®cteles coronados de sombrillas de papel sustituye a la original en la campi?a del Pa¨ªs Vasco franc¨¦s, donde el filtro de amor se representaba por medio del vino, que corr¨ªa a espuertas, y los protagonistas no ten¨ªan como aqu¨ª una relaci¨®n laboral de jefa y empleado, extremo que, dijo Matabosch, aleja en parte a este Elisir de su esencia primigenia y pone a los personajes en ¡°una relaci¨®n de inferioridad objetiva¡±, lo que crea una potente din¨¢mica de poder. ¡°Se va a ver que ella no est¨¢ dispuesta a que sus amigos piensen que se va a dejar seducir por el chico de las tumbonas¡±, explic¨®. Movi¨¦ndose entre estilizadas palmeras, kilos de arena cubiertos de toallas, espuma festiva, mesas de bar y ba?istas, los cantantes que participan en las funciones (dos diferentes altern¨¢ndose en los papeles principales) tienen que desenvolverse tambi¨¦n a lo largo del espectro vocal e interpretativo. ¡°Musicalmente se usa todo el rango vocal de la soprano¡±, apunt¨® Sabina Pu¨¦rtolas, que interpreta a Adina en turnos con Brenda Rae. ¡°Es lo que todo tenor desea cantar¡±, agreg¨® Juan Francisco Gatell, que act¨²a en el rol de Nemorino a medias con Rame Lahaj. Los cuatro cantantes estuvieron presentes en el acto de presentaci¨®n de la ¨®pera junto a Gianluca Capuano, su director musical. Este quiso subrayar la calidad de la orquestaci¨®n de Donizetti, denostada ¡°injustamente¡± con el curso de los a?os, y que alcanza su punto cumbre en la famosa aria Una furtiva l¨¢grima. "Lo que altera los sentimientos de los personajes no tiene nada de m¨¢gico sino que es sencillamente la fuerza transformadora del amor que ablanda, conmueve y desarma a quien lo reconoce en el otro", resumi¨® Matabosch. "Porque, sin renunciar a las apariencias de lo buffo, lo que realmente pretende L'elisir d'amore es abrirse, desde la intimidad de los protagonistas, al mundo del romanticismo".?
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