Los cineastas del futuro estudian en la ¡®banlieue¡¯
Ladj Ly, director de 'Los miserables', la candidata francesa a los Oscar, funda una escuela gratuita en Par¨ªs para j¨®venes sin recursos
No es una clase magistral sobre la historia del s¨¦ptimo arte, sino m¨¢s bien un partido de pimp¨®n entre cin¨¦filos. En este rinc¨®n desolado de la periferia parisiense, un en¨¦rgico profesor lanza preguntas al vuelo a 15 alumnos llegados de horizontes distintos, pero con una misma ambici¨®n: convertirse en el relevo del cine franc¨¦s. Se llaman Adil, Assia, Maurad, Ludovic, Mbathio, Hajar o Nasser. No hay bostezos ni miradas furtivas al m¨®vil. Saben que no ha sido f¨¢cil sentarse en esta aula. Todos ellos han sido escogidos entre m¨¢s de 1.500 aspirantes para formarse en la nueva escuela del cineasta Ladj Ly, pr¨®ximo representante franc¨¦s en los Oscar con Los miserables, que llega a los cines espa?oles el pr¨®ximo viernes.
¡®Los miserables¡¯, premio del jurado en Cannes, se estrena el viernes
El centro se llama Kourtrajm¨¦ ¡ª¡°cortometraje¡± en verlan, argot surgido en los suburbios de Par¨ªs que invierte las s¨ªlabas de las palabras¡ª, igual que el colectivo que fundaron en los noventa directores como Romain Gavras o Kim Chapiron, interesados por lo que suced¨ªa al otro lado del bulevar de circunvalaci¨®n. Ly se sum¨® al grupo cuando era solo un adolescente que filmaba escenas callejeras en Clichy-Montfermeil, uno de los puntos m¨¢s calientes de la banlieue parisina, donde sus padres, inmigrantes malienses, llegaron en los sesenta.
En ese suburbio, epicentro de las protestas que incendiaron las periferias francesas en 2005, Ly ha rodado su nueva pel¨ªcula, cr¨®nica electrizante de la tensi¨®n entre la polic¨ªa y los j¨®venes del barrio, y ha fundado esta escuela, que propone cursos gratuitos para j¨®venes sin estudios y con pocos recursos. ¡°Estaba harto de que otros contaran nuestras historias. Se trata de dar una oportunidad a quienes no han tenido ninguna¡±, afirma Ly, cr¨ªtico con la inacci¨®n de Gobiernos que invirtieron en la renovaci¨®n urban¨ªstica, pero no en el caldo de cultivo que explica la exclusi¨®n social. ¡°En la banlieue, las escuelas son f¨¢bricas de mano de obra y el acceso a la cultura es inexistente. Hemos creado esta escuela para cambiar esa situaci¨®n. Si yo sal¨ª adelante, fue gracias a la cultura¡±, sostiene Ly.
Los miserables pronostica la barbarie que podr¨ªa acontecer si las autoridades siguen sin hacer nada. ¡°Cuando uno es v¨ªctima de la injusticia siempre est¨¢ tentado por la violencia. Yo nunca tir¨¦ piedras ni quem¨¦ coches. Simplemente lo film¨¦ todo, esa fue mi arma¡±, relata Ly. Una de sus grabaciones, que reflejaba una agresi¨®n policial de 2008, provoc¨® el despido de dos agentes. La historia inspirar¨ªa Los miserables, donde un ni?o, interpretado por su hijo Al-Hassan, filma con un dron un ataque parecido. El t¨ªtulo hace un gui?o a la obra de Victor Hugo, que ambient¨® uno de sus cap¨ªtulos en Montfermeil. ¡°Yo tambi¨¦n hablo, como ¨¦l, del estado de Francia¡±, afirma Ly. Solo que aqu¨ª Gavroche se llama Issa y el inspector Javert es un polic¨ªa racista.
Para evitar esa posibilidad, Ly ha fundado el centro, donde cada alumno desarrolla un proyecto de guion. Los tres mejores se convertir¨¢n en cortometrajes producidos por la escuela en 2020. Alexia, de 26 a?os, descubri¨® Los miserables en Cannes, donde recibi¨® el premio del jurado. ¡°Fue como si me dieran una bofetada. Me apunt¨¦ para poder hacer pel¨ªculas como esa¡±, confiesa.
¡°Estaba harto de
que otros contaran nuestras historias¡±, explica el cineasta
La?lani, de 28 a?os, dej¨® su trabajo como encargada de marketing en una multinacional para trabajar en su guion sobre un joven musulm¨¢n a quien echan de su casa por su orientaci¨®n sexual. ¡°Nunca se habla de homosexualidad en nuestra religi¨®n y ya va siendo hora¡±, explica.
Yacim, un f¨ªsico de 29 a?os, prepara un guion sobre un camello con voz de bar¨ªtono que es contratado por un director que acude a la banlieuebuscando drogas. ¡°Tenemos que apropiarnos de las historias que transcurren en nuestro territorio. Cuando lo hacen los dem¨¢s, resultan falsas¡±, suscribe. Moussa, de 35 a?os, vive a 100 metros del centro. ¡°Cada d¨ªa me pellizco al llegar. Hay una escuela de cine donde antes no hab¨ªa nada¡±, dice sobre el lugar donde creci¨®. Y Hajar intent¨® entrar en la F¨¦mis, la prestigiosa escuela de cine de Par¨ªs. ¡°Pero no era para m¨ª. Es un lugar demasiado elitista, que defiende una vieja idea del cine franc¨¦s. Lo respeto, pero hay otras historias que contar. Por eso estamos aqu¨ª¡±, defiende esta joven de 24 a?os.
Algunos saben lo que es el fracaso escolar. ¡°Muchos de ellos tienen recuerdos traum¨¢ticos de su escolaridad¡±, afirma el responsable pedag¨®gico del centro, Thomas Gayrard, partidario de un di¨¢logo horizontal. ¡°Aqu¨ª tienen que abrirse y afrontar miedos muy ¨ªntimos, por lo que la dimensi¨®n humana es importante. Nuestra misi¨®n es alterar el relato al cambiar de narrador, siguiendo el ejemplo de Ladj¡±. La escuela sufraga los gastos con subvenciones de entes p¨²blicos, como el Ministerio de Cultura, el Centro Nacional de Cine o la televisi¨®n francesa. Y ya ha logrado que directores como Michel Hazanavicius (The Artist) o Olivier Nakache (Intocable), adem¨¢s de estrellas como Vincent Cassel, se acerquen a esta localidad de 5.000 habitantes y un 40% de paro.
Kourtrajm¨¦ cuenta con grandes planes de futuro. El fot¨®grafo JR, que colabora con Ly desde 2003, impartir¨¢ un curso gratuito de fotograf¨ªa para 12 alumnos a partir de enero. Y ya ha anunciado la visita de Naomi Campbell como modelo de excepci¨®n para sus futuros estudiantes. El director tambi¨¦n aspira a crear una escuela de periodismo en la banlieue para hacer que el sensacionalismo medi¨¢tico desaparezca. Pero su proyecto de mayor envergadura ser¨¢ la apertura de sucursales en cinco pa¨ªses africanos a partir de 2020. ¡°Francia hizo tanto da?o en sus colonias que ahora no quiere hablar de ese pasado. Cuando da?as a alguien tienes que pedir perd¨®n y pagar un precio. Francia no solo no ha pagado, sino que sigue maltrat¨¢ndonos. Como el poder no hace nada para remediarlo, vamos a hacerlo nosotros mismos¡±, explica Ly.
Esta deprimida periferia, donde se alberg¨® a la mano de obra barata que contribuy¨® a reconstruir el pa¨ªs durante la posguerra, es una de las huellas m¨¢s inc¨®modas de ese pasado. ¡°En la banlieue hay una gran esperanza de futuro. Solo hay que ayudarla a florecer¡±, remata el director, que invit¨® a Emmanuel Macron a proyectar la pel¨ªcula en el El¨ªseo. Todav¨ªa espera respuesta.
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