Volver a casa

A estas alturas, el jazz en nuestro pa¨ªs ha dado ya unos cuantos grandes m¨²sicos y, por consiguiente, tambi¨¦n algunos grandes grupos. Lo que no es tan com¨²n es encontrarnos ante un grupo, no solo grande, sino relevante, ¨²nico. Uno en el que cada miembro es insustituible, y que solo tiene sentido si se mantiene con la misma alineaci¨®n que lo hace tan especial. Sin duda, esto es lo que han sido y son el tr¨ªo de Jorge Pardo, Carles Benavent y Tino Di Geraldo: una confluencia de voces que significan algo en la m¨²sica de este pa¨ªs, y m¨¢s concretamente en el jazz te?ido de flamenco que tanto nos representa a veces, y que en demasiadas ocasiones nos llega envuelto en oportunismo y banalidad.

Pardo, Benavent y Di Geraldo son todo lo contrario a esa banalidad: son genuinos, puros y carism¨¢ticos. The real thing, si me permiten el anglicismo. Es por esto que escucharlos en una de las ¨²ltimas jornadas de la edici¨®n de este a?o del Festival Internacional de Jazz de Madrid, era una especie de acontecimiento. Dos semanas despu¨¦s de la presentaci¨®n de su nuevo disco, Flamenco Leaks, el primero que graban como tr¨ªo desde hace m¨¢s de una d¨¦cada, el grupo volv¨ªa a casa, como dijo el propio Pardo al saludar al p¨²blico congregado en el Fern¨¢n G¨®mez Centro Cultural de la Villa.

A pesar de una carrera discogr¨¢fica poco productiva (tres ¨¢lbumes en 20 a?os), en directo el tr¨ªo demuestra que su mayor fuerza reside en la complementariedad de sus personalidades. No parece haber ning¨²n tipo de cesi¨®n ni adaptaci¨®n en sus idiosincrasias, aquello que les convierte en instrumentistas de car¨¢cter, con voz propia. Y, sin embargo, todo funciona a la perfecci¨®n en la m¨²sica del grupo: en el contexto de este tr¨ªo, los tres suenan 100% a s¨ª mismos, dando la sensaci¨®n de que no se puede ser m¨¢s Pardo, m¨¢s Benavent o m¨¢s Di Geraldo que cuando tocan esas piezas de comp¨¢s enrevesado y esencia flamenca, juntos.

Hubo en Madrid pasajes interpretados en solitario por cada uno de ellos, con Benavent tocando una composici¨®n h¨¢bilmente titulada Madrid, Di Geraldo ofreciendo una sugestiva intervenci¨®n a la tabla y Pardo explay¨¢ndose desenfadadamente con la flauta. Pero fueron las composiciones del nuevo ¨¢lbum las que forjaron los mejores momentos del concierto, siempre con los tres m¨²sicos en perfecta sinton¨ªa, impuls¨¢ndose unos a otros para generar esa caracter¨ªstica din¨¢mica del grupo.

Pardo, solista asombrosamente expresivo, se concentr¨® en la flauta durante la mayor parte del concierto, pero fue cuando sac¨® su saxo cuando demostr¨® por qu¨¦ es, probablemente, el mejor saxo tenor que ha dado el jazz de nuestro pa¨ªs: original, con un sonido inconfundible y un fraseo siempre emocionante. Como los m¨¢s grandes.

Con todo, pudiendo afirmar que el de Madrid fue, sin duda, un concierto excelente, tal vez le falt¨® algo para hacerlo completamente inolvidable. La excelencia puede estar exenta de sorpresas y, aunque el tr¨ªo estuvo estupendo, como no pod¨ªa ser de otra forma, quiz¨¢ se echaron en falta algunos momentos m¨¢s en los que la m¨²sica traspasase esa barrera m¨¢gica que le hace a uno levitar en su butaca. O quiz¨¢ es que, despu¨¦s de tantos a?os, uno espera que un grupo suene en directo mejor a¨²n que en los rastros que ha dejado en su memoria en todo este tiempo. Y esa es una batalla muy dif¨ªcil de ganar.