Paradis¨ªaca isla vertedero
La porquer¨ªa envenena el aire, las aguas turquesas y los peces de colores. Alg¨²n d¨ªa recordaremos que existieron las Maldivas
Las sesiones de la Cumbre del Clima se van volviendo tediosas ¡ªquedan muchas¡ª y la sucesi¨®n de informes que avisan de cat¨¢strofes va surtiendo menos efecto, as¨ª que nos entretienen las aventuras de Greta Thunberg, que es la cr¨®nica rosa de lo verde. Antes de que perdamos la sensibilidad a la crisis ambiental, parece buena idea fijarnos no en los desastres que vienen, sino en los que ya ha causado el ser humano en este fr¨¢gil planeta azul.
A Greta no le parecer¨¢ bien que se vuele tan lejos, pero si hay una estampa del para¨ªso en la Tierra es la de las islas Maldivas, una serie de atolones entre aguas turquesas, peces de colores y pac¨ªficos tiburoncitos. All¨ª se lleva el modelo de isla-resort, un ¨²nico hotel en su islote, con las caba?as a pie de arena blanca o elevadas sobre el calmo mar.
Enviado especial, el programa de La Sexta, viaj¨® a ese seductor pa¨ªs para mirar su cara oculta. Antes los maldivos beb¨ªan agua de lluvia y ten¨ªan un modo de vida m¨¢s o menos sostenible, pero un mill¨®n de turistas al a?o generan monta?as de basura que desbordan a los locales. Jalis de la Serna atrac¨® en Thilafushi, una infecta isla vertedero ¡ªartificial y en expansi¨®n¡ª donde se apilan toneladas de pl¨¢stico tal cual o quemado y prensado. No aguant¨® mucho all¨ª por el hedor y porque le lloraban los ojos. Esa porquer¨ªa ya envenena el aire, el agua y los peces de colores, mientras muere el coral porque el ?ndico se ha vuelto demasiado caliente.
Alg¨²n d¨ªa el mar cubrir¨¢ por completo la isla vertedero, y se esparcir¨¢ toda esa basura, como cubrir¨¢ las islas bonitas y sus resorts. Los lugare?os piensan ya en mudarse a islas artificiales tres metros m¨¢s altas. Nunca ser¨¢n lo mismo. Alg¨²n d¨ªa recordaremos que las Maldivas existieron.
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