Una muestra revive la construcci¨®n de Granada por los bereberes

El norte de ?frica fue durante siglos territorio bereber. Desde el oasis de Siwa en Egipto hasta las islas Canarias, ya en el oc¨¦ano Atl¨¢ntico, y hasta el sur del desierto del S¨¢hara. Una larga franja de m¨¢s de 4.000 kil¨®metros habitada por pueblos que cruzaron el Mediterr¨¢neo para llegar al sur de Europa. Una de esas expediciones trajo a Granada a una dinast¨ªa con poder, fuerza y capacidad de persuasi¨®n suficiente para cambiar la localizaci¨®n de una ciudad completa. Esa dinast¨ªa bereber, la zir¨ª, convenci¨® a los entonces residentes de Medina Elvira, a 10 kil¨®metros de la actual Granada, de que hab¨ªa un emplazamiento mejor para la que estaba llamada a ser capital del Reino de Granada. Corr¨ªa el a?o 1013 cuando, apenas cuatro a?os despu¨¦s de llegar los zir¨ªes al sur de la pen¨ªnsula, se fund¨® la ciudad de Granada. La exposici¨®n La Granada zir¨ª y el universo bereber,que inaugur¨® ayer la reina Letizia, ofrece hasta abril una visi¨®n completa de la cultura bereber y su influencia en Occidente.

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No es tarea f¨¢cil echar abajo una ciudad, con el benepl¨¢cito de los que la ocupan, para reconstruirla de nuevo a pocos kil¨®metros de all¨ª. Pero la dinast¨ªa zir¨ª, llegada desde la Cabilia, en Argelia, lo hizo. Los convenci¨® de que necesitaban un lugar con ¡°una altura que dominase el territorio y una posici¨®n estrat¨¦gica de cierta elevaci¨®n en la que construir sus casas y a la que trasladarse todos, hasta el ¨²ltimo (...) Posici¨®n de la que har¨ªan su capital y en cuyo inter¨¦s demoler¨ªan la mencionada ciudad de Elvira¡±, cuenta la cr¨®nica del ¨²ltimo rey zir¨ª, Abd Allah, que contin¨²a: ¡°Contemplaron una hermosa llanura, llena de arroyos y de arboledas, que como todo el terreno circundante est¨¢ regada por el r¨ªo Genil, que baja de Sierra Nevada¡±. All¨ª establecieron Granada.

Y ah¨ª sigue mil a?os despu¨¦s. Donde los zir¨ªes establecieron su mezquita mayor est¨¢ el Sagrario de la Catedral y a su alrededor, aprovechando la fecundidad del r¨ªo Darro, los bereberes establecieron sus lugares de comercio y gesti¨®n, explic¨® ayer Antonio Malpica, comisario de la exposici¨®n y catedr¨¢tico de la Universidad de Granada.

La exposici¨®n, que puede verse en el Palacio de Carlos V de la Alhambra, explica Malpica, tiene ese objetivo: ¡°Recordar que la ciudad, y gran parte del sur de Espa?a, hunde sus ra¨ªces en la cultura de pueblos como el bereber. Por eso es necesario recuperar un di¨¢logo entre el Sur de Europa y el Norte de ?frica¡±. Y asegura que la Alhambra est¨¢ donde est¨¢ por la decisi¨®n de construir aquella nueva capital.

M¨¢s de 300 objetos dan sentido a una exposici¨®n que recorre siglos de esa historia com¨²n entre ambos continentes. El recorrido arranca con la contextualizaci¨®n del mundo bereber a trav¨¦s de piezas llegadas del Museo del Louvre, de Argelia, T¨²nez o Marruecos. La ruta expositiva contin¨²a mostrando la llegada de los zir¨ªes a Granada, puesto en contexto con su ¨¦poca a trav¨¦s de una breve narraci¨®n de los otros reinos de taifas del momento. Adem¨¢s, hay un espacio para las grandes dinast¨ªas norteafricanas, almor¨¢vides, almohades o benamerines, que concluye en el siglo XV. La epigraf¨ªa (grabados en columnas, puertas, muros,...) y la numism¨¢tica juegan un papel relevante en la exposici¨®n. La ¨²ltima zona de la muestra es m¨¢s etnogr¨¢fica y muestra la cultura bereber actualmente.

Entre otras piezas, La Alhambra zir¨ª y el universo bereber exhibe el surtidor de fuente con forma de Le¨®n de la colecci¨®n del Museo Nacional de Setif, procedente de la Qla de los Banu Hammad, el bote de marfil de la catedral de Narboma, la arqueta de marfil y esmaltes de Santo Domingo de Silos, que se encuentra en el Museo de Burgos, o la colecci¨®n de piezas del siglo XI del Museo del Louvre, en especial un peque?o fragmento de loza dorada con epigraf¨ªa. Textiles, piezas de madera, cer¨¢mica, libros, elementos arquitect¨®nicos funerarios o decorativos configuran una exhibici¨®n que, en su parte etnogr¨¢fica, procede mayoritariamente de la Fundaci¨®n Doctora Leila Mezian.

La presencia de los bereberes, por otro lado, no es algo del pasado. Se calcula, cuenta Malpica, que en la actualidad hay 35 millones de personas de origen bereber, 20 millones en Marruecos y el resto en la di¨¢spora europea y americana. El t¨¦rmino bereber significa originalmente ¡°b¨¢rbaro¡±. Actualmente, la denominaci¨®n m¨¢s frecuente, y la elegida por ellos, es amazigh, que se traduce por ¡°hombre libre¡±. El amazigh es, hoy, un lenguaje vivo que, sin embargo, solo se habla pero no se escribe.