Olga Tokarczuk: ¡°Internet es cada vez m¨¢s una historia contada por un idiota¡±
La premio Nobel de 2018 reivindica en su discurso el poder de la literatura para unir y dar sentido a un mundo fragmentado


Olga Tokarczuk suele armar sus novelas a partir de la tensi¨®n entre opuestos: raz¨®n-locura, hogar-desarraigo, naturaleza-cultura. Y bajo el mismo armaz¨®n se mueve de alg¨²n modo estos d¨ªas en Estocolmo durante los actos previos a la in¨¦dita doble concesi¨®n este a?o del Nobel de Literatura de 2018 (el suyo) y el de 2019 (el de Peter Handke). A la autora polaca de 57 a?os se la divisa solo a media luz por la sombra de la pol¨¦mica posici¨®n sociopol¨ªtica proserbia del austriaco sobre la guerra en la antigua Yugoslavia, controversia que se arrastra desde la designaci¨®n en octubre y que este jueves se acrecent¨® despu¨¦s de que Handke se encarase por ello con la prensa en la tradicional rueda de prensa previa a la ceremonia de entrega, que tendr¨¢ lugar el pr¨®ximo martes.
Hoy s¨¢bado la autora de Los errantes pudo mostrar a la luz su perfil completo con la lectura de un discurso en el que enhebr¨® muchos de los males de la sociedad actual, como el individualismo, la fragmentaci¨®n, las fake news o la destrucci¨®n del medioambiente. Ante esto contrapuso un ¨²nico ant¨ªdoto: el poder unificador de una literatura protagonizada por ¡°el narrador tierno¡±.
Como buena novelista, Tokarczuk (vestida toda de negro, pelo bien atado atr¨¢s, gafas redondas de pasta oscura) empez¨® evocando una fotograf¨ªa de su madre embarazada de ella, pero de rostro triste. Cuando le pregunt¨®, a?os despu¨¦s, ¡°ella me dijo que estaba triste porque no hab¨ªa nacido a¨²n, pero que ya me extra?aba¡ Coloc¨® mi existencia fuera del tiempo, me dio algo que una vez se llam¨® alma¡±. Ya ah¨ª estaba la semilla de un narrador tierno.
Bajo ese prisma, Tokarczuk fue revisitando el mundo actual: alert¨® que ¡°nos faltan nuevas formas de contar la historia del mundo¡± porque la hoy imperante literatura del yo, si bien da ¡°una gran ¨¢gora donde todos pueden contar su destino¡± se ha acabado convirtiendo en ¡°un coro de solistas, voces ahog¨¢ndose unas a otras: nos falta la par¨¢bola¡±. No mejor libradas quedaron las series televisivas (¡°su influencia en los modos de contar es revolucionaria¡±), que en su propia naturaleza, la necesidad de crear finales abiertos (¡°la f¨¢bula interrumpida que cre¨® Sherezade¡±), provoca "la desaparici¨®n de las catarsis, la experiencia de la transformaci¨®n interna¡±.
Si su voz se iba sosegando, no lo hac¨ªa el trasfondo. Y as¨ª, Internet, que deb¨ªa ¡°unir y generalizar y liberar¡± para ¡°escuchar la armon¨ªa del mundo¡±, ha acabado siendo un lugar de ¡°una cacofon¨ªa de sonidos insoportable. Cada vez m¨¢s es una historia contada por un idiota, llena de ruido y furia¡±. Y su hija, las fake news, ha generado que ¡°la ficci¨®n haya perdido la confianza de los lectores: la mentira se ha convertido en un arma de destrucci¨®n masiva¡± y eso explica, seg¨²n la Nobel, el auge de la no ficci¨®n.
En ese contexto, y tras alertar de que el peso de la imagen puede ser una alternativa inquietante a la lectura y a la escritura (¡°?por qu¨¦ llevar un diario de viajes si puedes colgar fotos en la Red?¡±), propuso Tokarczuk ¡°la literatura contra el diluvio de la informaci¨®n¡± y ese mundo fragmentado, donde ¡°todo est¨¢ en peque?os trozos, galaxias separadas entre s¨ª¡±. Y ah¨ª surgi¨® de nuevo el recuerdo de su madre cuando le contaba la historia de Hans Christian Andersen de la tetera arrojada al basurero tan pronto como se rompi¨® su asa. ¡°Yo lloraba: cre¨ªa que los objetos ten¨ªan sus problemas y emociones¡ Todo el paisaje que nos rodea est¨¢ vivo¡±.
Tokarczuk abog¨® entonces por crear un tipo de narrador en ¡°cuarta persona¡±, el de la visi¨®n m¨¢s amplia, que vaya ¡°m¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites de nuestro ego¡±. Y se involucr¨®: ¡°Escribo ficci¨®n, pero nunca es pura fabricaci¨®n; tengo que dejar que todos los seres y los objetos que salen en mis libros me atraviesen; todo lo que es humano y m¨¢s all¨¢; para eso me sirve la ternura: es gracias a la ternura que la tetera comienza a hablar¡±. El final de su discurso no pod¨ªa ser otro: ¡°La literatura se basa en la ternura hacia cualquier ser que no sea nosotros¡±. Tokarczuk sali¨® refulgente de la sombra.
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