El feminismo contraataca
Desde el principio, Leia, una respetad¨ªsima Carrie Fisher, fue mucho m¨¢s. De ah¨ª que su imagen sea hoy la que m¨¢s se repet¨ªa en los carteles de las manifestaciones del 8 de marzo
A la portentosa Leia, aquella Leia que se met¨ªa con los tipos que hab¨ªan venido a salvarla porque que nunca hac¨ªan lo suficiente para salvarla, se la consider¨® una princesa, pero nunca lo fue en realidad. No fue, al menos, la clase de princesa que se esperaba que fuera. Aunque es cierto que lo primero que hizo fue pedir ayuda, como quien finge querer encajar en la categor¨ªa de damisela en apuros que defini¨® el te¨®rico del cuento Vladimir Propp. Desde el principio, Leia, una respetad¨ªsima Carrie Fisher, fue mucho m¨¢s. De ah¨ª, tal vez, que su imagen sea hoy la imagen ic¨®nica que m¨¢s se repet¨ªa en los carteles de las manifestaciones del 8 de marzo. ?Las leyendas? Nosotras somos la Resistencia; La Fuerza est¨¢ con nosotras, ?y t¨²?; y, la que quiz¨¢ resulte m¨¢s adecuada, si se compara lo incomparable, es decir, la tercera entrega de esta tercera trilog¨ªa, con la de la trilog¨ªa original, El feminismo contraataca.
Pero ?ha contraatacado el feminismo en Star Wars? Por supuesto. La elecci¨®n de una aprendiz de Jedi ya apuntaba en ese sentido, un sentido que en la primera entrega de esta ¨²ltima trilog¨ªa no estaba a¨²n del todo definido. Se ampli¨® no solo el g¨¦nero ¨Caunque entonces a¨²n apenas¨C sino tambi¨¦n la etnia de los personajes, haciendo palidecer a las anteriores entregas por la anomal¨ªa hist¨®rica de plantear una galaxia de seres de todo tipo ¨Ccomo en la famosa cantina de La guerra de las galaxias¨C en la que los humanos eran b¨¢sicamente de un ¨²nico tipo: hombres blancos. Lando siempre fue la excepci¨®n. Su vuelta es quiz¨¢ tambi¨¦n un gui?o. Podr¨ªa decirse que ¨¦l y Leia estuvieron ah¨ª desde el principio, ocultos a simple vista. En el caso de Leia, adem¨¢s, su condici¨®n de pieza fundamental ¨Ces, como Luke, una Skywalker¨C se mantuvo debilitada para la acci¨®n hasta la pasada entrega, Los ¨²ltimos Jedi, considerado el primer Star Wars ¡°para mujeres¡±.
Lo dijo Tracy King en un art¨ªculo para Newstatesman, uno de los pocos medios que trataron el asunto en 2017. Aduc¨ªa King que Los ¨²ltimos Jedi era la primera pel¨ªcula de Star Wars en la que las mujeres estaban por todas partes. Eran pilotos, y eran vicealmirantes, y luchaban, por primera vez, codo con codo con los hombres, y el resto de seres de la Galaxia, sin que nadie las tratase con condescendencia ni intentase protegerlas. Hay una excepci¨®n. Poe Dameron (Oscar Isaac), molesto porque la General Leia elige a la vicealmirante Holdo (Laura Dern) para sustuirla al mando, trata de hacerle un mansplaining que Dern corta en un momento. S¨ª, en Los ¨²ltimos Jedi las mujeres hab¨ªan ganado terreno, y el simbolismo del paso de llamar a Leia general en vez de princesa fue lo que mantuvo el castillo de naipes en pie.
Porque ahora parte del ej¨¦rcito fan considera que Rey, la aprendiz de Jedi que anda en busca de su identidad, es un personaje vac¨ªo, una Mary Sue, la llaman, un personaje deux ex machina insertado en la trama para ¡°lanzar mensajes feministas¡±, sin caer en la cuenta que, en una ficci¨®n en la que la trama manda, como es el caso de Star Wars, todos los personajes son Mary Sues, obedecen a una fuerza, nunca mejor dicho, mayor, la de la historia, y tienen las caracter¨ªsticas justas para encajar en ella. ?De qu¨¦ manera, sino, podr¨ªa Leia haber pasado de presunta damisela en apuros a finales de los setenta a maestra Jedi en el siglo XXI? Su creador, George Lucas, consciente de que jugaba con una cantidad limitada de personajes, ya hab¨ªa pensado en dedicar uno de los nuevos episodios a la transformaci¨®n de Leia en maestra Jedi, algo que finalmente, y pese a la muerte de Carrie Fisher, el exceso de metraje ha permitido solucionar.
As¨ª, en El ascenso de Skywalker, no solo es que las mujeres est¨¦n por todas partes, como ocurr¨ªa en la anterior entrega, hasta el punto de que incluso son tipas duras con cascos las que reciben a los d¨ªscolos pilotos como Poe en planetas extra?os, sino que en ning¨²n momento nadie trata de decirles lo que tienen que hacer ni protegerlas. Finn, el personaje que interpreta John Boyega, podr¨ªa ser la excepci¨®n, aunque en su caso le pierde el amor no confeso a Rey, y teme por ella cada vez que parte sola a lo que parece una muerte segura. Y Rey (Daisy Ridley), el personaje sobre el que recae todo, no es que est¨¦ despose¨ªda de identidad, y quiz¨¢ esto es lo que despiste a aquellos que la consideran un deux ex machina, es que est¨¢ despose¨ªda de una identidad de g¨¦nero, es el ep¨ªtome de lo que trat¨® de ser la princesa Leia, un personaje despojado de cualquier prejuicio por su condici¨®n de mujer.
Y va m¨¢s all¨¢. En su lucha por escapar a su destino ¨Calgo que tambi¨¦n podr¨ªa entenderse, exagerada y nada apropiadamente, como un outing feminista¨C Rey corrige el Mal neg¨¢ndose a destruir y creando ¨Csanando- a su paso, utilizando la Fuerza para aquello que, en su caso, no deber¨ªa: el bien. Al negar el odio, niega el lado oscuro, y cierra el c¨ªrculo eligiendo su propio origen. As¨ª que, podr¨ªamos decir que, si la princesa Leia cambi¨®, con su magn¨¦tica presencia y su actitud (ahogando con sus cadenas a su raptor en el ¨²nico episodio, El retorno del Jedi, en el que aparec¨ªa hipersexualizada), el cine gal¨¢ctico de aventuras, Rey ha creado, desde su calma y valiente indiferencia, la figura de acci¨®n femenina ideal para el universo Star Wars, un modelo inexistente y necesario que, desde su condici¨®n de flamante y poderosa hoja en blanco, est¨¢ dici¨¦ndole a los creadores de este mundo que todo, o casi todo, est¨¢ a¨²n por hacer.
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