El camino de la verdad

En su precioso videoensayo Flanerie 2.0, Chlo¨¦ Galibert-La?n¨¦ indaga en las nuevas formas de la percepci¨®n distra¨ªda enunciada por Walter Benjamin en su Libro de los Pasajes. Esa teor¨ªa de la deriva que m¨¢s tarde acu?ar¨ªa el situacionismo: pasear como gesto pol¨ªtico, como comportamiento ¡°l¨²dico-constructivo¡±. Objeto en los ¨²ltimos tiempos de numerosos textos entre la filosof¨ªa y la autoayuda, caminar ya no es percibido como un deporte sino como un rodeo para encontrarse con uno mismo. Es en este rodeo que nos conduce a lo que de verdad importa donde se sit¨²a Invisibles, formidable pel¨ªcula de la cineasta Gracia Querejeta interpretada por las actrices Adriana Ozores, Emma Su¨¢rez y Nathalie Poza.

Tres amigas que cada jueves por la ma?ana se re¨²nen para caminar. Una premisa tan sencilla como esa le vale a Querejeta para trazar tres historias a partir de un simple gesto com¨²n. Tres mujeres dispersas y distintas a las que escuchamos hablar mientras caminan. Hablan y pasean, o mejor dicho, ri?en y pasean, r¨ªen y pasean, sufren y pasean. Invisibles habla de la amistad dentro de un peque?o espacio de libertad: ese paseo de cada semana. Discuten sobre techos de cristal, acoso, adolescencias perdidas y maternidades frustradas pero en ning¨²n momento la pel¨ªcula cae en los tics de una previsible agenda feminista. Al rev¨¦s, pese al clich¨¦ del t¨ªtulo la tentaci¨®n oportunista se esquiva con inteligencia: no son mujeres ejemplares.

La pel¨ªcula se sostiene en la palabra y el talento de tres actrices capaces de llenar de matices la conversaci¨®n m¨¢s anecd¨®tica y banal, esa donde se esconde la verdad ¨²ltima que se resiste a salir a flote. Adriana Ozores, una profesora de matem¨¢ticas que ha perdido el sentido de su vocaci¨®n y de su matrimonio, convierte su personaje en un inesperado y doloroso grito contra el cinismo. Emma Su¨¢rez, una ejecutiva del mundo del cine soltera y con sobrada seguridad en s¨ª misma, carga con elegante humor y sutileza la mal llevada crisis de los 50 a?os de una mujer acostumbrada a ser el centro de todo. Y Nathalie Poza compone con enorme ternura a la tercera amiga, una mujer insegura, incapaz de plantarle cara ni al fantasma de la soledad ni a la plasta de su hijastra. Sabemos de ellas lo que nos cuentan, pero tambi¨¦n acabamos descubriendo lo que callan. Es una pel¨ªcula que bajo el sol de la ma?ana y la tenue sombra de los ¨¢rboles de un parque cualquiera asoma al espectador sin que casi se d¨¦ cuenta a un posible thriller laboral, a un c¨®mico drama costumbrista y, sobre todo, a una insondable tragedia. Todo ocurre fuera de campo, aunque acaba estallando en primer plano gracias a este paseo junto a una cineasta y tres actrices capaces de dar un nuevo sentido al arte de la deriva.