Las dos guerras de las mujeres llegan al Reina Sof¨ªa
El museo dedica un nuevo espacio a los roles y obras femeninas de ambos bandos en el conflicto


Si la historia es siempre una excavaci¨®n arqueol¨®gica, la historia de las mujeres roza a veces la paleontolog¨ªa. Conviene limpiar las sucesivas capas que han sepultado a las protagonistas hasta llegar al f¨®sil, al meollo, a la verdad desnuda. Las dos salas dedicadas a las mujeres en la Guerra Civil, que ayer abri¨® con car¨¢cter permanente el Museo Reina Sof¨ªa, en Madrid, recogen el resultado de a?os de indagaci¨®n casi paleontol¨®gica, hasta poner las cosas en su sitio. A Gerda Taro, por ejemplo. No solo su cuerpo fue embestido por un tanque descontrolado mientras regresaba del frente de Brunete en 1937, sino que sus fotografias acabaron siendo atribuidas a otro. Aunque el otro fuera Robert Capa, colega y amor.
Tres de las im¨¢genes que pueden verse han sido atribuidas al fot¨®grafo h¨²ngaro hasta hace pocos meses, seg¨²n Concha Calvo, responsable de fotograf¨ªa del museo. Gracias a una investigaci¨®n del ICP (Centro Internacional de Fotograf¨ªa), que conserva el fondo donado por Cornell Capa en 1998, se ha comprobado que los soldados republicanos que se desplazan en el frente de M¨¢laga en 1937 fueron retratados por Taro. Temeraria como los buenos fotorreporteros ¡ªbuscaba el riesgo porque intu¨ªa que all¨ª estar¨ªa la mejor foto¡ª, Taro muri¨® y cay¨® en el olvido. De sus instantes decisivos desapareci¨® su nombre. Todo el espacio legendario qued¨® para Robert Capa, por m¨¢s que ¨¦l la honrase en p¨²blico en el libro Death in the Making (1938), que tambi¨¦n se expone en la sala.
De igual modo ha habido que hurgar con picos y palas en el pasado para rescatar de la amnesia a Kati Horna, la fot¨®grafa h¨²ngara que lleg¨® en enero de 1937 para retratar el conflicto para revistas anarquistas como Umbral o Tierra y libertad. Suyas son im¨¢genes ic¨®nicas de la retaguardia como las realizadas en una maternidad en V¨¦lez-Rubio (Almer¨ªa) y tambi¨¦n fotomontajes con gui?os surrealistas. Kati Horna se exili¨® en 1939 junto a su marido, Jos¨¦ Horna, en M¨¦xico. En las ¨²ltimas d¨¦cadas su trabajo ¡ªque sigue dando sorpresas, como el reciente hallazgo de 500 negativos sobre la guerra espa?ola en ?msterdam¡ª recibe cada vez m¨¢s reconocimiento. En la sala se muestran algunos fotomontajes, portadas de Umbral y retratos, adquiridos en 2017 por el Reina Sof¨ªa.
Sobre el papel de las milicianas en la guerra han ca¨ªdo tambi¨¦n toneladas de silencio. Las mujeres combatieron en el frente durante los primeros meses ¡ªla argentina Mika Feldman lleg¨® a ser capitana de una columna del POUM¡ª hasta que el gobierno del socialista Largo Caballero prohibi¨® su presencia. Apartadas de la primera l¨ªnea, las mujeres se convirtieron en esenciales en la retaguardia para dar apoyo al esfuerzo sanitario o b¨¦lico, como puede verse en las f¨¢bricas donde se rod¨® el documental La mujer y la guerra, escrito y dirigido por Mauricio A. Soll¨ªn en 1938 para la productora Film Popular, que depend¨ªa del Partido Comunista de Espa?a-Partido Socialista Unificado de Catalu?a (PCE-PSUC). Lo m¨¢s llamativo del cortometraje, cedido por la Filmoteca Espa?ola, son las im¨¢genes de milicianas empu?ando armas en las trincheras, apenas vistas con anterioridad.
El prototipo femenino de la propaganda republicana era vanguardista, rompedor, como el de las mujeres atl¨¦ticas de los carteles de Juana Francisca, que firm¨® algunas obras junto a su marido Jos¨¦ Bardasano. Junto a ellos pueden verse Pesadillas infantiles, las estampas de Pitti Bartolozzi que recrean los horrores de la guerra para los ni?os. Corresponden a los aguafuertes que cre¨® para el Pabell¨®n Espa?ol de la Exposici¨®n de Par¨ªs de 1937 y que fueron destruidos por la autora.
Frente a la visi¨®n activa de las mujeres del bando republicano, los roles incentivados por la propaganda de Falange insist¨ªan en la tradici¨®n: ¡°Cumpliendo con gracia femenina la ruda tarea para cuando ellos regresen¡±. Las postales de Jos¨¦ Compte ensalzan a las nuevas mujeres: ¡°Muchachas de Falange, madres del ma?ana¡±.
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