La ciudad que so?¨® una mujer
La mecenas Teresa Enr¨ªquez levant¨® a partir de 1503 la primera villa protorrenacentista de Espa?a, que el municipio toledano de Torrijos est¨¢ recuperando de su abandono
La muerte de su marido en 1503 la abocaba a ser recluida de por vida en un convento. Sus hijos esperaban el momento de recibir la enorme herencia que les correspond¨ªa. Pero Teresa Enr¨ªquez (1450-1529) -mecenas, coleccionista, impulsora de la medicina, culta, profundamente creyente, amiga de la reina Isabel, prima de Fernando el Cat¨®lico- dijo no. Pleite¨® contra sus v¨¢stagos y gan¨®. ¡°Sufro el mal de madre¡±, se quej¨® su hijo Diego. La gran fortuna que pose¨ªa la dedicar¨ªa, a partir de entonces, a convertir en realidad su gran sue?o: construir la primera villa protorrenacentista del reino, la Ciudad de Dios. La levant¨® sobre unas 25 hect¨¢reas del actual casco urbano de Torrijos (hospitales, conventos, iglesias, palacios¡). Todo siguiendo las t¨¦cnicas arquitect¨®nicas y sanitarias m¨¢s modernas del momento. Hasta erigi¨® el primer hospital higienista de Espa?a. Ahora, la consultora arqueol¨®gica Audema, la Escuela de Arquitectura de Toledo, el Ayuntamiento de Torrijos, la Diputaci¨®n de Toledo y el Gobierno de Castilla-La Mancha han comenzado la recuperaci¨®n de la figura de esta mujer y de uno de sus grandes edificios, el hospital de la Sant¨ªsima Trinidad. Acog¨ªa a caminantes, prostitutas o hu¨¦rfanos, estos ¨²ltimos la gran debilidad de Enr¨ªquez. Ser¨¢ visitable en unas semanas.
Enr¨ªquez era una mujer que romp¨ªa los c¨¢nones femeninos de la ¨¦poca ¨Cfue enfermera durante la conquista de Granada- y que uni¨® su fortuna ¨Cera hija del Almirante de Castilla- a la de su esposo, Gutierre de C¨¢rdenas, contador de los Reyes Cat¨®licos y alcalde de Toledo. Era, adem¨¢s, amiga personal de Beatriz Galindo, maestra de Isabel I, y de Beatriz de Bobadilla, consejera de la reina.
Torrijos comenz¨® siendo en la Edad Media residencia de los reyes castellanos. Contaba con un peque?o alc¨¢zar-palacio erigido por Alfonso XI para conmemorar la victoria del Salado frente a los nazar¨ªes. Estaba amurallado y a ¨¦l se acced¨ªa por cuatro puertas. Pero con el tiempo pas¨® a manos del poderoso y cercano Cabildo de Toledo. En 1482 Gutierre de C¨¢rdenas lo adquiri¨®. En ese momento, la localidad no pasaba de ser un municipio de poco m¨¢s de 500 habitantes en torno al alc¨¢zar, unos 200 de ellos encerrados en la juder¨ªa. Sin embargo, a la muerte de su esposo, Enr¨ªquez vio la oportunidad de conferir al municipio un aspecto monumental.
La villa ducal que anhelaba la compondr¨ªan un palacio, dos hospitales, dos conventos, una colegiata¡ Tard¨® en levantarlos menos de 20 a?os. Para evitar su decadencia, los dot¨® de un sistema de financiaci¨®n propio, lo que permiti¨® que estos sobrevivieran casi inalterados hasta la Desamortizaci¨®n de Mendiz¨¢bal de 1836. Las edificaciones se mantuvieron m¨¢s o menos en buen estado hasta que a principios del siglo XX comenzaron a ser desmontadas. A partir de 1901, las principales joyas arquitect¨®nicas de su sue?o pusieron rumbo a museos y propiedades privadas de todo el mundo: el Museo Arqueol¨®gico Nacional de Madrid (MAN), el Victoria & Albert Museum de Londres, en el Museo de Honor de la Legi¨®n de San Francisco (EE UU) o el castillo de Villandry, en Francia, entre otros. Andres Carretero, director del MAN, recuerda que se logr¨® que una parte del artesonado permaneciese en Espa?a. ¡°En el museo se puede admirar la techumbre de estilo moz¨¢rabe del palacio de los C¨¢rdenas¡±, explica.
La Ciudad de Dios en Torrijos
Monumentos que se conservan
Monumentos desaparecidos
Hospital de la Concepci¨®n
(trasladado a las afueras posteriormente)
Hospital de la
Sant¨ªsima Trinidad
C. Molinos
Colegiata
del Sant¨ªsimo
Sacramento
Capilla del
Sant¨ªsimo Cristo
de la Sangre
Av. Estaci¨®n
Palacio de
Altamira
Pl. de
Espa?a
Convento
de la Pur¨ªsima
Concepci¨®n
(actual
Ayuntamiento)
Muralla
Monasterio
de Santa Mar¨ªa
de Jes¨²s
100m
Fuente: Jorge Mor¨ªn y elaboraci¨®n propia.
RODRIGO SILVA / EL PA?S
La Ciudad de Dios en Torrijos
Monumentos que se conservan
Monumentos desaparecidos
Hospital de la Concepci¨®n
(trasladado a las afueras posteriormente)
Hospital de la
Sant¨ªsima Trinidad
C. Molinos
Colegiata
del Sant¨ªsimo
Sacramento
Capilla del
Sant¨ªsimo Cristo
de la Sangre
Av. Estaci¨®n
Palacio de
Altamira
Pl. de
Espa?a
Convento
de la Pur¨ªsima
Concepci¨®n
(actual
Ayuntamiento)
Muralla
C. Carretera de Albarreal
Monasterio
de Santa Mar¨ªa
de Jes¨²s
100m
Fuente: Jorge Mor¨ªn y elaboraci¨®n propia.
RODRIGO SILVA / EL PA?S
La Ciudad de Dios en Torrijos
Monumentos que se conservan
Monumentos desaparecidos
Hospital de la
Concepci¨®n
(trasladado a las
afueras posteriormente)
Puerta
de Maqueda
Puerta
de Toledo
Muralla
Puerta
de Toledo
C. Molinos
Hospital de la
Sant¨ªsima Trinidad
Colegiata
del Sant¨ªsimo
Sacramento
Capilla del
Sant¨ªsimo Cristo
de la Sangre
Av. Estaci¨®n
Portillo
de las Vistillas
C. Molinos
Convento
de la Pur¨ªsima
Concepci¨®n
(actual
Ayuntamiento)
Palacio
de Altamira
Portillo
de la Rua
Pl. de
Espa?a
C. Carretera de Albarreal
C. La Salve
Monasterio
de Santa Mar¨ªa
de Jes¨²s
100m
Fuente: Jorge Mor¨ªn y elaboraci¨®n propia.
RODRIGO SILVA / EL PA?S
"Era famosa por dar ella misma de comer a los pobres que se iban acercando a su villa en los dos hospitales de Torrijos [Consolaci¨®n y la Sant¨ªsima Trinidad, del que solo se conserva el ¨²ltimo] y que fueron levantados siguiendo criterios racionales modernos, que romp¨ªan con la tradici¨®n medieval¡±, explica Jorge Mor¨ªn, director de Audema. ¡°El de la Santisima Trinidad es, de hecho, el primer hospital higienista que se construye en Espa?a durante el reinado de los Reyes Cat¨®licos. Fue dise?ado con una arquitectura que hac¨ªa pedazos los oscuros trazados medievales. Todo era luz y ¨¢reas de ventilaci¨®n¡±, a?ade el arque¨®logo.
Toda la obra de este hospital, salvo las cruj¨ªas sur y oeste que son bajomedievales, gira en torno a un claustro renacentista. Al norte, al oeste y al sur, se extienden tres amplias estancias para atender a los enfermos, que estaban segregados por sexos. Un cirujano, un mayordomo y seis oficiales cuidaban diariamente de ellos.
Hospital de la Sant¨ªsima Trinidad
y capilla del Cristo de la Sangre
Durante el siglo XVI y posteriores la iglesia era la capilla del hospital, por lo que ambas edificaciones se correlacionan, compartiendo paramentos y distribuci¨®n interna de espacios.
En el lado sur, se conservan
restos de una sinagoga.
IGLESIA
Patio
HOSPITAL
Claustro
de planta
trapezoidal.
La nave norte
se derrumb¨®.
Fuente: Jorge Mor¨ªn,
Agust¨ªn J. Mart¨ªn (Arqueodigital).
RODRIGO SILVA / EL PA?S
Hospital de la Sant¨ªsima Trinidad
y capilla del Cristo de la Sangre
Durante el siglo XVI y posteriores la iglesia era la capilla del hospital, por lo que ambas edificaciones se correlacionan, compartiendo paramentos y distribuci¨®n interna de espacios.
En el lado sur, se conservan
restos de una sinagoga.
IGLESIA
Patio
HOSPITAL
Claustro
de planta
trapezoidal.
La nave norte
se derrumb¨®.
Fuente: Jorge Mor¨ªn,
Agust¨ªn J. Mart¨ªn (Arqueodigital).
RODRIGO SILVA / EL PA?S
Hospital de la Sant¨ªsima Trinidad y capilla del Cristo de la Sangre
Durante el siglo XVI y posteriores la iglesia era la capilla del hospital, por lo que ambas edificaciones se correlacionan, compartiendo paramentos y distribuci¨®n interna de espacios.
En el lado sur, se conservan
restos de una sinagoga.
IGLESIA
Patio
HOSPITAL
Claustro de planta
trapezoidal.
La nave norte
se derrumb¨®.
Fuente: Jorge Mor¨ªn,
Agust¨ªn J. Mart¨ªn (Arqueodigital).
RODRIGO SILVA / EL PA?S
El edificio hospitalario -que super¨® el terremoto de Lisboa de 1755 aunque lo deform¨® e inclin¨® sus columnas- mantuvo su funci¨®n hasta la invasi¨®n francesa de 1808. A partir de 1942 fue usado por las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, que lo convirtieron en colegio. En 1976 se clausur¨® por ruina. El entonces arquitecto municipal, Rafael Lobato, ante el p¨¦simo estado en que se encontraba, decidi¨® reforzarlo con pilares de cemento y cinchas de hierro. Luego, ech¨® el candado. Esta sorprendente acci¨®n permiti¨® que el conjunto no se derrumbara y que haya llegado hasta la actualidad. Hace un par de semanas, los arquitectos lograron eliminar todos los refuerzos que coloc¨® Lobato ¨Ctras introducir otros m¨¢s modernos y acordes con la est¨¦tica del hospital- y se mantiene sin problemas en pie.
Jos¨¦ Ram¨®n Gonz¨¢lez de la Cal es uno de los arquitectos de la Escuela de Toledo que ha dise?ado su recuperaci¨®n. ¡°Estaba a punto de hundirse. Hicimos un plan director para restaurarlo. El Ayuntamiento vendi¨® unas parcelas y con ese dinero, en vez de invertirlo en tonter¨ªas, se pudo trabajar. M¨¢s de 4.000 personas ya han visitado las obras, porque el pueblo est¨¢ muy implicado en su historia¡±, recuerda.
Para Gonz¨¢lez de la Cal, el hospital ¡°cuenta la historia de una corte femenina que propugna la monumentalidad¡±. ¡°Enr¨ªquez¡±, a?ade, ¡°es un personaje notable que emplea arquitectos que dise?an un edificio protorrenacentista en la que se mezclan elementos g¨®ticos con las nuevas corrientes que llegan de Italia, pero que nunca han visto personalmente, por lo que tocan de o¨ªdo. Se inventan el estilo. Por eso, los ¨®rdenes constructivos no est¨¢n claros en las obras de Enr¨ªquez. Simulan nervaduras g¨®ticas, pero no lo son en esencia¡±.
El Ayuntamiento de Torrijos, hace poco menos de dos a?os, logr¨® una ayuda de la Uni¨®n Europea de unos 400.000 euros para recuperar el hospital. El concurso fue ganado por dos empresas locales (EPC y TMR), que formaron una UTE. En poco m¨¢s de un a?o desmontaron las medianeras que se alzaron para convertir el edificio en un colegio, levantaron los suelos modernos, recuperaron las columnas del claustro, reconstruyeron el tejado, llevando a cabo labores de consolidaci¨®n de la estructura¡ ¡°Pero queda mucho por hacer¡±, se?ala Mor¨ªn. ¡°Son solo las obras de consolidaci¨®n y excavaci¨®n arqueol¨®gica¡±.
En los trabajos se han hallado yeser¨ªas originales, z¨®calos, azulejos, una bodega con tinajas y hasta una posible sinagoga, ya que el hospital fue construido sobre una antigua juder¨ªa que habitaban unas 200 personas. Se ha encontrado, incluso, un solado con una estrella de David y se cree haber localizado el nicho de la Tor¨¢, el lugar donde los jud¨ªos colocaban su libro sagrado. Pero ahora esa parte del edificio est¨¢ tapada por una escalera levantada en el siglo pasado. Y hasta un grafito de un trabajador que representa claramente la torre de la Colegiata. ¡°Se aburrir¨ªa y emple¨® el tiempo dibujando lo que ve¨ªa desde la parte alta del hospital¡±, se?ala Mor¨ªn.
Pero no fue este el ¨²nico edificio monumental que levant¨® o ampli¨® Enr¨ªquez. Sobre uno que su esposo hab¨ªa ordenado construir, erigi¨® su residencia, el Palacio de Altamira. Se articulaba alrededor de un gran patio cuadrado y en las plantas superiores se ubicaban salones con artesonados que fueron desmontados por completo entre 1901 y 1904.
Fernando de Miguel, concejal de Cultura de Torrijos, explica que ¡°el palacio se mantuvo hasta principios del XX, pero los herederos lo trocearon en cuatro partes y las vendieron al mejor postor. La portada, por ejemplo, est¨¢ en la iglesia-capilla del castillo de Alam¨ªn en Santa Cruz de Retamar (Toledo)¡±.
Pero la gran obra arquitect¨®nica de Enr¨ªquez en Torrijos fue la impresionante colegiata en honor al Sant¨ªsimo Sacramento (1518). La dot¨® de una renta perpetua, lo que la convirti¨® en una de las m¨¢s ricas de Espa?a. El templo, levantado junto al palacio, contaba con un pasadizo que desembocaba en el presbiterio, pero tambi¨¦n fue demolido a principios del XX.
Las portadas de esta edificaci¨®n se atribuyen a Ant¨®n y Enrique de Egas, con la posible colaboraci¨®n de Alonso de Covarrubias. De estilo g¨®tico flam¨ªgero, su gran fachada entremezcla instrumentos musicales, notas, partituras y spolias andalus¨ªes; es decir esculturas, relieves o frisos procedentes de otros edificios. Enr¨ªquez era una gran aficionada a coleccionar obras nazar¨ªes. En la nave principal del templo se localiza el sepulcro renacentista de la mecenas y su esposo.
Enr¨ªquez orden¨® tambi¨¦n construir el convento de franciscano de la Pur¨ªsima Concepci¨®n sobre un antiguo alc¨¢zar medieval de ¨¦poca de Alfonso XI. Pero durante la Guerra de la Independencia los franceses le prendieron fuego y se perdi¨® gran parte de su volumen original, ahora ocupado por una plaza. En 1970, lo que quedaba del cenobio fue abandonado tambi¨¦n dada su situaci¨®n ruinosa. Las obras arquitect¨®nicas de esta mujer ya no soportaban m¨¢s el paso del tiempo. El Ayuntamiento, no obstante, consigui¨® recuperarlo parcialmente y ahora es sede del Consistorio. En su interior se conservan la Sala del Refectorio -donde se guarda un fresco que representa a Enr¨ªquez- la Sala Capitular y la antigua iglesia.
El Ayuntamiento ha editado ahora un folleto explicativo de lo que se ha venido haciendo en los ¨²ltimos a?os. En su primera p¨¢gina se puede leer: ¡°En una ¨¦poca de apertura y cambios, la determinaci¨®n de una mujer dio forma a un Torrijos como villa moderna. El sue?o de una mujer¡±.
Emparedada y de pie
El Ayuntamiento, en 2018, comenz¨® un proyecto de recuperaci¨®n de la memoria de la mecenas. ¡°Nos propusimos rescatar su figura, muy unida tradicionalmente al mundo religioso [est¨¢ en proceso de beatificaci¨®n y el papa Julio II la llamaba la 'Loca del Sacramento'] pero ella era mucho m¨¢s. Una mujer excepcional que creaba escuelas para m¨²sicos o m¨¦dicos, algunos de cuales terminaron ejerciendo en Am¨¦rica¡±, se?ala el concejal Fernando de Miguel.
En los ¨²ltimos a?os de vida. Enr¨ªquez adopt¨® una vida monacal y pidi¨® ser emparedada en el Monasterio de Santa Mar¨ªa de Jes¨²s (tambi¨¦n derribado por las tropas napole¨®nicas). Enr¨ªquez falleci¨® el 4 de marzo de 1529, pero antes hab¨ªa dejado escrito: ¡°Suplico con humildad que despu¨¦s de mi fallecimiento y funerales, como dejo ordenado en mi testamento, saquen mi cuerpo de la b¨®veda adonde estuviere, y con toso secreto se ponga en nicho de pared cerrado: de modo que no se ponga se?al alguna por donde est¨¢¡±. El 7 de enero de 1688, un religioso descubri¨® el ata¨²d. Estaba de pie, como hab¨ªa ordenado, sin tapa, empotrado en la pared y mostraba los restos incorruptos de la mujer.
Finalmente, el cuerpo fue trasladado al convento de las Hermanas Concepcionistas, donde ahora est¨¢ el Ayuntamiento. Como en 1974, este cenobio tambi¨¦n tuvo que ser cerrado por su mal estado, el cuerpo se traslad¨® a un convento moderno a las afueras. ¡°Su cuerpo incorrupto, que se puede contemplar, es un perfecto reflejo de lo que fue. Fue criticada porque la enterraron con un traje de terciopelo rojo, una tela car¨ªsima en la ¨¦poca y que romp¨ªa su imagen de mujer alejada de las riquezas. Lo que se descubri¨® despu¨¦s es que bajo ese traje que mostraba su coqueter¨ªa ocultaba los h¨¢bitos de una humilde monja. Una mujer excepcional¡±, concluye Mor¨ªn.