Viaje por el territorio m¨¢s fr¨¢gil del espa?ol
Centroam¨¦rica y el Caribe resisten como frontera del idioma con sus academias sin medios y una tremenda influencia del ingl¨¦s
El espa?ol es una de las lenguas consideradas potencia en el mundo: la tercera en n¨²mero detr¨¢s del chino mandar¨ªn y el ingl¨¦s y la segunda en influencia. Pero su pujanza y su salud var¨ªan seg¨²n los territorios donde se asienta. Si hay uno m¨¢s fr¨¢gil entre todos es Centroam¨¦rica y el Caribe. En una reciente gira previa al confinamiento por esa zona, Santiago Mu?oz Machado, actual director de la Real Academia Espa?ola (RAE) y presidente de la Asociaci¨®n de Academias de Espa?ol (ASALE), ha podido c...
El espa?ol es una de las lenguas consideradas potencia en el mundo: la tercera en n¨²mero detr¨¢s del chino mandar¨ªn y el ingl¨¦s y la segunda en influencia. Pero su pujanza y su salud var¨ªan seg¨²n los territorios donde se asienta. Si hay uno m¨¢s fr¨¢gil entre todos es Centroam¨¦rica y el Caribe. En una reciente gira previa al confinamiento por esa zona, Santiago Mu?oz Machado, actual director de la Real Academia Espa?ola (RAE) y presidente de la Asociaci¨®n de Academias de Espa?ol (ASALE), ha podido comprobar sobre el terreno los problemas a los que se enfrentan quienes se encargan all¨ª de la defensa del castellano: escasos fondos, sedes estrechas o en ruina y una continua contaminaci¨®n del lenguaje convierten a los acad¨¦micos de Nicaragua, El Salvador, Honduras, Cuba, Rep¨²blica Dominicana, Guatemala, Panam¨¢ o Costa Rica en aut¨¦nticos h¨¦roes del idioma.
¡°Piensan en algunas rep¨²blicas, y lamento decir que tambi¨¦n algunos pol¨ªticos en nuestro pa¨ªs, que el espa?ol se encuentra estabilizado, que la lengua funciona sin necesidad de que nadie la atienda¡±, comenta Mu?oz Machado. Pero no es esto lo m¨¢s alarmante, a su juicio, por la frivolidad que de ello se desprende. ¡°Son capaces de presenciar su corrupci¨®n y deterioro hasta el extremo de que dejemos de entendernos en la misma lengua las diferentes comunidades hispanohablantes¡±.
Para que tal extremo no se d¨¦, es preciso diagnosticar los peligros, aquellos territorios donde se encuentran m¨¢s al acecho e intentar arrancar a estas autoridades soluciones. No hay que inventar nada, ni impulsar marcos de compromiso. Ya existen. El Convenio de Bogot¨¢, en 1960, sigue siendo v¨¢lido. Mediante este, todos los gobiernos de los estados americanos se comprometen a dotar a las academias de recursos inmobiliarios, financieros y de personal suficientes para que puedan desarrollar dignamente sus funciones. No en todos los pa¨ªses se ha dado esta protecci¨®n. Ni siquiera hasta el a?o pasado en Espa?a, donde fue necesario que el primer Gobierno de Pedro S¨¢nchez atendiera el grito de auxilio de la RAE y ofreciera cuatro millones de euros para su sanar las estrecheces en que hab¨ªan quedado tras a?os de recortes.
El caso de los pa¨ªses centroamericanos y del Caribe es m¨¢s grave. De estos pa¨ªses, los que mejor se encuentran, seg¨²n Mu?oz machado son Panam¨¢ y Cuba. Pero la situaci¨®n de casi todos los dem¨¢s resulta preocupante, para el director de la RAE: ¡°Heroico, me parece que instituciones como las academias tengan que estar solicitando continuamente a los gobiernos los m¨ªnimos recursos para atender el mayor bien cultural de una naci¨®n, su lengua. Una buena parte del trabajo de los directores se dedica a esta clase de mendicidad en beneficio del inter¨¦s general¡±.
En este sentido, la Academia nicarag¨¹ense tiene un gran solar que le regal¨® el ayuntamiento de Managua hace a?os, sobre el que sue?an levantar un edificio dedicado a la lengua y la cultura del espa?ol. ¡°Me llevaron a verlo, y paseamos por ¨¦l lament¨¢ndonos de la situaci¨®n¡±, asegura Mu?oz Machado. El director de la RAE arranc¨® un compromiso de ayuda al presidente Daniel Ortega en su gira del pasado febrero. ¡°Me asegur¨® que les ayudar¨ªa, incluso asign¨¢ndoles una casa de modo provisional¡±.
En Guatemala cuentan con escas¨ªsimos recursos y requieren ampliar sus disponibilidades inmobiliarias. ¡°Se re¨²nen en un peque?o piso, como m¨¢ximo, cuarenta personas, algo m¨¢s que insuficiente para desarrollar actividades culturales. El presidente de la Rep¨²blica, don Alejandro Giammattei, se comprometi¨® a desarrollar, en colaboraci¨®n con la Academia y dot¨¢ndola de recursos, diversos programas concernientes a la lengua y a las pol¨ªticas de lectura. Y qued¨® en facilitarles un inmueble m¨¢s adecuado¡±, comenta Mu?oz Machado.
La de El Salvador cuenta con una buena sede pero no la puede utilizar en su integridad porque necesita una restauraci¨®n muy importante. Viven de las ayudas que le prestan un par de universidades y otra del Gobierno que asciende a 5.000 d¨®lares (4.570 euros). Honduras no presenta problema de sede, pero s¨ª, otros muy serios, de dinero¡
Eduardo Bad¨ªa Serra, director de la academia de El Salvador, comenta que buscan fondos de otra manera. ¡°Opciones que permitan a la Academia funcionar con un mayor grado de autonom¨ªa e independencia econ¨®mica¡±, asegura. ¡°Y esta es una de las labores m¨¢s urgentes al momento. ASALE y la Real Academia env¨ªan una peque?a ayuda proveniente de las regal¨ªas obtenidas de la venta de los libros, pero es realmente muy peque?a, este a?o hemos recibido unos 500 euros.
Pero en El Salvador tampoco ayudan iniciativas del Gobierno en otro sentido: ¡°Recibimos mucha influencia y de forma muy negativa, del idioma ingl¨¦s. Hay incluso intentos oficiales de declararlo como segunda lengua. Nuestra Academia se opone radicalmente a ello, y desarrolla esfuerzos para minimizar la influencia negativa que produce en el habla de la gente, especialmente en nuestra juventud¡±. El Salvador cuenta alrededor de un tercio de su poblaci¨®n viviendo en Estados Unidos, regular e irregularmente: ¡°Ello contribuye a¨²n m¨¢s a que el esa influencia aumente¡±, afirma Badia.
Es algo que preocupa menos entre los acad¨¦micos cubanos, como asegura la cabeza visible de la instituci¨®n en la isla, Rogelio Rodr¨ªguez Coronel. ¡°No somos puristas¡±, dice. ¡°Ante todo partimos de la idea de que la lengua la hace el pueblo y tiene sus propios mecanismos de autorregulaci¨®n. No nos consideramos due?os de la misma, sino solo, meros notarios de lo que el pueblo sanciona y adquiere condiciones de fijeza¡±.
A partir de ese principio, a?ade Rodr¨ªguez Coronel, trabajan por el mejor conocimiento, cultivo y ense?anza de la lengua y la literatura cubana y tratan de proveer y divulgar modelos de buenas pr¨¢cticas entre sus hablantes. ¡°En consonancia con esos principios, trabajamos para proponer al Estado una pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica que coloque en su justo lugar nuestro idioma materno, y en particular su variedad cubana¡±.