?Qui¨¦n est¨¢ detr¨¢s del primer Pulitzer a una fot¨®grafa espa?ola?
Susana Vera (Pamplona, 1974) forma parte del equipo de reporteros de la agencia Reuters galardonado por la cobertura de las revueltas en Hong Kong
El ojo del buen fot¨®grafo es como las manos de la abuela cocinera. Con los mismos ingredientes y en la misma cocina que los dem¨¢s hacen esas croquetas insuperables e inimitables. Les distingue captar lo que nos rodea al com¨²n de los mortales con un toque personal. Y eso entre los millones de im¨¢genes que saturan nuestro d¨ªa a d¨ªa. ¡°?Co?o, qu¨¦ foto! ?C¨®mo la has hecho?¡±, exclama nada m¨¢s y nada menos que el compa?ero que estaba al lado, en el mismo momento y con un aparato similar. Los mismos ingredientes y la misma cocina. No es cuesti¨®n de c¨¢mara, objetivo, retoque digital o tecnolog¨ªa. Tampoco de contrato o sueldo. Ni siquiera de suerte, rapidez o a?os de experiencia. Detr¨¢s del buen fot¨®grafo hay alguien que tiene ojo, como se dice en el argot. ?Algo innato? Seguramente. Desde luego que es importante lograr empat¨ªa, proximidad, dedicaci¨®n, originalidad, paciencia, sentido de la oportunidad... Pero es la mirada la que imprime un sello especial. Un marchamo, a veces dif¨ªcil de explicar y percibir, que consigue que esas fotos nos llamen la atenci¨®n, se distingan de otras y las saboreemos con m¨¢s gusto. Las fotos de Susana Vera (Pamplona, 1974) son como las croquetas de la abuela.
Es la primera espa?ola galardonada con el premio Pulitzer de fotograf¨ªa. Y sus im¨¢genes son un manjar en el que recrearse con calma y lejos del ruido. Por eso quiz¨¢s hasta a ella misma le choca la distinci¨®n de esta semana por una imagen vertiginosa de la detenci¨®n entre gases lacrim¨®genos de varios manifestantes en Hong Kong. ¡°Nadie que conozca mi fotograf¨ªa la reconocer¨ªa como m¨ªa¡±, afirma, ¡°porque soy una fot¨®grafa de fotos calladas, en las que aparentemente pasa muy poco¡±. Esa foto galardonada forma parte de la cobertura que el a?o pasado llev¨® a cabo junto a varios compa?eros de la agencia Reuters de las revueltas en esa excolonia brit¨¢nica, donde estuvo tres semanas. ¡°Necesitas estar en primera l¨ªnea. Les vi tirados en el suelo. La polic¨ªa deteni¨¦ndoles y me lanc¨¦. Tuve unas pocas fotograf¨ªas antes de que la polic¨ªa me echara hacia atr¨¢s¡±.
Recuerda que la tom¨® la misma jornada en la que a una compa?era de otro medio le volaron un ojo con una pelota de goma. Pero Susana no estaba bregada en mil batallas. Ni es lo que se llama una reportera de guerra. Era el segundo d¨ªa de un ¡°bautismo de fuego bastante violento¡± tras m¨¢s de dos d¨¦cadas como fot¨®grafa de prensa. Eso s¨ª, se muestra satisfecha de haber abandonado su ¡°zona de confort¡± y demostrarse a s¨ª misma que puede ¡°hacer ese tipo de trabajo¡±. Reconoce, sin embargo, que no es esa adrenalina informativa la que le gustar¨ªa tener como ritmo habitual de trabajo. Aunque su d¨ªa a d¨ªa es m¨¢s de partidos de la Champions, ruedas de prensa o escenas de calle, donde ella se encuentra ¡°m¨¢s a gusto es con historias ¨ªntimas¡±, detalla. ¡°Historias que probablemente no sean de portada como la crisis pol¨ªtica de Hong Kong, historias peque?as para las que no te tienes que ir al otro lado del mundo¡±. Ah¨ª es donde su c¨¢mara se hace fuerte. El seguimiento que hizo en Madrid huyendo de las prisas durante tres a?os del transg¨¦nero Gabriel D¨ªaz de Tudanca, incluso en el quir¨®fano, en su transformaci¨®n de chica a chico desborda sensibilidad y cercan¨ªa. Esas fotos no son, desde luego, croquetas de bolsa congeladas. La buena fotograf¨ªa es ¡°la que se queda contigo¡± y ¡°deja espacios abiertos a la interpretaci¨®n¡±.
Echando la mirada hacia atr¨¢s podemos encontrar la explicaci¨®n de por qu¨¦ esa forma de reportear y contar el mundo. Susana Vera estudiaba a mediados de los a?os noventa su ¨²ltimo a?o de Periodismo en Estados Unidos cuando, con un pu?ado de horas sueltas, hizo un curso de fotograf¨ªa. Recuerda que gracias a aquel accidente, que no fue m¨¢s que para cuadrar cr¨¦ditos, surgi¨® aquel idilio que hoy ha madurado con mucho m¨¢s que un Pulitzer. ¡°Me enamor¨¦¡± de la ¡°inmediatez y del ser testigo directo¡±. ¡°Con una c¨¢mara te fijas en los peque?os detalles. Te tomas las cosas con un poquito m¨¢s de calma, de tiempo, y que las cosas sucedan delante de ti¡±.
Con una c¨¢mara te fijas en los peque?os detalles. Te tomas las cosas con un poquito m¨¢s de calma, de tiempo, y que las cosas sucedan delante de ti
Para alguien que bucea en la realidad hasta hacerse invisible en la m¨¢s absoluta cercan¨ªa, cubrir una crisis como la del coronavirus ha sido un drama. ¡°Una monta?a rusa emocional¡±, asegura. ¡°La cobertura de la pandemia est¨¢ siendo complicada a nivel personal y tambi¨¦n profesional¡±. Es la primera vez que Vera, m¨¢s all¨¢ de asumir ella misma riesgos como reportera, tiene que convivir con c¨®mo sacar adelante su trabajo sin poner en riesgo a los dem¨¢s. Los dem¨¢s son su propia familia o aquellos a los que fotograf¨ªa y a los que, como posible portadora sin s¨ªntomas, podr¨ªa contagiar. Su objetivo est¨¢ claro: ¡°Yo me tengo que ir cada noche a la cama con la conciencia tranquila¡±.
Por eso es complicado que, viendo estos d¨ªas el trabajo de Susana Vera en el Madrid confinado, digamos algo tan recurrente como ¡°?fot¨®n de Pulitzer!¡±. Ella lo sabe. Es consciente y habla abiertamente de ello. Interrumpe su explicaci¨®n durante unos segundos para fotografiar el minuto de silencio, emocionante para los o¨ªdos pero anodino a la vista, que cada d¨ªa tiene lugar en la Puerta del Sol en recuerdo de las v¨ªctimas de la pandemia. En el kil¨®metro cero no pasa aparentemente nada. Clic, clic, clic. Susana Vera se mueve discreta, casi agazapada. En medio de la vor¨¢gine visual que vivimos; ¡°mejor buenas fotos y pocas¡±, opina. Y ¡°que te arranquen alg¨²n tipo de emoci¨®n¡±. El obturador de su Canon se activa despacio al ritmo del adagio de Samuel Barber. Parece la banda sonora perfecta para la fot¨®grafa de las im¨¢genes calladas. Qu¨¦ lejos queda Hong Kong.
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