Lo de la cultura
Se necesita cultura, porque es inherente a nuestra sociedad, no puede no estar, y porque en el poder acceder a ella en su diversidad es donde encontramos anclas que nos eviten la deriva
?Qu¨¦ m¨¢s quieres, si trabajas de lo que te gusta? Que adem¨¢s de un curro sea un empleo. Hay una parte de nuestra poblaci¨®n activa con la peculiar demanda de recursos para vivir, no solo dinero ¡ªremuneraci¨®n de cuando en cuando, ya que ellos y ellas tambi¨¦n aportan un buen pellizco al PIB¡ª sino tambi¨¦n derechos, reconocimiento como trabajadoras y trabajadores. ?As¨ª estamos? As¨ª estamos. En esta crisis hemos visto que hay cosas esenciales que no se reconocen. Se necesita de los cuidados, m¨¢s tarde o m¨¢s temprano todas las personas los necesitamos. Se necesita cultura, porque es inherente a nuestra sociedad, no puede no estar, y porque en el poder acceder a ella en su diversidad es donde encontramos anclas que nos eviten la deriva. Para que la incertidumbre no nos devore necesitamos lenguajes y miradas y voces y representaciones de la belleza o la tormenta. Para poder entender o para ir a otra parte, o para lo que sea y porque s¨ª.
Mi generaci¨®n lleva m¨¢s de diez a?os viendo c¨®mo estallan burbujas. Ni lo de la igualdad de g¨¦nero estaba hecho, ni el ladrillo era un valor seguro, ni la suma de esfuerzo y talento te permitir¨ªa ganarte la vida como quisieras. Y no, la cosa no iba de suerte. Iba, y va, de condiciones materiales. Lo he visto desde siempre entre quienes trabajan en la cultura, pero no lo entend¨ª desde el principio. Al fin y al cabo, si te hacen creer que el canon es una suerte de criterio que se decanta de manera ¡°natural¡± con el paso del tiempo, si te crees que ese manuscrito o esa composici¨®n un d¨ªa alguien las sacar¨¢ del olvido por su val¨ªa, puedes tambi¨¦n creer que lo que triunfa es porque lo vale y lo que no, porque no. Pero cuando entiendes que hay discos duros, y nubes enteras de informaci¨®n con grandes obras de literatura o con m¨²sica que podr¨ªa pasar a la Historia y que quedar¨¢n en el limbo, ves que esto del talento viene a ser un criterio tramposo cuando existe desigualdad y el acceso a los medios, a los recursos, a la distribuci¨®n no es igual para todas las personas que quieren y tienen algo que contar.
El Gobierno tiene la obligaci¨®n es de garantizar el acceso universal a la cultura entendi¨¦ndola como un bien de primera necesidad y no hurtar a nadie la posibilidad de trabajar con dignidad
Un Gobierno al que le importe la ciudadan¨ªa, su emancipaci¨®n y su capacidad cr¨ªtica, puede, por puro placer est¨¦tico, citar a poetas, compartir su entusiasmo por las creaciones y producciones culturales de su pa¨ªs, y debiera fomentar de manera ejemplar esa participaci¨®n en los hechos y actos culturales; pero de lo que tiene sin duda la obligaci¨®n es de garantizar el acceso universal a la cultura entendi¨¦ndola como un bien de primera necesidad y no hurtar a nadie, porque existan condiciones materiales inasumibles, la posibilidad de trabajar con dignidad (lo que vienen siendo derechos) en la cultura. Tan sencillo como esto: un reconocimiento laboral en regla, una comprensi¨®n de qu¨¦ actividad se realiza y en qu¨¦ condiciones. Una apuesta, como la que hay en el sector del autom¨®vil ¡ªpor poner un innegable ejemplo¡ª, por las producciones culturales del pa¨ªs que se gobierna.
En este sentido, la primera respuesta al clamor de miles de personas vinculadas a la cultura, como trabajadoras o como ciudadan¨ªa que sabe de su valor, ha venido en forma de Real Decreto Ley por parte del Ministerio de Cultura que con toda seguridad se aprobar¨¢ esta semana en el Congreso. Sin duda un avance fundamental en un camino que necesitamos andar con determinaci¨®n, sin pasos en falso, porque a muchas familias les va la vida en ello y porque a todas, seamos m¨¢s o menos conscientes, nos van las ventanas, los horizontes y las herramientas para pensar por nosotras mismas. Si pensamos especialmente en las primeras semanas de confinamiento, la m¨²sica, las pel¨ªculas, los poemas, los libros, la divulgaci¨®n llenaron las redes, casi con ansia, con horror vacui. Compartir puntos de vista pero tambi¨¦n portales (en momentos en que no pod¨ªamos atravesar el propio) a lugares y tiempos de evasi¨®n. Esto no supuso beneficio alguno para todas las personas implicadas en esos hechos culturales, pero s¨ª a las plataformas que tributan en¡ en Espa?a no, o apenas. Se hace urgente y es a todas luces estrat¨¦gico como sociedad y como pa¨ªs disponer, como m¨ªnimo, de una plataforma digital p¨²blica, que difunda los contenidos culturales con garant¨ªas para quienes los generan y de acceso sencillo y directo para la ciudadan¨ªa. Este es un paso esencial para darle cuerpo legislativo al euf¨®nico principio de la cultura como bien de primera necesidad. Y es asumir que ya hemos entrado de lleno en el tiempo en el que los medios de los que toca hablar son los medios de distribuci¨®n.
Mi generaci¨®n lleva m¨¢s de diez a?os viendo c¨®mo estallan burbujas
Pero son muchas m¨¢s cuestiones las que tienen que impulsarse desde el Gobierno, sumando a ese Real Decreto desde la urgencia y desde la reflexi¨®n tambi¨¦n. Una reflexi¨®n que est¨¢ hecha, que encarnan las personas que trabajan en la cultura, porque la sufren en todos los fraudes de contrataci¨®n (ya por cuenta ajena, ya como peque?as empresas o personas aut¨®nomas), en los pagos dilatados sine die, en los malabarismos aritm¨¦ticos para los que apenas hay maestr¨ªa que valga. Pienso en algo que dice la escritora Bel¨¦n Gopegui en un art¨ªculo de la periodista Anna Pacheco: vienen momentos de sindicarse, de autodefensa feminista y estudio militante. Hay sindicatos y organizaciones en la cultura, y ojal¨¢ vengan m¨¢s. Al otro lado, tiene que estar un gobierno que escuche, que se haga cargo y que crea de verdad que la dignidad material y el acceso a la cultura en toda su diversidad ser¨¢ lo que nos haga libres.
Sof¨ªa Casta?¨®n es responsable de cultura de Podemos, poeta y directora de cine.
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