Conozcan al mejor poeta esc¨¦nico del mundo
Dani Orviz, asturiano afincado en Barcelona, gana la Copa del Mundo de Poetry Slam, una disciplina entre la tradici¨®n oral, el ¡®spoken word¡¯ y la ¡®performance¡¯
Se puede ser campe¨®n del mundo de poes¨ªa igual que de f¨²tbol, boxeo, baloncesto o waterpolo. Al menos en una de sus disciplinas: el poetry slam. Dani Orviz (Sotrondio, Asturias, 1976) conquist¨® el fin de semana pasado este galard¨®n planetario, aunque, debido al confinamiento, las masas po¨¦ticas no pudieron salir a celebrarlo a las calles ni a ba?arse a las fuentes. Lo festejaron en Internet, donde tambi¨¦n se disputo una final que, por lo general, y m¨¢s all¨¢ de pandemias, tiene lugar en un teatro del parisino barrio de Belleville. Orviz es el mejor slammer del mundo, el Michael Jordan de la poes¨ªa oral, el Rafa Nadal del verso perform¨¢tico.
El autor mezcla humor, cr¨ªtica anticapitalista y vida cotidiana
¡°Aunque este a?o la competici¨®n ha sido online, ha resultado muy emocionante¡±, explica el poeta, afincado en L¡¯Hospitalet de Llobregat. Entre los finalistas se encontraban representantes de Portugal, Escocia, Israel, Costa de Marfil o Mal¨ª. ¡°Siempre me gustan mucho los slammers africanos, vienen de la tradici¨®n de los griots [cuentacuentos que iban por los pueblos] y hacen una poes¨ªa muy humana, pegada a la tierra¡±. Al final gan¨® la de Orviz, que ya hab¨ªa quedado en tercer lugar en una edici¨®n anterior.
Una poes¨ªa de la crisis constante, que mezcla el humor con el bistur¨ª m¨¢s ¨¢cido y que saca a relucir el absurdo cotidiano en el que sobrevivimos. Los versos del campe¨®n hablan de la vida de los trabajadores de supermercados low cost, de las modas est¨²pidas del capitalismo decadente, de la eterna rueda de producci¨®n en la que giramos y giramos sin parar.
Se mantiene precariamente en pie entre la risa y la desesperaci¨®n m¨¢s negra. Orviz tiene una metralleta en la boca, el cuerpo enchufado a la corriente el¨¦ctrica y el cr¨¢neo relleno de veloces engranajes. Suele llevar sombrero. Y act¨²a a menudo en su perfil de Instagram (@dani.orviz).
Pero, ?c¨®mo se puede ganar en poes¨ªa? ?Por qu¨¦ introducir el impuro elemento de la competici¨®n? Porque es un se?uelo. ¡°Hace que en el slam haya grandes niveles de concentraci¨®n en el p¨²blico y los artistas, que sea m¨¢s vivo y participativo¡±, dice Orviz, ¡°aunque tiene el problema de que se pierda el sentido y nos concentremos demasiado en ganar¡±. Los participantes de los eventos de slam, que se han diseminado por buena parte de la geograf¨ªa mundial, tienen tres minutos para defender sus textos, que luego son calificados por el p¨²blico. Por lo general, no se limitan a leer al modo del recital tradicional, sino que lo interpretan. Se ve de todo, de la crema al desastre, porque estos foros permiten a autores primerizos bandearse en las tablas. Obligan a producir material para los frecuentes eventos y mostrar el trabajo a los dem¨¢s. ¡°El slam te hace crecer¡±, dice el poeta.
Habla de una disciplina integrada en el denso ramaje de la poes¨ªa esc¨¦nica, alguno de cuyos tent¨¢culos tocan con el rap y el spoken word ¡ªque mezcla la poes¨ªa con el teatro y la m¨²sica¡ª (como en el caso de los estadounidenses Gil Scott-Heron y Saul Williams o la brit¨¢nica Kate Tempest), con la performance (Mar¨ªa Salgado, Gonzalo Escarpa), con la poes¨ªa sonora (Eduard Escoffet) o el humor (los extintos Accidents Polipo¨¨tics, Peru Saizprez o la micropoetisa Ajo). Aunque la poes¨ªa tiene or¨ªgenes orales desde la noche de los tiempos, en el siglo XX esta pr¨¢ctica hunde sus ra¨ªces en la generaci¨®n beat y en la performance y el happening.
Orviz se introdujo en la poes¨ªa de manera natural porque, en su cuenca minera natal, sus padres, ahora jubilados, eran profesores y lectores. Luego se mud¨® a Madrid, a estudiar: ¡°En aquel momento era lo que todo el mundo hac¨ªa en Asturias¡±. Fue en un garito de la Malasa?a pregentrificada, el Bukowski Club, donde empez¨® a interpretar sus creaciones ante el p¨²blico. ¡°Una noche llevaba tres poemas para recitar, pero le regal¨¦ uno a una chica que me llam¨® la atenci¨®n en el metro¡±, explica. Fue cuando descubri¨® que recitar de memoria le permit¨ªa aumentar sus posibilidades expresivas. Mover las manos. Usar el cuerpo. As¨ª empez¨® a evolucionar hasta ganarlo todo: ahora la Copa del Mundo, pero antes el campeonato de Europa, varias veces el de Espa?a, e innumerables eventos individuales. El Bukowski Club, ahora desaparecido, fue un caldo de cultivo para muchos poetas: le ha tomado el relevo el bar Aleatorio, tambi¨¦n en Malasa?a.
Me interesa mucho la poes¨ªa popular, la que se transmite de boca a boca
¡°Me interesa mucho la poes¨ªa popular¡±, relata Orviz, ¡°esa de la que no se conoce el autor, que se transmite de boca en boca¡±. Era la ¨²nica manera en la que antes un poeta oral pod¨ªa pasar a la posteridad, la otra opci¨®n era dejar obra impresa. Tal vez por eso la poes¨ªa oral o esc¨¦nica no ha gozado siempre de una aceptaci¨®n total. ¡°Ahora, en cambio, tu obra puede estar grabada en v¨ªdeo, colgada en YouTube, no se la lleva el viento¡±, cuenta Orviz, que tiene pocos libros, mayormente autopublicados para vender en sus eventos. Este cambio tecnol¨®gico, opina, puede haber influido en que la esc¨¦nica sea una v¨ªa cada vez m¨¢s apetecible y respetada.
Aunque no lo parezca uno puede ganarse la vida con la poes¨ªa. ¡°No solo escribiendo libros, claro¡±, se?ala Orviz. En su caso, da shows, imparte talleres, escribe por encargo¡ ¡°estas y otras cosas que yo llamo el I+D de la poes¨ªa¡±. Como en un desplante torero, Orviz llega a lo m¨¢s alto y se retira: no va a continuar participando en campeonatos de slam. ¡°Ya lo ten¨ªa pensado: voy a seguir haciendo mis espect¨¢culos po¨¦ticos, pero no quiero seguir ocupando espacio en estos eventos. Hay que dejar paso a las generaciones que vienen detr¨¢s¡±.
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