El Nobel de Literatura pasa a la final
La Academia sueca deja en cinco nombres los 200 candidatos iniciales. Una decena de escritores y editores hacen sus apuestas para el premio, que se da en octubre
El bombo literario m¨¢s famoso del mundo est¨¢ a punto y tiene solo cinco bolas en su interior. Los 18 acad¨¦micos suecos estudian las obras de los cinco candidatos finalistas de los que saldr¨¢ el Nobel de Literatura. Cada cual lo hace desde su casa, a resguardo de los rumores habituales y del temporal de salud que ha acosado al mundo. A juzgar por los que ahora, desde Estocolmo, tienen pistas de por d¨®nde sopla el viento, parece que este se?ala a ?frica como el lugar de nacimiento del elegido.
A principios de a?o ha...
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El bombo literario m¨¢s famoso del mundo est¨¢ a punto y tiene solo cinco bolas en su interior. Los 18 acad¨¦micos suecos estudian las obras de los cinco candidatos finalistas de los que saldr¨¢ el Nobel de Literatura. Cada cual lo hace desde su casa, a resguardo de los rumores habituales y del temporal de salud que ha acosado al mundo. A juzgar por los que ahora, desde Estocolmo, tienen pistas de por d¨®nde sopla el viento, parece que este se?ala a ?frica como el lugar de nacimiento del elegido.
A principios de a?o hab¨ªa 200 autores en liza, de los que en abril sobresalieron 15. En mayo quedaron cinco. Tras zozobras graves (esc¨¢ndalos de abusos sexuales, la suspensi¨®n de la concesi¨®n en 2018 y la entrega de dos premios juntos el pasado diciembre), la Academia sueca afronta un a?o tranquilo. Si bien el coronavirus est¨¢ siendo de gesti¨®n complicada en Suecia, no parece que vaya a perturbar esas cavilaciones dom¨¦sticas de los miembros del jurado literario m¨¢s grave, ni la decisiva reuni¨®n de septiembre, de la que saldr¨¢, previsiblemente, el premiado. El segundo jueves de octubre, como es habitual, se leer¨¢ el fallo de un galard¨®n marcado por el secreto y las especulaciones.
De la primitiva lista de los doscientos sobresali¨® media docena de europeos, seg¨²n fuentes de la academia. Son el rumano Mircea Cartarescu, el h¨²ngaro L¨¢szl¨® Krasznahorkai, la francesa Nina Bouraoui, la finlandesa Sofi Oksanen, el noruego Jon Fosse y la rusa Liudmila Ulitskaya. Aspirantes de otras procedencias, seg¨²n las mismas fuentes, son el keniano Ngugi wa Thiong¡¯o, la antillana Maryse Cond¨¦ y el israel¨ª David Grossman. Esto implica que se habr¨¢n quedado por el camino, entre otros, el estadounidense Don DeLillo, el canadiense Michael Ondaatje o el brit¨¢nico Ian McEwan.
Los editores y escritores, hispanos o extranjeros, consultados insisten en Cartarescu y Krasznahorkai como muy firmes aspirantes a esta edici¨®n del Nobel. Estos se?alan a David Grossman como un aspirante israel¨ª que sustituye en las listas a alguien que fue fijo, Amos Oz, recientemente fallecido. Y citan al sirio Adonis, habitual visitante de esta nomenclatura, como una candidatura alternativa ante cualquier empate. ¡°Cualquier cosa puede pasar. Y tambi¨¦n el empate; en esos casos siempre hay un tercero en discordia que se alza con el triunfo en la liza¡±, dice Paco Uriz, poeta, traductor del sueco y experto en la intrincada materia Nobel.
La decena de expertos consultados se decanta en lengua inglesa, por ejemplo, por los nombres de la canadiense Anne Carson, el australiano Gerald Murnane, o los brit¨¢nicos John Banville, Julian Barnes, Ian McEwan (que aparece por todas partes) o Hilary Mantel. Aunque Alice Munro y Bob Dylan lo desmienten con sus propios Nobel, lo cierto es que la Academia que se olvid¨® de Philip Roth ha sido renuente con los nombres anglosajones, pero ah¨ª est¨¢n tambi¨¦n, escondidos en la lista, Thomas Pynchon, Joyce Carol Oates o Richard Ford¡ Entre los franceses, Pascal Quignard, Pierre Michon y Annie Ernaux, adem¨¢s del checo Milan Kundera ¡ª que escribe sus obras en ese idioma¡ª, aunque Francia ha sido galardonada en fechas recientes y la tradici¨®n del Nobel (desmentida a veces, como ocurri¨® con Camilo Jos¨¦ Cela y Octavio Paz, que tuvieron sus premios en a?os consecutivos) es reticente a dar continuidad a lenguas o culturas.
Aparte del de Thiongo¡¯o tambi¨¦n salen a relucir otros nombres africanos, como los de Nuruddin Farah o Chimamanda Ngozi Adichie. La insistencia con que este a?o suenan las candidaturas de Thiongo¡¯o y Cond¨¦ es una muestra de por d¨®nde pueden ir las cosas. ¡°Aunque trat¨¢ndose del Nobel¡¡±, dice el escritor William Boyd, ¡°todo puede suceder¡±. Boyd cita, adem¨¢s de a Javier Mar¨ªas (¡°?No piensa usted que deber¨ªa tener ah¨ª una oportunidad?¡±, pregunta), al franc¨¦s Erik Orsenna, los estadounidenses Jonathan Franzen y Anne Tyler, a los australianos Richard Flanagan y Peter Carey, as¨ª como el canadiense Ondaatje, los irlandeses Banville y Colm T¨®ib¨ªn...
Siempre Mar¨ªas
?Y en lengua espa?ola? Ese es el arcano en el que siempre figura Mar¨ªas. Aparte, he aqu¨ª nombres sugeridos por los entrevistados: los tambi¨¦n espa?oles Antonio Mu?oz Molina, Almudena Grandes, Juan Mayorga y Fernando Aramburu, el venezolano Rafael Cadenas, el chileno Ra¨²l Zurita, los colombianos Fernando Vallejo y Juan Gabriel V¨¢squez o el cubano Leonardo Padura. Marco Ottaiano, hispanista italiano, a?ade a sus apuestas en espa?ol (Elena Poniatowska y Antonio Gamoneda) otros nombres: Don DeLillo, Pete Dexter, Claudio Magris y el muy mencionado Kundera. ?Dexter? ¡°Nadie sabe contar como ¨¦l la provincia americana, sus secretos y sus miedos. El Faulkner contempor¨¢neo¡±.
La pregunta de Boyd est¨¢ respondida: Mar¨ªas figura en las listas desde hace a?os. Y se la responde tambi¨¦n el acad¨¦mico espa?ol Miguel S¨¢enz, traductor de Grass y de Faulkner: ¡°Eterno candidato, le sobran m¨¦ritos y adem¨¢s es amigo¡±. S¨¢enz apunta a otros extranjeros: ¡°Salman Rushdie, que una vez no lo tuvo porque simplemente la Academia Sueca tuvo miedo, e Ian McEwan, otro candidato habitual y discutible, pero gran escritor¡±.
Sergio Ram¨ªrez, el Cervantes nicarag¨¹ense, est¨¢ de acuerdo en este ¨²ltimo nombre. ¡°Es el gran cronista contempor¨¢neo de la vida cotidiana transformada en drama¡±, dice. Y sube las apuestas por N¨¦lida Pi?¨®n (¡°Como pocos ha transportado a su mundo imaginativo las historias de la emigraci¨®n¡±) y Grossman: ¡°Es capaz de entender la moral como un manto luminoso sobre su escritura¡±.
Una de las editoras que ofreci¨® su opini¨®n (pero que solicit¨® el anonimato) coron¨® sus preferencias con esas palabras: ¡°Yo se lo dar¨ªa sin duda a Stephen King. Ser¨ªa magn¨ªfico. Ha hecho much¨ªsimo por la lectura. Es una fuerza que tiende siempre hacia el bien. Ser¨ªa una hostia fant¨¢stica a Trump. Y, con la otra pierna, una patada a los pedantes¡±.
Apuesta o adivinanza, ya est¨¢ abierto el juego del Nobel. De una u otra manera, el bombo literario que se decide en verano y se falla en oto?o y que esta vez, dicen, quiz¨¢ viaje a ?frica¡
La aventura sueca de Paco Uriz
Francisco Uriz, poeta y traductor, sabe m¨¢s del Nobel que algunos acad¨¦micos que se re¨²nen para decidirlo. Vive en Suecia desde 1958, con intervalos que lo devuelven a su tierra, Arag¨®n, donde cre¨® y dirigi¨® La casa del traductor. Traductor de suecos (ahora trabaja con la obra de Kjell Espmark, la de Magnus William Olsson y la de Ingmar Bergman), conoci¨® los procesos de concesi¨®n de algunos nobeles en espa?ol, como Vicente Aleixandre, Garc¨ªa M¨¢rquez o Cela, y, c¨®mo no, ha tenido sus preferencias. No le pareci¨® mal que ganara Cela (una vez le pregunt¨®: ¡°Paco, ?c¨®mo de lejos estoy del Nobel?¡±), pero ¨¦l hubiera preferido a Delibes. Est¨¢ atento a los nombres espa?oles que circulan, y destaca, entre los que se suelen citar, a Mar¨ªas y a Mu?oz Molina. En cuando al proceso mismo del que nace el Nobel, ¨¦l dice lo que le respondi¨® a Cela: ¡°Lo importante es que alguien te presente, que est¨¦s publicado en sueco, que se te conozca aqu¨ª y que te lean los acad¨¦micos¡±.
?l aventura que no habr¨¢ un premio europeo este a?o, y, menos a¨²n, centroeuropeo: ¡°Llevan a?os teni¨¦ndolo¡±. En caso de empate, ¡°si acaso el sirio Adonis, un no europeo, pero est¨¢ dentro de la tradici¨®n y relativamente cerca de Europa. Fosse es otra alternativa¡±. ?Y espa?oles? ¡°Mar¨ªas ha estado en las fotos de los posibles premios. Tiene prestigio y est¨¢ presentado. Otro espa?ol que est¨¢ bien colocado en Suecia, y no solo por su calidad, es Jaume Cabr¨¦. Est¨¢ presentado, traducido¡ Y tendr¨ªa buen apoyo institucional¡ Lo s¨¦ porque los catalanes me implicaron en los esfuerzos por el Nobel a Espriu¡¡±.
Los acad¨¦micos quieren leer, y si se les acercan los libros a la lengua que pueden entender, sugiere Uriz, importa much¨ªsimo. ?Y qu¨¦ Nobel le har¨ªa a ¨¦l feliz? ¡°Me alegran algunos, pero se me pasa enseguida¡ Y estoy mayor para adivinar. Si viviera Fernando del Paso¡¡±. Mexicano, muri¨® hace un a?o. Fue el autor de 'Jos¨¦ Trigo'.