Unos Nobel de Literatura m¨¢s fr¨ªos, pero sin nieve
Las decisiones de la academia incomodan a los suecos, que compran m¨¢s libros de Olga Tokarczuk que de Peter Handke
Una de las palabras m¨¢s populares en Suecia es lagom, algo s¨ª como suficiente, adecuado, en su justa medida. Es casi una filosof¨ªa de vida. De esa contenci¨®n no se libra ni la celebraci¨®n de los premios Nobel. Y a¨²n m¨¢s g¨¦lida parece la acogida en Estocolmo de la de este a?o, con la pol¨¦mica elecci¨®n de Peter Handke en el de Literatura por su postura proserbia ante la antigua guerra de los Balcanes. Ni los actos de protesta previstos para hoy en diversas plazas durante los actos oficiales de entrega y posterior cena de gala parecen alterar la civilizada calma de la capital.
Entre ofertas de peque?as maletas y verduras discurr¨ªa con normalidad ayer por la tarde el mercadillo habitual ante el Konserhuset, majestuoso edificio dedicado a la m¨²sica que desde 1926 acoge la ceremonia de los galardones. Ni rastro de medidas de seguridad. Tampoco parecen muy necesarias cuando los organizadores ya han avanzado que ah¨ª solo habr¨¢ una asistencia simb¨®lica ¡°porque no hay demasiado espacio¡±, seg¨²n un portavoz de los organizadores. Oficialmente, no tendr¨¢n permiso, pero se les ha concedido la plaza del Norrmalmstorg, muy cercana. La ¨²nica anomal¨ªa es l¨®gica: el edificio estaba ayer cerrado al p¨²blico por los preparativos, como el del Ayuntamiento, el Stadshuset, que acoge el banquete de gala.
La calma crece por el poco inter¨¦s, especialmente de los sectores socioecon¨®micos de Estocolmo. La oficina de turismo de la ciudad admite que no tiene ning¨²n estudio del impacto econ¨®mico que generan los Nobel. En un an¨¢lisis del sector cultural, de entre los 20 centros con mayor atractivo ninguno est¨¢ vinculado al Nobel: el rey es el gigantesco Kulturhuset (que incluye el famoso nav¨ªo Stadsteatern), con 2,9 millones de visitantes. Tampoco consta estudio de la C¨¢mara de Comercio, donde tienen m¨¢s los ojos puestos en el 24 de junio pr¨®ximo, cuando se sepa la sede para los Juegos Ol¨ªmpicos de Invierno de 2026, a los que Estocolmo aspira al venderse como ¡°los primeros plenamente sostenibles¡±: la ciudad ha reducido sus emisiones en un 23% desde el 2000.
Se supone que para entonces a¨²n tendr¨¢n nieve, porque otra anomal¨ªa este a?o es que la ciudad no est¨¢ blanca en su semana del Nobel, nuevo efecto del cambio clim¨¢tico. Se sabe que es Navidad por el granate y verde de los mercadillos de ¨¢rboles y adornos como el que hay frente a la Academia Sueca y el Museo de los Nobel, por los renos de alambres y l¨¢mparas led de los jardines y la mir¨ªada de candelabros triangulares y estrellas polares de luz que cuelgan en las ventanas de los edificios, invasi¨®n solo comparable a las personas que deambulan con auriculares puestos.
Algunos entran en una de las 10 tiendas de Estocolmo (de las 14 que posee en Suecia) de la cadena Pocket Shop, popular porque el 80% de su oferta es de libros de tapa blanda y bolsillo, que aparecen antes del a?o tras los de tapa dura y bastante m¨¢s econ¨®micos que estos, que suelen oscilar entre los 24,90 y los 30 euros. Es el precio de la mayor¨ªa de los libros de Handke y de la polaca Olga Tokarczuk, premio Nobel 2018 que se ha concedido excepcionalmente este a?o tras la suspensi¨®n al estallar el esc¨¢ndalo de acoso sexual en la Academia Sueca en 2017.
Las ventas no parecen ir muy bien. ¡°Siempre dependen de qui¨¦n gana. Pero es evidente que los problemas de los ¨²ltimos a?os con los Nobel est¨¢ afectando; los suecos, en general, no est¨¢n muy contentos con la Academia ahora¡±, analiza Torbj?rn Elbe, director de ventas de Pocket Shop, que, adem¨¢s, constata que est¨¢n compr¨¢ndose ¡°claramente m¨¢s Tokarczuk que Handke¡±, quiz¨¢ respuesta muy lagon de los suecos ante las opiniones del austr¨ªaco y su inevitable protagonismo medi¨¢tico.
Desde una de las 11 tiendas que solo en la capital tiene Akademikbokhandeln, la cadena de librer¨ªas m¨¢s grande de Suecia, la encargada de la m¨¢s cercana a la Academia Sueca, Pernilla, ratifica esa ventaja de la Nobel polaca, si bien a?ade que ¡°hab¨ªa menos t¨ªtulos de ella disponibles hasta ahora¡±. A pesar de tener escaparate monogr¨¢fico no aparecen a¨²n entre los m¨¢s vendidos, igual que en Pocket Shop. ¡°Salen menos que otros Nobel de otros a?os, pero hoy se lee menos¡±, afirma. Y conf¨ªan en la campa?a de esta extra?a Navidad de la Suecia del lagom.
Un escritor mudo hasta primavera
Existe en Suecia cierta sensaci¨®n de que Olga Tokarczuk est¨¢ siendo eclipsada por la pol¨¦mica de Peter Handke; quiz¨¢ por ello, diarios como el Svenska Dagbladet le dedicaban ayer de nuevo portada, con una entrevista. No hubieran podido hacerlo con el austriaco, que no se plantea dar entrevistas "al menos hasta primavera". Lo asegur¨® desde el Grand Hotel, el m¨¢s lujoso de Estocolmo, que desde 1901 aloja a los laureados y a sus familiares. Desde ah¨ª asom¨® ayer un Handke mejor vestido que cuando dio su discurso de aceptaci¨®n y de la estruendosa rueda de prensa en la que se enfrent¨® a los medios. Iba con traje y camisa oscuros, corbata roja y fular al cuello. La agenda cl¨¢sica del Nobel de Literatura, en su caso, se ha reducido un poco: la escuela de Rinkeby, en las afueras de Estocolmo, en un barrio multicultural, con bajos ¨ªndices de paso a secundaria, declin¨® invitar al premiado este a?o, a pesar de que lo hace desde 1988. Quer¨ªan evitar incidentes: es un barrio habitado por la di¨¢spora de los Balcanes. La cultura sueca evita el conflicto siempre que puede.
Babelia
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