Grandes ¨¦xitos picantes del siglo XVII
La soprano Raquel Andueza recupera canciones que las prohibiciones quisieron borrar del patrimonio popular por su contenido sexual
La soprano pamplonesa Raquel Andueza confiesa que se sinti¨® ¡°un poco friki¡± cuando se vio en una ocasi¨®n, en la Sala de Manuscritos de la Biblioteca Vaticana, en busca de m¨²sica antigua rodeada de se?ores mayores con barba blanca. Criada en un hogar en el que se escuchaba e interpretaba cl¨¢sica, a los 8 a?os tocaba el viol¨ªn. Desde peque?a le atrajeron, sobre todo, las melod¨ªas y letras compuestas en los siglos XVI y XVII en Espa?a e Italia. Con 14 a?os empez¨® a estudiar canto y se march¨® a Inglaterra a abrirse camino. ¡°Cuando esc...
La soprano pamplonesa Raquel Andueza confiesa que se sinti¨® ¡°un poco friki¡± cuando se vio en una ocasi¨®n, en la Sala de Manuscritos de la Biblioteca Vaticana, en busca de m¨²sica antigua rodeada de se?ores mayores con barba blanca. Criada en un hogar en el que se escuchaba e interpretaba cl¨¢sica, a los 8 a?os tocaba el viol¨ªn. Desde peque?a le atrajeron, sobre todo, las melod¨ªas y letras compuestas en los siglos XVI y XVII en Espa?a e Italia. Con 14 a?os empez¨® a estudiar canto y se march¨® a Inglaterra a abrirse camino. ¡°Cuando escuch¨¦ El lamento de la ninfa, de Monteverdi, me dije: ¡®Yo quiero cantar eso¡±, dice desde su casa en Pamplona. Ese lamento clama: ¡°Amor, ?d¨®nde est¨¢ la felicidad que el traidor me jur¨®? / Haz que vuelva mi amor tal como anta?o fue, o d¨¦jame morir, para que no sufra m¨¢s¡±.
Hoy, Andueza no solo interpreta este madrigal en los conciertos con su grupo, La Galan¨ªa, con el que ha grabado siete discos, sino que desde su ¡°amor irracional e intenso¡± por la m¨²sica antigua, ¡°la que abarca desde la medieval al clasicismo, hasta 1750¡±, se ha convertido en una rescatadora de ¡°un patrimonio que hay que preservar¡±, asegura. ¡°Es una responsabilidad porque tenemos que saber de d¨®nde venimos. Y luego hay tambi¨¦n un lado hedonista¡±.
M¨¢s expl¨ªcita es la zarabanda ¡®Una batalla de amor¡¯: ¡°El pu?al de aquel encuentro/ se lo meti¨® hasta el centro/ y ella, que lo sinti¨® dentro/ con herida tan suave,/ dice 'Ay, c¨®mo me sabe/ un poquito antes que acabe¡±
Esa doble vertiente se manifiesta en su ¨²ltimo disco, El baile perdido, que recoge m¨²sica ¡°popular, de la calle y las tabernas, pero que acababa llegando a la corte y a la iglesia; son temas que se cantaban y bailaban¡±, a?ade. Su delicada voz, acompa?ada de tiorba, guitarra barroca, viol¨ªn, arpa doppia y una pizca de percusi¨®n, interpreta las letras, a veces lascivas, que ilustraban las relaciones entre hombres y mujeres: ¡°En el jard¨ªn del Amor / la ni?a hermosa estaba, / las naranjitas tomaba / de su mano y con la flor¡±. M¨¢s expl¨ªcita es la zarabanda Una batalla de amor: ¡°El pu?al de aquel encuentro/ se lo meti¨® hasta el centro/ y ella, que lo sinti¨® dentro/ con herida tan suave,/ dice 'Ay, c¨®mo me sabe/ un poquito antes que acabe¡±.
Los 12 temas del ¨¢lbum son piezas recuperadas por el music¨®logo ?lvaro Torrente. ¡°Las partituras hab¨ªan desaparecido y gracias a ?lvaro podemos imaginar c¨®mo sonaban. Lo que se sabe es que las cantatrices los interpretaban con gestos obscenos¡±, apunta Andueza. Un desenfreno que, como cuenta Torrente en el libreto del CD, llev¨® a que se ¡°sucedieran censuras y prohibiciones, acompa?ados de castigos¡±. ¡°En Madrid, en 1583, se mand¨® pregonar que no se cantara la zarabanda -el baile quiz¨¢s m¨¢s perseguido- bajo pena de 200 azotes y ocho a?os de galeras, o destierro para las mujeres¡±.
Sin embargo, este af¨¢n por prohibir lo que provoc¨® fue la proliferaci¨®n de esta clase de bailes libertinos: fol¨ªas, chaconas, j¨¢caras, gasconas¡ aunque poetas y m¨²sicos no los recogieran por escrito para evitarse problemas. De ah¨ª que hoy su rastro sea escaso. ¡°Acordes por un lado, textos por otro que est¨¢n en manuscritos¡ aunque a la vez, esto te permite tener libertad para hacer tuyos los temas, ahora voy m¨¢s r¨¢pido, o lento¡±, explica la soprano.
Con actuaciones en medio mundo, la voz de Raquel Andueza se ha escuchado en bandas sonoras, como en la exitosa serie Isabel o la pel¨ªcula ¡®?xodus¡¯, de Ridley Scott
Andueza sostiene que cada vez es mayor la afici¨®n por esta m¨²sica, como comprueba en sus conciertos. ¡°La gente que viene es m¨¢s joven que, por ejemplo, la que va a la zarzuela. Les gusta porque son armon¨ªas actuales¡±. La pr¨®xima vez que tendr¨¢ ocasi¨®n de comprobarlo, si el coronavirus da un respiro, ser¨¢ del 5 al 12 de septiembre, en la Semana de M¨²sica Antigua de Estella, del que ha sido nombrada directora art¨ªstica. ¡°Es una cita que lleva celebr¨¢ndose 51 a?os¡±. Las precauciones obligar¨¢n a que ¡°haya menos p¨²blico, quiz¨¢s prescindiremos de coros, y ser¨¢n formaciones peque?as y nacionales¡±.
Con actuaciones en medio mundo, su voz se ha escuchado en bandas sonoras, como en la exitosa serie Isabel o la pel¨ªcula ?xodus, de Ridley Scott. A la espera de que el virus le permita recuperar su vida normal, Andueza acaba de tomar tambi¨¦n las riendas de la Asociaci¨®n de Grupos Espa?oles de M¨²sica Antigua (GEMA), con unas 60 formaciones. ¡°Mi objetivo es proteger al artista, que las condiciones de contrataci¨®n sean adecuadas porque hay mucho freelance¡±. Y a¨²n le da tiempo a dar clases. A Andueza le chirr¨ªa muchas veces lo que oye en radios y concursos de talento. ¡°Se canta forzando, estamos en el aplauso al grito, cuanto m¨¢s se hinche la vena y abramos la boca, parece que se hace mejor. En realidad, todo eso es perjudicial¡±. Con ella no van ¡°los rugiditos, ni la voz afectada¡±. ¡°Hay que cuidar las cuerdas vocales, son peque?as y para toda la vida¡±.
Un accidente de tr¨¢fico que cambi¨® su vida y su voz
Raquel Andueza recuerda c¨®mo un accidente de tr¨¢fico cambi¨® su vida y su voz. "Se me rot¨® la laringe. Yo notaba dificultades para cantar hasta que me romp¨ª. Me la tuvieron que recolocar, pero no era capaz de cantar". As¨ª que, en septiembre de 2017, se march¨® a Italia para ponerse a las ¨®rdenes de dos profesoras, Lisa Paglin y Marianna Brilla, que le ayudaron a devolverle la voz. "Fue tambi¨¦n un ejercicio de humildad porque me hab¨ªa cogido en un momento profesional muy bueno y te das cuenta de c¨®mo puede cambiar todo en un momento".