El escritor que transporta a 47 millones de viajeros al a?o

Por las ma?anas, lidera un equipo de directivos con los que coordina una plantilla de 900 trabajadores y 300 autobuses a los que se suben 47 millones de viajeros al a?o. Por las tardes, se pelea con p¨¢ginas en blanco desde la soledad de su despacho en casa. Como gerente de la Empresa Malague?a de Transportes (EMT), Miguel Ruiz es un apasionado de la movilidad, la sostenibilidad y la innovaci¨®n. Como escritor, pasa horas sentado frente al ordenador tecleando hasta la madrugada en busca de personajes atractivos, giros inesperados e historias que enganchen. Son, junto a la explosi¨®n de varias est...

Por las ma?anas, lidera un equipo de directivos con los que coordina una plantilla de 900 trabajadores y 300 autobuses a los que se suben 47 millones de viajeros al a?o. Por las tardes, se pelea con p¨¢ginas en blanco desde la soledad de su despacho en casa. Como gerente de la Empresa Malague?a de Transportes (EMT), Miguel Ruiz es un apasionado de la movilidad, la sostenibilidad y la innovaci¨®n. Como escritor, pasa horas sentado frente al ordenador tecleando hasta la madrugada en busca de personajes atractivos, giros inesperados e historias que enganchen. Son, junto a la explosi¨®n de varias estatuas de Crist¨®bal Col¨®n, los ingredientes de La sangre de Col¨®n, su nuevo trabajo, que public¨® el pasado 3 de junio con la editorial Harper Collins en 16 pa¨ªses, entre ellos Espa?a.

Es la cuarta novela para este malague?o de 58 a?os que de peque?o ¡°devoraba bibliotecas¡± porque su familia apenas ten¨ªa dinero para comprar libros. Hoy sigue leyendo y adquiri¨¦ndolos ¡°de forma compulsiva¡±. Cuenta con m¨¢s de 3.000 ejemplares repartidos por las estanter¨ªas de su vivienda. El ¨²ltimo en llegar fue Salvar el fuego, de Guillermo Arriaga, con el que se hizo el 4 de mayo nada m¨¢s reabrir su librer¨ªa favorita. En sus estantes ocupan un lugar preferente las ediciones de sus anteriores trabajos La tumba de Col¨®n (Ediciones B, 2006), El Papa Mago (Mart¨ªnez Roca, 2008) y El Pa¨ªs de los esp¨ªritus (Mart¨ªnez Roca, 2011). En ellas tambi¨¦n apila bien ordenados ejemplares publicados en la veintena de idiomas a las que han sido traducidas sus obras: del chino y el coreano al ingl¨¦s, italiano o b¨²lgaro. Tambi¨¦n escribi¨® cinco libros t¨¦cnicos relacionados con el mundo empresarial que ahora recomienda no leer. ¡°Son un pe?azo¡±, afirma mientras adelanta que ya est¨¢ preparando su pr¨®xima novela a la vez que responde 300 correos electr¨®nicos diarios.

¡°Escribir es algo que se sufre en silencio, muy personal, pero que disfruto much¨ªsimo¡±, dice Ruiz, que ara?a horas al reloj para compatibilizar sus dos principales facetas. Apenas ve la tele, duerme poco y dedica gran parte de su ocio a investigar, escribir o realizar correcciones, su etapa favorita y que ha acometido durante el confinamiento. De manera paralela, cada ma?ana desde hace 18 a?os se desplaza hasta las oficinas de la EMT donde afronta el reto de ganar la partida al veh¨ªculo privado. ¡°El coche es muy eficaz y luchar contra ¨¦l es muy complicado. Si se consigue, es gracias a la innovaci¨®n¡±, afirma quien impuls¨® que los autobuses malague?os fueran los primeros del pa¨ªs en usar una tarjeta sin contacto para el pago del billete, en tener internet y ahora trabaja en proyectos de veh¨ªculos el¨¦ctricos y aut¨®nomos. ¡°?Dejar los autobuses para escribir? En la vida hay que compatibilizar facetas. Y, como por ahora puedo, lo prefiero¡±, se?ala. Igualmente, le da tiempo a viajar por todo el mundo, dar clase en distintas universidades americanas y presidir la Asociaci¨®n de Empresas Gestoras de los Transportes Urbanos Colectivos (ATUC).

Un se?orito sevillano, el protagonista

Un se?orito sevillano llamado ?lvaro Deza es el personaje principal de La sangre de Col¨®n. La obra arranca con su expulsi¨®n de la nobleza despu¨¦s de que su mujer le enga?ara con un ciudadano mexicano. Despechado, Deza airea toda su vida privada en un programa del coraz¨®n. ¡°Me fastidian mucho los tertulianos ah¨ª hablando y criticando todo el rato¡±, subraya Ruiz, que deja su cr¨ªtica entre l¨ªneas. La historia toma entonces un camino enigm¨¢tico cuando el protagonista encuentra un retrato de Crist¨®bal Col¨®n justo en un palacete. Luego, se suceden las explosiones de las efigies del explorador en Estados Unidos, M¨¦xico e Italia. Arranca ah¨ª una trama de intriga, misterio, amores, enigmas y venganzas con la que el autor pretende atrapar al lector durante casi 500 p¨¢ginas.

Teniendo en cuenta las posibilidades de ocio actuales, conseguir que alguien compre un libro, lo abra y lo lea es todo un milagro

La figura de Col¨®n, del que no se hicieron retratos en vida y tanto sus or¨ªgenes, como los recursos para su viaje o incluso su muerte est¨¢n siempre envueltos en misterio y pol¨¦micas, es uno de los grandes pilares de la novela. Otro es c¨®mo ha cambiado la visi¨®n de la figura hist¨®rica. ¡°De tener monumentos en casi todas las ciudades de Estados Unidos y ser visto como un descubridor a ser casi un genocida¡±, dice Ruiz, que reflexiona sobre ello en el trasfondo del libro en una obra con contenido hist¨®rico pero situada en el presente. Casualmente, la actualidad recuerda a su ficci¨®n con los atentados de las estatuas del almirante tras los incidentes racistas en Estados Unidos.

¡°Mi objetivo ha sido crear una historia nueva, que atraiga y que tenga los ingredientes cl¨¢sicos del best seller: acci¨®n, aventura, algo de sexo, intriga, emoci¨®n y personajes que enganchen¡±, subraya Ruiz, que tiene claro que su obra ¡°no es El Quijote ni Guerra y Paz¡±. ¡°Es literatura del siglo XXI, r¨¢pida, din¨¢mica y atractiva¡±, aclara mientras subraya que ¡°hay lectores para todo tipo de obras¡±. Para muestra, las siete ediciones en alem¨¢n de La tumba de Col¨®n, que en Espa?a ha duplicado ya esa cifra. ¡°Teniendo en cuenta las posibilidades de ocio actuales, conseguir que alguien compre un libro, lo abra y lo lea es todo un milagro¡±, asevera. El mismo que ser¨¢ recuperar de forma masiva a unos viajeros que han perdido la confianza en el transporte p¨²blico por la crisis del coronavirus. Al menos, eso s¨ª, en el autob¨²s todav¨ªa se puede leer.