Guerra en torno al castro asturiano
Un centenar de expertos internacionales y un organismo asesor de la Unesco exigen al Gobierno de Espa?a que impida ¡°la destrucci¨®n¡± de la ciudad fortificada de Chao Samart¨ªn
Un terrible terremoto desmoron¨® las defensas amuralladas, el foso, la empalizada, la gran plaza y las caba?as del castro de Chao Samart¨ªn en el siglo II. El poblado, que ten¨ªa casi 800 a?os de existencia y se erig¨ªa sobre un altozano de 670 metros de altitud en el actual municipio de Grandas de Salime (Asturias), fue abandonado durante la dominaci¨®n romana tras el se¨ªsmo. En 1990 comenzaron las excavaciones arqueol¨®gicas que sacaron a la luz ¡°evidencias constructivas realmente ¨²nicas desde el punto de vista de las culturas castre?as, como la presencia de caba?as de piedra de la Edad del Bronce, que permiten una valoraci¨®n diacr¨®nica de los procesos sociales y culturales a lo largo de casi dos milenios¡±, tal y como define el yacimiento Icomos, Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, organismo consultor de la Unesco.
Sin embargo, este bien de inter¨¦s cultural desde 2014 est¨¢ en peligro, seg¨²n un centenar de expertos nacionales y de todo el mundo. El Principado de Asturias ha aprobado un proyecto de reconstrucci¨®n -en fase de adjudicaci¨®n- que, seg¨²n 30 catedr¨¢ticos, as¨ª como Icomos, ¡°puede resultar altamente lesivo hacia su integridad¡±. ¡°Por ello, se recomienda encarecidamente la refacci¨®n total de la propuesta, atendiendo a los criterios apropiados de conservaci¨®n referidos por la normativa nacional e internacional¡± y que se ajusten ¡°a los condicionantes cient¨ªficos del sitio¡±, se?alan en un manifiesto. Piden ayuda, directamente, al Gobierno de Espa?a.
Los informes en contra de los planes del Principado comienzan a acumularse. El firmado por los afamados restauradores y arque¨®logos Fernando Carrera, Miguel ?ngel L¨®pez Marcos y Olga Gago califica el proyecto de ¡°inservible y que provoca una propuesta desfasada, in¨²til, depredadora. Una propuesta que no busca la conservaci¨®n de un yacimiento arqueol¨®gico y sus valores, sino la mera restauraci¨®n, en su sentido m¨¢s negativo¡±.
?Pero qu¨¦ est¨¢ provocando la reacci¨®n de la comunidad cient¨ªfica internacional? A grandes rasgos, el plan es aplomar y corregir las huellas en los muros afectados por el terremoto, recrear una de las murallas que proteg¨ªan la ciudad, construir una pasarela por encima del yacimiento y emplear materiales modernos ¨Cde acero a hormig¨®n- adem¨¢s de un centro de interpretaci¨®n sobre los terrenos donde se levant¨® el castro. ¡°Todo ello sin valoraci¨®n alguna de los elementos y espacios sobre los que se pretende actuar y su potencial devaluaci¨®n como documento hist¨®rico¡±, asevera ?ngel Villa Vald¨¦s, miembro del Real Instituto de Estudios Asturianos.
Por su parte, los dos informes que Icomos ha emitido al respecto -el ¨²ltimo de ellos de este mes y que denuncia que el plan afectar¨ªa tambi¨¦n al ¡°primigenio Camino de Santiago¡±- define as¨ª el proyecto: se pueden producir ¡°da?os irreversibles a elementos ¨²nicos desde el punto de vista cient¨ªfico, como es el caso del muro occidental de la denominada plaza, se plantean acciones que pueden suponer la invisibilizaci¨®n, e incluso destrucci¨®n, de partes esenciales de la informaci¨®n arqueol¨®gica. Y a mayores, estas acciones parten de consideraciones subjetivas del equipo redactor, como su comentario sobre el escaso inter¨¦s de una caba?a de la Edad del Bronce. El equipo proyectista [un estudio de arquitectura] no tiene un criterio cient¨ªfico suficiente¡±.
El organismo asesor de la UNESCO cree, adem¨¢s, que se plantean ¡°acciones basadas en una err¨®nea interpretaci¨®n de los elementos constructivos. Por ejemplo, el desmontaje de muros que presentan ciertas inclinaciones, para su posterior reconstrucci¨®n aplomada. El Chao Samart¨ªn sufri¨® un episodio s¨ªsmico cr¨ªtico que deriv¨® en su destrucci¨®n y abandono. Sus muros inclinados son una evidencia de esto, y en la medida de lo posible deben conservarse en su forma actual, bajo criterios de seguridad y adecuado mantenimiento¡±.
Y explica: ¡°El planteamiento de un proyecto de estas caracter¨ªsticas debe realizarse a la inversa: un equipo de conservaci¨®n, con componentes multidisciplinares, debe ser el encargado de proponer las soluciones apropiadas. En el caso espec¨ªfico del muro occidental no procede en ning¨²n caso su reconstrucci¨®n, pues es unicum. La pasarela de observaci¨®n que se plantea sobre la superficie del ¨¢rea arqueol¨®gica afectar¨ªa a la observaci¨®n completa del ¨¢rea excavada y tendr¨ªa que apoyar, o incluso cimentarse, en estratos arqueol¨®gicos, y expondr¨ªa a riesgos por vibraci¨®n y vandalismo a las estructuras dom¨¦sticas¡±.
Por eso, un centenar de expertos ¨Cde las universidades de Oviedo, Complutense, Alcal¨¢ de Henares, Oxford, Pa¨ªs Vasco, Oporto, Misuri, Michigan, Rennes¡, del CSIC, del Instituto Arqueol¨®gico Alem¨¢n o la Real Academia de la Historia, entre otros- recuerdan las graves consecuencias que podr¨ªa suponer para la conservaci¨®n de esos valores. ¡°Estimamos necesario que sea reconsiderada la decisi¨®n por la que se autorizan las obras y conforme con el parecer de asociaciones profesionales, investigadores, conservadores, arque¨®logos e instituciones relacionadas con la conservaci¨®n del patrimonio, solicitamos se atienda el dictamen emitido por Icomos, en el que se recomienda encarecidamente la refacci¨®n total de la propuesta presentada¡±.
Este peri¨®dico no ha conseguido la versi¨®n del Principado de Asturias. ¡°No hacemos declaraciones sobre este tema¡±, indic¨® un portavoz oficial de la Consejer¨ªa de Cultura, que explic¨® que ya se hab¨ªan dado las aclaraciones en el parlamento regional. ¡°Dicen¡±, detalla Villa Vald¨¦s, ¡°que, si hay alg¨²n problema, ya lo arreglar¨¢n durante las obras. Pero ya sabemos todos qu¨¦ significa eso¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.