La fotograf¨ªa gamberra de Miguel Trillo
El retratista de las tribus de la movida expone las p¨¢ginas de su c¨¦lebre fanzine, ¡®Rockoc¨®¡¯, junto a im¨¢genes in¨¦ditas

Cuando Miguel Trillo regres¨® a Madrid, a mediados de los setenta, tras el servicio militar, se encontr¨® que la capital empezaba a sacudirse el franquismo, sobre todo por las noches, con miles de j¨®venes, etiquetados en innumerables tribus urbanas, que quer¨ªan pasarlo bien y hacer con su cuerpo lo que les diera la gana. Era la movida madrile?a, de la que Trillo (Jimena de la Frontera, 1953) se convirti¨® en su retratista y uno de sus agitadores, en lo visual, junto a Almod¨®var, Nazario, Mariscal, Ceesepe, Ouka Leele, Pablo P¨¦rez M¨ªnguez, Garc¨ªa-Alix¡ Trillo dirigi¨® su efervescencia a un artefacto en forma de fanzine que llam¨® Rockoc¨®, repleto de sus fotos de grupos y j¨®venes. Las p¨¢ginas en blanco y negro de esta publicaci¨®n underground, junto a decenas de im¨¢genes que no lleg¨® a publicar, integran la exposici¨®n La primera Movida, que puede verse en el C¨ªrculo de Bellas Artes, hasta el 25 de octubre., dentro de PHotoEspa?a.
¡°Rockoc¨® fue un fanzine an¨®nimo, entre 1980 y 1985¡±, ha dicho Trillo este mi¨¦rcoles en la presentaci¨®n. La idea le empez¨® a bullir tras un viaje al Londres de los j¨®venes de est¨¦tica punk. Al principio, no se sab¨ªa qui¨¦n andaba detr¨¢s de esa nueva revista, que sal¨ªa a raz¨®n de una por a?o, m¨¢s o menos, y costaba 50 pesetas (hoy 30 c¨¦ntimos de euros). ¡°Estaba a¨²n vigente la ley Fraga de prensa y lo m¨ªo era un libelo. Como hab¨ªa que hacer un dep¨®sito legal para publicar, me pod¨ªan multar¡±, a?ade. ¡°Incluso se hablaba de ¡®los chicos de Rockoc¨®¡®, cuando en realidad era yo el que lo hac¨ªa todo¡±.
Con el tiempo, fue vox populi en la noche madrile?a el nombre del autor del fanzine. Trillo no solo tomaba las im¨¢genes (iba con dos c¨¢maras, una para blanco y negro y otra para diapositiva en color), tambi¨¦n se preocupaba de una est¨¦tica en su distribuci¨®n en la revista, que maquetaba a modo de ¨¢lbum de fotos, con unos sucintos pies. ¡°Y luego repart¨ªa los ejemplares en tiendas de discos, salas de conciertos¡¡±. Para la sorpresa de este Juan Palomo de la contracultura, la revista se vend¨ªa, se agotaba. Lo que le hac¨ªa sentirse ¡°en una gloria suburbana¡±.

Trillo era un licenciado en Filolog¨ªa Hisp¨¢nica y en Imagen que sal¨ªa por las noches para encontrar en el p¨²blico de los conciertos sus piezas favoritas, ya fuera un festival en la Plaza Mayor, un recital de Los Coyotes en el Rockola, la sala El Sol, Consulado, El Penta¡ el big bang de todo aquello hab¨ªa sido el concierto homenaje a Canito, bater¨ªa del grupo Tos, fallecido en accidente de tr¨¢fico. Fue en la Escuela de Caminos de la Polit¨¦cnica madrile?a, el 9 de febrero de 1980.
M¨¢s all¨¢ de las peripecias de entonces para dar a conocer su trabajo, Trillo, con un look todo negro: mascarilla, camisa, vaqueros y zapatos, ha reflexionado tambi¨¦n sobre la fotograf¨ªa de los ochenta. ¡°Rompe con el pasado, con la que retrataba la Espa?a rural y de las fiestas. Nosotros ¨¦ramos urbanitas, quer¨ªamos estar en Madrid, no salir fuera y contar sobre todo la noche¡±. Ese relato lo forman un sinf¨ªn de j¨®venes con poses de malotes, chuletas, siempre presumidos, con sus tup¨¦s, patillas anchas, crestas, vaqueros ajustados o chupas de cuero. Todos con la mirada de seguridad que les daba la pertenencia a una tribu. Cada n¨²mero de Rockoc¨® fue un especial: el 0, Movidas, al que siguieron los dedicados a los mods, los punkis, el especial Tecno y siniestros, los rockers y, finalmente, los heavys.

¡°Durante el final de la dictadura, a los j¨®venes no les gustaba posar, hab¨ªa temor. Sin embargo, despu¨¦s empec¨¦ a detectar que hab¨ªa una aut¨¦ntica sed de que les retrataran. Les gustaba y adem¨¢s lo hac¨ªan bes¨¢ndose, haciendo un calvo, les gustaba jugar. La gente se hab¨ªa empapado de la libertad¡±, ha explicado. Poses y gestos de lo que resume como ¡°fotograf¨ªa gamberra¡±.
Hoy denostada por unos y ensalzada por otros, este testigo en primera fila de la movida la define como ¡°una rebeli¨®n de los hermanos menores¡±. ¡°La Transici¨®n ven¨ªa con su m¨²sica, la de los cantautores, pero a nosotros nos gustaba otra¡±.
Todo el material que se muestra en el C¨ªrculo procede del Archivo Lafuente. ¡°Lo que se ve aqu¨ª es parte, a su vez, de un archivo que hemos llamado Transici¨®n y contracultura, que abarca desde 1973, cuando se publica El Rrollo enmascarado [revista underground barcelonesa, pionera en Espa?a] hasta 1980¡±, ha dicho Jos¨¦ Mar¨ªa Lafuente. Este empresario y coleccionista recuerda cuando vio por primera vez, en el Museo Reina Sof¨ªa, p¨¢ginas de Rockoc¨®. ¡°Me fascin¨® e investigu¨¦ hasta que entr¨¦ en contacto con Miguel¡±. Para montar este escaparate de la noche madrile?a han empleado casi tres a?os.

Cuando la aventura de Rockoc¨®. Im¨¢genes del pop rock madrile?o finaliz¨®, Trillo sigui¨® la aventura con Callejones y avenidas, que se qued¨® in¨¦dita, y Madrid, las calles del Ritmo. Unos trabajos que ve como ¡°un homenaje silencioso a unas vidas empapadas de las m¨²sicas de su tiempo¡±. Fue solo el principio, desde entonces Trillo ha continuado estas d¨¦cadas retratando a los j¨®venes urbanos, en diferentes pa¨ªses, y en los ¨²ltimos tiempos sobre todo en Asia, en un proyecto taxon¨®mico. Sin sus fotos del Madrid de la movida no puede entenderse c¨®mo fue aquel torbellino en el que se dej¨® arrastrar.
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