Directo a la mand¨ªbula en el escenario

El estadounidense Jack Johnson, el gigante de Galveston, hijo de esclavos liberados de Carolina del Norte (su padre fue soldado en la Guerra Civil), es uno de los grandes boxeadores de la historia. Fue el primer campe¨®n mundial de los pesos pesados negro tras derrotar en 1908 a Tommy Burns (el primer blanco en aceptar pelear con un negro) y hubo de afrontar el odio racial de una sociedad segregacionista que no soport¨® su ¨¦xito.

En 1910 venci¨® en Reno por KO en el 15? asalto, de un notable jab, a ¡°la gran esperanza blanca¡±, James Jeffries (lo que desat¨® des¨®rdenes en todo el pa¨ªs), en lo que se publicit¨® como ¡°el combate del siglo¡±, En 1913, en la c¨²spide de su fama deportiva fue detenido por cruzar una frontera estatal con una mujer ¡°con prop¨®sitos inmorales¡±. Tanto daba que esa mujer fuera su esposa, Lucille Cameron; todav¨ªa peor: era una chica de 18 a?os y ?era blanca! (como lo fueron otras dos mujeres del boxeador). Condenado a un a?o de c¨¢rcel en una prisi¨®n federal, Johnson huy¨® de EE UU a Europa. Recal¨® en Barcelona para pasar unos d¨ªas, y se qued¨® tres a?os.

Ahora, una autora y directora negra, Denise Duncan, costarricense afincada en Catalu?a, ha escrito y lleva a escena ella misma una obra sobre Johnson y su estancia en la ciudad. El gran combat del segle (en traducci¨®n catalana de Marc Rosich, en Madrid se ofrecer¨¢ la versi¨®n original en castellano) se puede ver hasta el 22 de noviembre en la Sala Beckett (en la que Duncan es dramaturga residente este a?o), que ha producido el montaje junto con el festival Grec, el Centro Dram¨¢tico Nacional y el Teatro Principal de Mallorca. A Johnson lo encarna con enorme (y valga la palabra visto su impresionante f¨ªsico) afinidad el actor mallorqu¨ªn negro Armando Buika, que adem¨¢s ha sido boxeador. A se?alar que el segundo nombre del int¨¦rprete es Balboa. Precisamente Sylvester Stallone solicit¨® y logr¨® del presidente Trump que se perdonase p¨®stumamente a Johnson en 2018.

La obra de Duncan mezcla los recuerdos de ring del campe¨®n con sus frecuentes visitas a los cabar¨¦s del Paralelo barcelon¨¦s. De esta forma, el espect¨¢culo junta el combate box¨ªstico con n¨²meros musicales. A Buika le da la r¨¦plica (con mucho valor en el cuadril¨¢tero) Alex Brendem¨¹hl como Jeffries. Protagonizan el montaje, de 1 hora y 45 minutos, tambi¨¦n tres actrices, que organizan el relato: Queralt Albinyana, Yolanda Sikara y Andrea Ros (que en 2018 inici¨® con su denuncia de Llu¨ªs Pasqual los acontecimientos que llevaron a la dimisi¨®n del director del Lliure).

¡°Es una obra con saltos temporales y multiplicidad de lenguajes en la que hay de todo, boxeo, cabar¨¦, canciones, se habla de cosas serias pero el p¨²blico r¨ªe mucho tambi¨¦n¡±, explica la autora, que subraya que la diversidad y la discriminaci¨®n racial no son en absoluto los ¨²nicos temas de la pieza, que trata sobre todo de la necesidad de reconocimiento de las personas y de la relatividad del ¨¦xito y el fracaso. Duncan a?ade que el argumento, con diferentes capas como una cebolla, incluye sorpresas y giros inesperados sobre la identidad y el g¨¦nero. La m¨²sica, con temas de jazz y blues de la ¨¦poca, juega un papel destacado en el espect¨¢culo.

La dramaturga explica que se interes¨® por la historia de Johnson al leer casualmente El combate del siglo (Gallo Nero, 2011), la cr¨®nica de Jack London de la pelea con Jeffries, un libro en el que, afirma, descubri¨® de paso el racismo del autor de La llamada de lo salvaje. La autora, en todo caso no era ajena ni mucho menos al mundo del boxeo. ¡°Confieso haber sido muy fan de adolescente, me encantaba Tyson y hasta vi en directo en la tele con 13 a?os, escondida, el combate en que le arranc¨® la oreja a Hoyfield¡±.

Duncan, que ha encontrado inspiraci¨®n tambi¨¦n para su obra en Del boxeo, de Joyce Carol Oates (De Bolsillo, 2012), dice que le impact¨® imaginar la estampa de Johnson, enorme y musculoso, trajeado de blanco y con pieles y joyas paseando por las Ramblas antes de la I Guerra Mundial. ¡°Se instal¨® en un pisazo de propiedad en la calle de Mallorca, con servicio; cada d¨ªa iba a un cabar¨¦ diferente, era un personaje llamativo al que le gustaban las mujeres, la ropa cara, los coches de lujo, y a la vez le¨ªa y recitaba a Shakespeare y tocaba instrumentos de m¨²sica. Aqu¨ª en Barcelona estaba a gusto, la gente le ve¨ªa con curiosidad, pero no se le persegu¨ªa ni discriminaba. Era un poco el rey del mambo¡±. Johnson lleg¨® a hacer vodevil, lo que resulta curioso tras una carrera de 73 victorias, 40 por KO (13 derrotas).

Buika explica que su personaje busca en el ring el reconocimiento que no encuentra en la vida. ¡°Lo interpreto sin juzgarlo, meti¨¦ndome en su piel; si hay algo que es, es vulnerable. Te quedan astillas suyas luego¡±. Se?ala que la experiencia como boxeador le ha ayudado mucho. Asegura que en escena con Brendem¨¹hl, ¡°nos pegamos de verdad¡±, algo que Duncan matiza: ¡°Son golpes no completos, al 70 %, si no ser¨ªan incapaces de hacer la funci¨®n al d¨ªa siguiente¡±. No obstante, Brendem¨¹hl afirma medio en broma: ¡°Yo salgo magullado¡±. A?ade que lo que hacen es una reconstrucci¨®n de lo que es un combate, distintas fases, pinceladas. ¡°?l boxea, yo hago lo que puedo¡±, sintetiza con humor. El montaje ha contado con un asesor box¨ªstico, Xavier Machete Flotats (!). ¡°Me dec¨ªa en los entrenamientos: ¡®Disfruta del dolor¡¯¡±, apunta Brendem¨¹hl. ¡°Cada d¨ªa antes de la funci¨®n nos pegamos un poco y Armando me va ense?ando t¨¦cnica y c¨®mo ganar fondo, porque es una comedia muy trepidante, hay que estar al 100 %, no puedes hacer ni una pausa, esto no es Pinter¡±. Buika ha rebajado 12 kilos, Brendem¨¹hl, 7. ¡°Est¨¢ bien una obra en la que son los hombres los que hablan de perder kilos¡±, ironiza Duncan.

De vuelta a EE UU, Johnson muri¨® en un accidente de tr¨¢fico en 1946 al salir de una cafeter¨ªa de Raleigh, Carolina del Norte, en la que se hab¨ªan negado a servirle por ser negro.