Expresionismo alem¨¢n en tiempos de pandemia

En la subasta del Stuttgarter Kunstkabinett de mayo de 1961 se vivi¨® un momento ¨¦pico. ¡°36.000 marcos por La joven pareja, de Emil Nolde¡­ A la 1, a las 2¡­ ?Adjudicado!¡±. Con la ca¨ªda del martillo, el p¨²blico se puso en pie a aplaudir y el bar¨®n Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza sonri¨®. Llevaba minutos pujando contra otra pareja de coleccionistas que tambi¨¦n quer¨ªa esa acuarela. La cifra era desorbitada para el cuadro, pero el bar¨®n ten¨ªa motivos para empe?arse en conseguir esta pieza del expresionismo alem¨¢n, pintada en los a?os 30.

Por una parte, romp¨ªa con la tradici¨®n de su padre, Heinrich Thyssen, que hab¨ªa conseguido una extraordinaria colecci¨®n de maestros antiguos, e inauguraba su propio estilo coleccionista. Y por otra parte apostaba precisamente por el vanguardismo de principios del siglo XX, despreciado por los nazis, que incluso llegaron a incluir a Emil Nolde en la despectiva exhibici¨®n Entartete Kunst (Arte degenerado) de 1937.

¡°El hecho de que estos artistas hubieran sido oprimidos por el r¨¦gimen nacionalsocialista y el arte etiquetado oficialmente como ¡®degenerado¡¯ fue para m¨ª un aliciente adicional para coleccionarlos¡±, reconocer¨ªa tiempo despu¨¦s.

En aquella misma subasta de 1961, el bar¨®n Thyssen compr¨® otras nueve pinturas, como los abstractos Serge Poliakoff, Maria Elena Viera da Silva, Gustave Singier, Alfred Manessier y Francis Bott, figurativos italianos como Mario Sironi y Marino Marini, y otros expresionistas alemanes como Max Pechstein y Rudolf Levy, este ¨²ltimo, adem¨¢s, de ascendencia jud¨ªa. Toda una declaraci¨®n de intenciones a trav¨¦s del arte, que identificaba a los expresionistas como s¨ªmbolo de libertad en la Alemania federal.

Expresionismo alem¨¢n en 2020

La muestra Expresionismo alem¨¢n en la colecci¨®n del bar¨®n Thyssen-Bornemisza se adelanta a la conmemoraci¨®n del Centenario del nacimiento del coleccionista (1921-2002) y es el resultado del arduo trabajo de adaptaci¨®n del Museo Nacional-Thyssen Bornemisza ante el golpe de la pandemia.

Esta exposici¨®n temporal, que puede visitarse hasta el pr¨®ximo 14 de marzo, se ha organizado en tiempo r¨¦cord y a menor coste, lo que ha permitido reducir el precio de la entrada del museo a nueve euros (colecci¨®n permanente incluida) durante varios meses.

La nueva exhibici¨®n, comisariada por Paloma Alarc¨®, jefa de Pintura Moderna del museo, supone una reconstrucci¨®n casi antropol¨®gica de la historia del arte, gracias al empe?o del bar¨®n por rescatar del olvido los ¡°cuadros degenerados¡± del Tercer Reich. Uno de ellos es Metr¨®polis, de George Grosz, tambi¨¦n incluido en el Entartete Kunst con la denigrante etiqueta: ¡°Arte como herramienta de propaganda marxista contra el servicio militar¡±.

Curiosamente, los nazis despreciaban el expresionismo alem¨¢n, pero se dieron prisa en sacar estos cuadros al mercado, ¡°a puerta cerrada¡±, para reunir fondos para la guerra. Y as¨ª cayeron en manos de marchantes que, en la posguerra, se dedicaron a rehabilitar el arte moderno alem¨¢n y dignificar a sus autores. Tiempo despu¨¦s, el bar¨®n Thyssen consigui¨® comprar algunas de estas pinturas, como Nubes de verano (1913), tambi¨¦n de Nolde o Retrato de Siddi Heckel (1913) de Erich Heckel, que ahora pueden visitarse en Madrid. El mismo pintor Grosz, exiliado en Am¨¦rica, adquiri¨® Metr¨®polis en 1959, poco antes de morir, y se la vendi¨® al marchante neoyorquino Richard L. Feigen, a qui¨¦n se la comprar¨ªa el bar¨®n Thyssen en 1978.

Son 80 obras que recorren ocho espacios. La muestra se estructura a partir de una primera sala, denominada ¡°Talleres¡±, que hace referencia a los ¡°laboratorios de ideas¡± en los que se convert¨ªan los estudios de artistas como Ernst Ludwig Kirchner y Erich Heckel. Sigue una sala con los ¡°Referentes culturales¡± que inspiraron a los expresionistas: Les Vessenots en Auvers (1890), de Van Gogh, Atardecer (1888), de Munch, o Idas y venidas (1887), de Gauguin, que podr¨ªan ser considerados los antecesores del modernismo.

En la tercera sala, ¡°Exteriores¡±, se re¨²nen paisajes como Verano en Nidden (1919-1920), de Max Pechstein, Puente en la marisma (1910), de Emil Nolde, o F¨¢brica de ladrillos (1907), de Eric Heckel, que recuerdan la importancia del espacio al aire libre y la naturaleza como ampliaci¨®n del estudio del artista. El puente entre el mundo exterior e interior, tradici¨®n y modernidad a trav¨¦s de la abstracci¨®n, se refleja en la siguiente sala, ¡°Aires populares¡±, que re¨²ne obras de Kandinsky, Paul Klee, August Macke y Jawlensky. El cap¨ªtulo ¡°Difusi¨®n¡± -que recoge pinturas de Paul Klee, Kandinsky, Macke y Lyonel Feininger- recuerda la evoluci¨®n de aquellos manifiestos expresionistas de principios del siglo XX, que se vieron ensombrecidos por la Gran Guerra. Las salas ¡°Estigmatizaci¨®n¡±, ¡°Rehabilitaci¨®n¡± e ¡°Internacionalizaci¨®n¡± resumen c¨®mo avanz¨® la historia. Ninguno volvi¨® a ser el mismo, y tampoco su arte.

Expresionismo alem¨¢n no es solo una de las colecciones europeas m¨¢s completas del arte moderno, con su explosi¨®n de colores antinaturales, fuerza expresiva y pinceladas agresivas, sino tambi¨¦n una radiograf¨ªa del convulso comienzo del siglo XX en Europa. Qu¨¦ mejor ocasi¨®n que este a?o 2020 para revisitarlo.

Adem¨¢s de esta exposici¨®n temporal tambi¨¦n se puede acceder a la colecci¨®n permanente del museo, que ha adaptado los estrictos protocolos de seguridad sanitaria, incluida la reducci¨®n de aforo. Esto permite al p¨²blico disfrutar, casi de forma exclusiva, los hopper, caravaggios, monets o van goghs que forman parte del museo. Un recorrido in¨¦dito e ins¨®lito que merece la pena visitar en tiempos de pandemia.