Un siglo de amores ocultos

Dos cuerpos, uno se abalanza sobre el otro, lo agarra con fuerza. Un brazo rodea y sujeta la cintura, las espaldas se arquean. Uno queda sobre otro, la posici¨®n tiende a la diagonal, pero no se pierde el centro de gravedad. Todo se mantiene en el equilibrio de unos ojos que se miran tan cerca que no pueden verse. Es la estructura de un beso apasionado: el de un soldado y una enfermera que no se conoc¨ªan, pero quedaron inmortalizados en ...

Dos cuerpos, uno se abalanza sobre el otro, lo agarra con fuerza. Un brazo rodea y sujeta la cintura, las espaldas se arquean. Uno queda sobre otro, la posici¨®n tiende a la diagonal, pero no se pierde el centro de gravedad. Todo se mantiene en el equilibrio de unos ojos que se miran tan cerca que no pueden verse. Es la estructura de un beso apasionado: el de un soldado y una enfermera que no se conoc¨ªan, pero quedaron inmortalizados en una de las fotograf¨ªas m¨¢s reproducidas del final de la Segunda Guerra Mundial; o uno de los de Rhett Butler a Scarlett O¡¯Hara en Lo que el viento se llev¨®. De cualquier beso, en cualquier ¨¦poca y lugar, tambi¨¦n del de dos muchachos estadounidenses que son retratados justo en el momento anterior, cuando se miran y sonr¨ªen. Sus rostros est¨¢n tan juntos, que aunque la fotograf¨ªa no plasme el momento en que sus labios se unen, quien la ve no duda de que eso es exactamente lo que ocurre un segundo despu¨¦s. Es una especie de c¨®digo universal en el que no importan sexo, g¨¦nero, raza, procedencia, religi¨®n...

Esta es solo una de las 327 instant¨¢neas que recopila Loving. Una historia fotogr¨¢fica (Duomo Ediciones), una selecci¨®n de las m¨¢s de 3.000 fotograf¨ªas que Hugh Nini y Neal Treadwell han reunido durante los ¨²ltimos 20 a?os. No hay colecci¨®n que no hable de los coleccionistas que la han formado, de sus gustos, de su vida¡­ Pero en esta, m¨¢s si cabe. Han buscado en anticuarios de todo el mundo, de manera presencial y a trav¨¦s de Internet, retratos de parejas gais; los m¨¢s lejanos en el tiempo datan de mitad del siglo XIX y los m¨¢s recientes de mediados del XX. En esos momentos todav¨ªa consideradas parejas de enfermos. La OMS sac¨® la homosexualidad de su lista de enfermedades en 1990. Hace solo 30 a?os. Un paseo por las p¨¢ginas de este libro demuestra que no hab¨ªa atisbo de enfermedad en los retratados.

Dos d¨¦cadas como coleccionistas, tres como pareja, miles de fotograf¨ªas y unos 21 pa¨ªses despu¨¦s sale del armario la colecci¨®n de estos tejanos. Pero no solo las im¨¢genes, tambi¨¦n los retratados, ya que muchos de ellos mantuvieron su condici¨®n oculta ¨Dcomo han permanecido estas fotograf¨ªas¨D. Mostrarse era poner en riesgo su vida y su libertad. Actualmente, de los 193 pa¨ªses que forman parte de la ONU, en 68 las relaciones entre personas del mismo sexo est¨¢n criminalizadas con pena de muerte o prisi¨®n. Solo 28 naciones aceptan el matrimonio homosexual, lo que no las libera de agresiones hom¨®fobas: en 2018 en Espa?a, la Federaci¨®n Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB) recogi¨® 971, dato que dista de las 259 denuncias notificadas por el Ministerio del Interior en el mismo periodo. La diferencia se debe a que este ¨²ltimo solo incluye los presuntos delitos, sin contar incidentes discriminatorios que quiz¨¢ no constituyan delito. Por no mencionar todo lo que no se cuenta.

La mayor¨ªa de las parejas que conforman la colecci¨®n se mantuvo en silencio. Muchas de las instant¨¢neas hablan solas. Los gestos y las miradas son reveladoras. As¨ª les ocurri¨® cuando en un anticuario vieron, de casualidad, la primera foto: dos hombres j¨®venes, abrazados y mir¨¢ndose. Eran los a?os veinte y ¡°evidentemente estaban enamorados¡±, afirman los coleccionistas en el libro. ¡°Nos reflejaba a nosotros¡±, a?aden por correo electr¨®nico. La siguiente instant¨¢nea la encontraron en una subasta digital. Eran dos soldados de los a?os cuarenta que posaban con las mejillas pegadas, estaba enmarcada y en el cristal grabado se pod¨ªa leer ¡°Tuyo siempre¡±. Ese fue el punto de partida de una colecci¨®n que sigue creciendo. Esta imagen, adem¨¢s, apunta algunos de los elementos comunes de muchos de los retratos: son soldados. Un alto porcentaje de la colecci¨®n son fotograf¨ªas de militares ¨Dtanto, que est¨¢n pensando publicar un segundo volumen Loving: The Military Edition¨D. Dos guerras, la estadounidense de Secesi¨®n y la Segunda Mundial, marcan la fecha m¨¢s antigua y m¨¢s reciente de las fotograf¨ªas. Nini y Treadwell explican la profusi¨®n de hombres uniformados: ¡°Los conflictos b¨¦licos re¨²nen al servicio de sus pa¨ªses a multitud de hombres de diversas procedencias que de otra manera nunca se hubieran conocido¡±. Al menos en ese momento, ahora, por suerte, no se necesitan guerras para conocer gente.

El ¡°Tuyo siempre¡± de esta imagen es una muestra de todas las fotos con algo escrito. ¡°Aproximadamente el 20% de la colecci¨®n¡±, se?alan sus due?os. L¨¢stima que en el libro no se muestren los reversos, pero Nini y Treadwell describen algunas inscripciones: ¡°Nuestra favorita es una en una instant¨¢nea de dos estudiantes, realizada alrededor de 1910. En la parte de atr¨¢s, a l¨¢piz, se comienza a leer: ¡®Eres una criatura tan hermosa¡­¡¯. Sobre esto est¨¢ escrito: ¡®Eres una persona ego¨ªsta sin coraz¨®n¡¯. Y quien escribiera eso a?adi¨® cuernos y barba a los retratados¡±. Otros textos describen pasiones ef¨ªmeras: en el anverso, dos j¨®venes inmortalizados en alguna pradera de EE UU. Sentados sobre una valla de madera, uno pasa el brazo sobre el hombro del otro, que se recuesta sobre ¨¦l. En el reverso: ¡°Un amor pasajero. Una simple evasi¨®n, pero ah, qu¨¦ cabalgadas. Verano 1919¡±. Algunos piden que se mantengan las im¨¢genes en secreto. ¡°Su supervivencia depend¨ªa de que se mantuvieran ocultos¡±, explican los coleccionistas. Otros sirven para dejar caer algo: ¡°Te mando foto que seguramente te revelar¨¢ una parte de mi vida¡±, esta frase en b¨²lgaro acompa?a una foto de dos j¨®venes en un peque?o carromato.

Sin af¨¢n expresamente reivindicativo, Loving no lo puede ser m¨¢s. Mostrar a todas estas parejas de gais es dar visibilidad, una visibilidad caracter¨ªstica del mundo en que vivimos, que el fot¨®grafo Joan Fontcuberta explica al versionar el cartesiano ¡°cogito, ergo sum¡± en su ¡°imago, ergo sum¡±. El ser humano se hace presente en el mundo al fotografiar y ser fotografiados y estas relaciones sentimentales actualmente tienen la presencia que durante siglos les fue negada. Hay algunas instant¨¢neas que claramente tienen intenci¨®n. Por ejemplo, una de dos chicos jovenc¨ªsimos que sujetan un cartel que dice ¡°Not married but willing to be¡± (¡°Solteros, pero dispuestos a no estarlo¡±). Es de las favoritas de sus due?os, aseguran que tiene m¨¢s de un siglo.

A la vez, este conjunto de retratos muestra otros vac¨ªos que siguen existiendo: parejas interraciales o parejas de negros. Los autores son muy conscientes de estas carencias. Ese es uno de sus objetivos para ampliar la colecci¨®n. Ahora tienen una treintena de im¨¢genes. ¡°Imaginamos que, como en cualquier otro aspecto de la vida en Estados Unidos durante los ¨²ltimos 400 a?os, los negros fueron, y todav¨ªa est¨¢n, privados de sus derechos. Es el pecado original estadounidense que todav¨ªa tenemos que expiar por completo¡±, explican.

?Y las mujeres? ?D¨®nde est¨¢n las parejas sentimentales de mujeres? Nini y Treadwell dejan claro que ese no era el objeto de su colecci¨®n y animan a quien quiera ocuparse de ese campo. Pero reconocen que s¨ª se han encontrado retratos de parejas de mujeres en sus b¨²squedas, aunque se?alan una gran diferencia con las de hombres: ¡°En su mayor¨ªa eran mujeres que actuaban para hombres heterosexuales, entre ellas no hab¨ªa una relaci¨®n amorosa¡±.

Como colof¨®n del libro: retratos de besos, como si del final de Cinema Paradiso se tratara, los que la censura, incluso la autocensura fruto del miedo, ha impedido conocer. Nini y Treadwell afirman que es un libro sobre el amor: ¡°Una emoci¨®n experimentada y expresada de forma id¨¦ntica por todos. No hay un amor homosexual ni un amor heterosexual. Solo hay amor. Y a veces sucede¡±.