¡®Fleabag¡¯: esta no es una serie para mujeres

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Lo raro no es que ahora haya tantas series protagonizadas por mujeres, lo raro es que no las hubiera antes. En la primera escena de Fleabag, la joven as¨ª llamada se dirige a la c¨¢mara desde el borde de su cama y cuenta al espectador qu¨¦ le est¨¢ haciendo el hombre de detr¨¢s. Desde ese momento y hasta el ¨²ltimo de la segunda temporada, en 12 cap¨ªtulos cortos ideales para un atrac¨®n, se suceden los gui?os de complicidad con el p¨²blico, la ruptura de la cuarta pared que caracteriza a la provocadora y muy premiada comedia creada e interpretada por Phoebe Waller-Bridge.

Esta desinhibida londinense comparte con nosotros sus intimidades y sus miserias sin pedir permiso ni perd¨®n. Su entorno ¡ªla hermana, la amiga muerta, una madrastra bohemia, un cura sexi...¡ª completa un sarc¨¢stico y a ratos amargo retrato de la sociedad brit¨¢nica, con esos contrastes entre lo carca y lo rompedor. Nacida de un mon¨®logo teatral, la serie se estren¨® en la BBC ¡ªen pocos lugares m¨¢s se emitir¨ªa en abierto¡ª y ahora brilla en el cat¨¢logo de Amazon Prime.

Fleabag es una serie hecha por mujeres que trata de mujeres, pero ?es una serie para mujeres? No. La tele, al fin, est¨¢ cambiando. Pasada la ola de antih¨¦roes ¡ªnarcos, mafiosos, asesinos en serie, todos varones¡ª, la d¨¦cada que acaba ha tra¨ªdo papales femeninos poderosos, osados, con car¨¢cter. No son hero¨ªnas, pero menos a¨²n fr¨¢giles, v¨ªctimas, dependientes o parejas de.

Antes del MeToo ya hab¨ªan ocupado su sitio en la pantalla Orange Is the New Black, Killing Eve, Homeland, The Good Wife, Big Little Lies, Girls... Unas son m¨¢s combativas (El cuento de la criada), otras tiran de costumbrismo e iron¨ªa (ah¨ª encaja Fleabag). Todas sirven como expresi¨®n de su tiempo: vivimos el siglo de las mujeres. Y apenas van dos d¨¦cadas. Nos queda mucho y bueno por ver.