Fallece el dibujante argentino Antonio Mongiello Ricci, ¡®Napo¡¯
Muere en Buenos Aires a los 77 a?os. Transitaba entre la pl¨¢stica y los dibujos, plenos de texturas y colores y un humor del absurdo, ¨¢cido e ir¨®nico
El pasado 6 de enero, a los 77 a?os, falleci¨® en Buenos Aires Antonio Mongiello Ricci, Napo, reconocido como uno de los grandes artistas y humoristas gr¨¢ficos internacionales. A finales de 1975 abandon¨® Rosario, su ciudad natal, para radicarse en Par¨ªs, huyendo de la inminente dictadura y en busca de otros horizontes.
De la categor¨ªa de otros famosos colegas argentinos, como Fontanarrosa, Crist y Quino, con los que compart¨ªa estrecha amistad, colabor¨® en el diario La Capital y en casi todas las notables revistas del g¨¦nero de los a?os 70, como La cebra a lunares, T¨ªa Vicenta, Satiric¨®n, Chaupinela y La Hipotenusa. Desde Par¨ªs, durante la dictadura militar 1976/83, tambi¨¦n en la opositora revista sat¨ªrica Humor.
Su seud¨®nimo en Argentina era Napole¨®n, pero por obvias razones lo redujo a Napo al radicarse en Francia, donde colabor¨® en el diario Le Monde y otras publicaciones, junto a artistas de la talla de Semp¨¦, Sin¨¦, Mordillo y Hugo Pratt,
Transitaba entre la pl¨¢stica y los dibujos, original¨ªsimos, plenos de texturas y colores y un humor del absurdo, ¨¢cido e ir¨®nico. El reconocimiento internacional hizo que expusiese sus obras en reputadas galer¨ªas y colaborase en publicaciones de Argentina, Francia, Espa?a, Italia, otros pa¨ªses europeos y Estados Unidos. Tambi¨¦n ilustr¨® libros del Centro Editor de Am¨¦rica Latina y public¨® en Rosario su primera recopilaci¨®n de humor gr¨¢fico: Tutti frutti. Tambi¨¦n libros, como Humor Golf ¨Csu otra pasi¨®n- y Napo Tango, este ¨²ltimo acompa?ado de un CD del bandoneonista Juan Jos¨¦ Mosalini. En 1970, para la revista 2001, dibuj¨® la primera versi¨®n, con sesgo antimperialista, de La Guerra de los Antares, con gui¨®n de H¨¦ctor Oesterheld.
El cr¨ªtico de arte y presidente de Humoristes International, Jerome Darwin, lo defini¨® as¨ª: "Heredero de Jer¨®me Bosch y Saul Steinberg, Napo nos transporta con su enorme inventiva por junglas delirantes de pasiones, donde nos encontramos por la magia del humor gr¨¢fico con la ternura y el horror, la bondad y la belleza. Es un colorido espejo sat¨ªrico, lleno de po¨¦tica sabidur¨ªa".
Durante la dictadura del general Videla, ayud¨® de diversas maneras a numerosos exiliados y, entre otras actividades, colabor¨® junto a colegas como Plant¨² y Kerleroux en el peri¨®dico de denuncia Sin Censura, fundado por Julio Cort¨¢zar, Osvaldo Soriano y quien esto escribe, entre otros exiliados latinoamericanos.
Es importante destacar a ese otro Napo, el ciudadano progresista, solidario y generoso hasta el despojo personal. Una an¨¦cdota lo resume: durante el gobierno 1973/76, en plena represi¨®n de la banda parapolicial peronista "Triple A", en el bar "Ode¨®n" de Rosario, a cien metros de la Facultad de Filosof¨ªa, una barra de amigos de entre 20 y 30 a?os se reun¨ªa todos los d¨ªas, hasta tarde en la noche. El grupo empez¨® a ralearse cuando muchos comenzamos a militar en diversas organizaciones, no necesariamente guerrilleras, pero en cualquier caso clandestinas, o semi; la represi¨®n no dejaba espacios y la discreci¨®n era imprescindible. As¨ª, una noche como tantas, los amigos empezaron a irse temprano, de uno en una, con excusas del tipo "tengo que ir a casa porque vino una t¨ªa de visita"; "tengo que estudiar" o, con un gui?o, "tengo una cita", etc. Al final quedamos s¨®lo yo y el entonces "Napole¨®n". Con una sonrisa c¨®mplice, porque todo el mundo ten¨ªa claro que en esas partidas hab¨ªa otros motivos, le coment¨¦: "Todos se rajan ahora temprano; ?raro, no?". Napo bebi¨® otro trago de cerveza y me contest¨®: "?Sab¨¦s que pasa, Carlos? Que el que hoy no 'anda en algo', es porque no tiene coraz¨®n..."
Chau, Napo, "au revoir".
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