Juan Valderrama, el hombre que s¨ª amaba a las mujeres
'Mujeres de carne y verso' nace en el Price como espect¨¢culo sensible, sentido y con un encomiable mensaje de igualdad
Cinco mujeres de blanco impoluto resaltan en escena. Durante la noche acabar¨¢n deslumbrando mucho m¨¢s, y no solo por el atuendo. El ¨²nico m¨²sico var¨®n, de negro, se agazapa discreto en un extremo de las tablas. Y el titular del espect¨¢culo, con traje burdeos, en el centro de todas las miradas; avisando de que la proporci¨®n, nada paritaria, no es fruto de la casualidad. ¡°No ¨ªbamos a hacer lo mismo que venimos haciendo toda la vida en la m¨²sica de este pa¨ªs¡±, proclama Juan Valderrama para comenzar la aventura sobre las tablas de este Mujeres de carne y verso, un disco con apenas dos meses de vida cuya gira ech¨® a andar este domingo en el Circo Price.
Qu¨¦ valiente, Valderrama. Y qu¨¦ s¨®lido en documentaci¨®n y argumentos. Ha querido este flamenco de amplio espectro formular una declaraci¨®n de amor por la poes¨ªa de autor¨ªa femenina. Las escogidas son firmas que, con la excepci¨®n de Gabriela Mistral, Rosal¨ªa de Castro y Gloria Fuertes, oscilan entre la difusi¨®n t¨ªmida y el ostracismo m¨¢s tenebroso. ¡°Despu¨¦s de muchos siglos de injusticias, hoy vamos a empezar a repararlas¡±, anunci¨® el hijo de los prodigiosos Juanito Valderrama y Dolores Abril, un hombre al que se le notan no solo sus casi dos d¨¦cadas de cante, sino la formaci¨®n period¨ªstica. Porque ha querido no solo desempolvar poemas ignorados, sino aprehender las singularidades de las firmantes, indagar en sus circunstancias, avatares y penurias, difundir la grandeza de unas vidas que el patriarcado prefiri¨® siempre ningunear. ¡°El feminismo es como el ecologismo, nos concierne a todos¡±, resumi¨® el promotor de este proyecto concienciado y concienzudo, un destello de lucidez que se propone emocionar sin que, en el camino, eludamos la reflexi¨®n.
Hubo cerca de 1.300 testigos del estreno en el Price, una cifra muy importante pero alejada del lleno por la competencia ¡°del f¨²tbol, el tr¨¢fico, el fr¨ªo y Netflix¡±, en simp¨¢tica enumeraci¨®n del bueno de Juan Antonio. Habr¨¢ m¨¢s ocasiones de pillarle por banda, imaginamos, y los rezagados agradecer¨¢n las segundas oportunidades. Porque, tras cuatro a?os de silencio discogr¨¢fico, el madrile?o reaparece con discurso firme, propio y veros¨ªmil para apuntalar ese temblor dulce en la garganta, ese melisma delicado con el que resulta imposible borrarnos de la cabeza la figura insigne de su progenitor.
Es curioso el contraste entre ese timbre d¨²ctil del canto y la voz recia, grave y profunda que exhibe Juan para las declamaciones. Consecuencias del talento holgado y de ese tu¨¦tano seductor que nunca falta en el c¨®digo gen¨¦tico de Valderrama, elegante y generoso en las presentaciones, dicharachero sin empalago, aglutinador de sensibilidades. ¡°Estamos mucho m¨¢s cerca de lo que algunos quieren hacernos pensar¡±, anot¨® entre aplausos al presentar a la mallorquina Maria del Mar Bonet, que tan poco se prodiga por estas tierras mesetarias.
Bonet y Valderrama estrenaron Podr¨ªes, a partir de unos versos de Joana Raspall que no conoc¨ªa ni la cantante balear. Las carencias documentales, a veces tan sangrantes si son f¨¦minas las protagonistas. Produce estupefacci¨®n que de Gloria de la Prada, autora de versos flamencos (Unos ojos azules) de encanto evidente, no se conozca con precisi¨®n ni su a?o de fallecimiento. Y escuece recordar que la uruguaya Delmira Agustini fuera asesinada a principios del siglo XX a manos de su exmarido. Quiz¨¢ les resulte familiar ese desenlace.
Agustini (Para tus manos) revivi¨® en forma de buler¨ªa con la complicidad de Carmen Linares, sobre cuya exquisitez solo podr¨ªamos ser redundantes. Tambi¨¦n asomaron Carmen Par¨ªs (chulapa en Hay besos), Isabel Gemio (recitando El secreto) y Sole Gim¨¦nez, muy centrada en Agua, zamba sencilla y bella a partir de unos versos de Pilar de Valderrama, aquella mujer cat¨®lica y mon¨¢rquica a la que Machado inmortaliz¨® como Guiomar. Sole y Juan a?adieron como propina algunas estrofas de aquel Toda una vida, bolero celeb¨¦rrimo gracias a Mach¨ªn. Y la ex de Presuntos Implicados, al escuchar a su compa?ero, no pudo contener la exclamaci¨®n: ¡°?Qu¨¦ bonito, por favor!¡±.
Ha tenido Valderrama la habilidad adicional de saberse arropar muy bien, no solo por las cantantes que salpimentan el disco y el directo, sino por los autores de las m¨²sicas, Luis Pastor, Pedro Pastor y Rub¨¦n Levaniegos. Ellos han sabido sortear el peligro de que las formas po¨¦ticas originales condicionaran con exceso las melod¨ªas y las hicieran trilladas, predecibles. Si unimos los duelos guitarr¨ªsticos entre el propio Levaniegos y Mercedes Luj¨¢n (?por fin una guitarrista flamenca!), los esbozos de copla y el homenaje final al padre (El emigrante) y a Violeta Parra (Gracias a la vida), es f¨¢cil comprender que las dos horas se nos deshicieran en un soplo. Ventajas de citarnos con caballeros sensibles; con un hombre que s¨ª que ama a las mujeres.
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