Nick Cave
Existi¨® una ¨¦poca muy lejana en la que m¨²sicos que ten¨ªan algo que contar y un lenguaje virtuoso para expresarlo pose¨ªan un hueco en la televisi¨®n
En una canci¨®n memorable, como tantas suyas, el casi siempre encabronado y volc¨¢nico juglar L¨¦o Ferr¨¦ le daba las gracias a Satan¨¢s por revolucionarias razones pero tambi¨¦n por no aparecer jam¨¢s en la televisi¨®n. Intuyo que tampoco tiene el menor inter¨¦s en aparecer en ella un m¨²sico hondo y genial llamado Nick Cave. Y existi¨® una ¨¦poca muy lejana en la que m¨²sicos que ten¨ªan algo que contar y un lenguaje virtuoso para expresarlo pose¨ªan un hueco en esa cosa cuadrada o rectangular, pero la meloman¨ªa en las televisiones generalistas sospecho que ahora se limita a los emotivos concursos para que compitan joveznos prometedores.
Creyendo que mi cadena de m¨²sica estaba irreparablemente da?ada y acorralado por la desidia hasta el extremo de no precisar de m¨²sica, algo que siempre aliment¨® mi alma, llevaba tiempo sin escucharla en mi casa. Un amigo descubre que si esta no suena es porque soy un zoquete integral y ancestral, que tocando un par de botones el tocadiscos vuelve a funcionar. Y atravieso desde hace d¨ªas, sin prisas y sin pausas, con emoci¨®n renovada, una experiencia inolvidable, cat¨¢rtica, con capacidad para humedecerme esos ojos que siempre est¨¢n secos, comparable a la primera vez que vi la pel¨ªcula L¨¦olo. Es el ¨²ltimo disco, v¨®mito po¨¦tico, belleza para amortiguar el dolor y el v¨¦rtigo de la p¨¦rdida, sensibilidad extrema, conexi¨®n ¨ªntima y estremecedora con cualquier oyente que posea coraz¨®n y paladar, que ha publicado Nick Cave. Se titula Ghosteen. Una obra maestra, algo para guardar el resto de tu vida.
Un chaval de 15 a?os se tir¨® por un acantilado despu¨¦s de meterse un tripi. Era el hijo de Cave. ?C¨®mo cauterizar ese inimaginable dolor y culpa? Ojal¨¢ Ghosteen le ayude. La m¨²sica se lo agradecer¨¢ siempre. Nosotros, tambi¨¦n.
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