La ¨²ltima comida con Cuerda
Al cineasta le sobraba una frase para hacer de la realidad m¨¢s banal un disparate magn¨ªfico con m¨¢s verdad que la cr¨®nica m¨¢s afilada
Mi amigo Edu Gal¨¢n y yo le invitamos a comer a un restaurante famoso por sus verduras, por aquello del bancal y la calabaza. ?Qu¨¦ pedimos?, pregunt¨® con la carta en la mano, a lo que Edu respondi¨®: Jos¨¦ Luis, pagamos nosotros, as¨ª que vamos a tomar lo que me salga de los cojones. Cuerda se volvi¨® hacia m¨ª, con cara confidencial y molesta, y me dijo: ¡°Yo no s¨¦ a ti, pero lo que menos me apetece comer es lo que le sale de los cojones a ese se?or. Yo de eso no quiero¡±.
Esa seriedad al contar el chiste era uno de los dos rasgos que me fascinaban de su compa?¨ªa, el poco tiempo que pude disfrutarla. El otro era la capacidad para recibir, con amabilidad impert¨¦rrita, todas las frases de Amanece, que no es poco que todos los desconocidos que le abordaban soltaban con fanfarrias. No desairaba a los amanecistas nunca, incluso les replicaba con otra frase de la pel¨ªcula. Me maravillaba su aguante: yo no soportar¨ªa que me dijesen cuarenta y tres veces al d¨ªa que todos somos contingentes, pero t¨² eres necesario. ?l, en cambio, agradec¨ªa el cumplido como si fuese la primera vez que lo recib¨ªa.
A los postres, el due?o del restaurante quiso conocerle y hacerse una foto con ¨¦l. Estuvieron hablando un rato y, ya fuera, mientras esper¨¢bamos un taxi, me pregunt¨® si ese tipo que hab¨ªa salido de la cocina era el due?o. Asent¨ª, y volvi¨® a poner cara de confidencia seria. Bajando la voz, dijo: ¡°Pues parece pobre¡±.
Caricaturizaba el mundo con un adjetivo. Sin recurrir al aforismo, le sobraba una frase para hacer de la realidad m¨¢s banal un disparate magn¨ªfico con m¨¢s verdad que la cr¨®nica m¨¢s afilada. Ya s¨¦ que se ha dicho todo de ¨¦l, pero yo no pod¨ªa pasar p¨¢gina sin dejar esto dicho.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.