Entre el conservadurismo y la violencia

Est¨¢ claro que algunas series francesas diseccionan los entresijos del poder y los problemas reales del pa¨ªs con eficacia. El nuevo ejemplo de ese desvelamiento es Los salvajes (Movistar), con seis espl¨¦ndidos cap¨ªtulos creados, escritos y dirigidos por Rebecca Zlotowski en los que se analizan, b¨¢sicamente, la xenofobia y el delirio yihadista, tan complementarios.

La trama arranca con la victoria electoral del que ser¨¢ el primer presidente de la Rep¨²blica de origen magreb¨ª. Ha estudiado en Harvard y no renuncia a sus ra¨ªces. Dicho de otra manera: tiene enfrente a los pol¨ªticos conservadores y a sus votantes. La vuelta de tuerca del guion es que ya desde el comienzo de la serie se comprueba que sus enemigos m¨¢s violentos son los islamistas radicales. El miedo a lo desconocido de la derecha, con su habilidad para entorpecer los resultados electorales con el corpus jur¨ªdico establecido, se entremezcla con el fanatismo de los poseedores de la verdad absoluta cuyo principal argumento es la violencia.

En Los salvajes no se desprecia alguna relaci¨®n sentimental, con una incidencia ciertamente menor en la historia. ?Alguna vez los guionistas que pretendan contar un tema pol¨ªtico ser¨¢n capaces de obviar las relaciones amorosas? Ni en series tan extraordinarias como House of Cards, Homeland o Borgen se excluye el amor por m¨¢s que su relato no aporte nada sustancial a la historia. Ni siquiera en una serie noruega tan sobria como Ocuppied se aparta, aunque en su caso el amor es entre dos mujeres. En todo caso, Los salvajes es una serie excelente y con un discurso final del presidente electo sobre diversidad y convivencia que deber¨ªa ser repartido gratuitamente en el Congreso, en el Parlament y en el Ayuntamiento de Vic.