Alejandro Magno contra Omar Montes
Los b¨¢rbaros est¨¢n a las puertas de la alta cultura. Pero eso tampoco es nuevo
¡°Tengo la inteligencia justa para pasar el d¨ªa¡±. Es posible que ning¨²n fil¨®sofo haya acertado a describir nuestra ¨¦poca con la precisi¨®n de Omar Montes. Vivimos en un tiempo de perpetua actualidad que pone a cero el contador de la atenci¨®n cada 24 horas y a los nacidos en el siglo XX solo nos queda lamentarnos o seguir el consejo de Henri Michaux: a falta de sol habr¨¢ que aprender a madurar en el hielo.
Los v¨¢ndalos ¡ªque ma?ana ser¨¢n nuestros cl¨¢sicos¡ª est¨¢n a las puertas de la alta cultura, pero eso tampoco es nuevo. De hecho, una lectura apropiada para estos tiempos de globalizaci¨®n es un libro de Arnaldo Momigliano cuyo t¨ªtulo lo dice casi todo: La sabidur¨ªa de los b¨¢rbaros (1975). ?Por qu¨¦? Porque trata de otra globalizaci¨®n, la que gracias a las campa?as de Alejandro Magno tuvo lugar entre los siglos IV y I antes de Cristo: el helenismo. ?Y por qu¨¦ ese t¨ªtulo? Porque los griegos se consideraban a s¨ª mismos como los ¨²nicos civilizados cuando entraron en contacto con los romanos, los jud¨ªos, los celtas y los iranios. La influencia griega fue y sigue siendo tal que, seg¨²n el estudioso italiano, el conocimiento que tiene actualmente sobre la India un occidental ¡°educado¡± no es superior al que ten¨ªa un escritor heleno. ¡°Aun hoy d¨ªa¡±, escribe, ¡°no es obligatorio en el curr¨ªculum tradicional saber algo acerca de China porque los griegos y romanos no sab¨ªan nada, o casi nada, sobre ella¡±.
Las ciudades se llenaron de extranjeros y el localismo se convirti¨® en reacci¨®n anticosmopolita mientras la lengua griega jugaba un papel similar al que juega el ingl¨¦s para nosotros. Este hecho tuvo una consecuencia fatal para los griegos, que nunca necesitaron saber otros idiomas: los romanos s¨ª aprendieron griego y ese dominio, sumado al poder¨ªo militar, termin¨® dejando a los ¡°civilizados¡± a merced de sus int¨¦rpretes.
La sabidur¨ªa de los b¨¢rbaros es un denso y apasionante ejercicio de erudici¨®n que deja, entre mil m¨¢s, un aviso: la autocomplacencia vuelve conservadoras a las culturas y, al final, termina con ellas. Momigliano fue un profesor jud¨ªo que huy¨® del fascismo en 1939 y se instal¨® en Inglaterra. Ten¨ªa 31 a?os. Escrib¨ªa en ingl¨¦s pero su libro lleva una dedicatoria en italiano que, sin necesidad de m¨¢s comentario, recuerda que cuando se esperaba a los v¨¢ndalos en la frontera, brotaron del coraz¨®n m¨¢s refinado de Europa. Dice: ¡°Per mia madre, presente sempre nel suo vigile amore (Torino, 1884-campo nazista di sterminio, 1943)¡±.
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