Cambio de piel
El ensayo de Julio Gil Pecharrom¨¢n ¡®La estirpe del camale¨®n¡¯ deja claro que el conservadurismo espa?ol se basa fundamentalmente en la defensa de la naci¨®n cat¨®lica. Su liberalismo ha sido siempre coyuntural
Lo primero que hay que decir sobre la historia de la derecha espa?ola de Julio Gil Pecharrom¨¢n ¡ªLa estirpe del camale¨®n¡ª es que es un libro meritorio, repleto de informaci¨®n y fruto indudable de centenares de horas de trabajo. Es preciso este elogio para que nadie interprete que los reparos y ausencias que pueden derivarse de su lectura suponen una descalificaci¨®n global de la obra. Cubre esta el periodo que empieza con la Guerra Civil y acaba con el mandato de Aznar en 2004. Una objeci¨®n que podr¨ªa establecerse es la arbitrariedad de las fechas elegidas, puesto que es impensable e imposible entender la evoluci¨®n hist¨®rica del conservadurismo espa?ol sin remontarse a las etapas previas, incluidas las guerras carlistas, el fracaso de las dos rep¨²blicas y el periodo de la Restauraci¨®n. Tambi¨¦n porque el proceso de adaptaci¨®n camale¨®nica al medio ambiente que el autor denuncia de ninguna manera acaba con el fin del Aznarato, redivivo hoy por otra parte. Y por ¨²ltimo porque lo que podr¨ªa considerarse como la tesis fundamental del ensayo, la capacidad de cambiar el color de la piel de la derecha para lograr sobrevivir, est¨¢ enunciada en el t¨ªtulo y se da por supuesta en el relato, pero no merece ninguna consistente argumentaci¨®n a lo largo de m¨¢s de 500 p¨¢ginas.
La abundante erudici¨®n, en fechas, nombres y referencias legislativas, de que se hace gala en el texto, pone de relieve la minuciosa tarea del historiador, aunque amenaza con hacer relativamente incomprensible la narraci¨®n para aquellos que no hayan vivido personalmente las peripecias que all¨ª se cuentan. Por ¨²ltimo, resulta extra?o intentar definir el proceso durante casi un siglo de una corriente pol¨ªtica sin apenas describir el contexto de las fuerzas opositoras. Eso permite, no obstante, que los cap¨ªtulos m¨¢s brillantes sean los que se centran en la descripci¨®n del franquismo, periodo en el que el devenir de la naci¨®n apenas vislumbraba alternativa alguna.
Dicho todo esto, la idea fuerza que se trasluce es la de que el conservadurismo espa?ol se basa fundamentalmente en la defensa de la naci¨®n cat¨®lica, y su adscripci¨®n al liberalismo ha sido siempre m¨¢s coyuntural que otra cosa. Otra de las conclusiones evidentes es la caprichosa fragmentaci¨®n en sus filas, disfrazada de adscripciones ideol¨®gicas, pero en realidad fruto del fulanismo egoc¨¦ntrico que afecta a nuestra clase pol¨ªtica, cualquiera sea el credo que predique. A mi modo de ver el resultado de todo ello es que, salvo honrosas excepciones, la militancia por las libertades de los conservadores patrios tiene un origen pragm¨¢tico y racional. Sus convicciones son indudablemente democr¨¢ticas, pero no tanto sus emociones. Algo similar podr¨ªa decirse tambi¨¦n de la nueva izquierda, a la que la crisis de la socialdemocracia la empuja cada vez m¨¢s a una especie de enso?aci¨®n revolucionaria, cuando menos verbal. La falta de empat¨ªa con el liberalismo cl¨¢sico, acerbamente criticado por la ortodoxia marxista, cuando no la clerical, es una constante del devenir de la pol¨ªtica espa?ola y tambi¨¦n una de las lacras m¨¢s acusadas de nuestro sistema de convivencia. El protagonismo de la influencia eclesi¨¢stica en la derecha espa?ola est¨¢ reservado en el libro a los diversos partidos y partiditos democratacristianos, cuando no a la menci¨®n de algunos curas trabucaires y a los ministros y dirigentes pertenecientes al Opus Dei. Hay un reconocimiento del aperturismo del cardenal Taranc¨®n, muy influyente durante la Transici¨®n, pero ninguna menci¨®n a la corriente integrista capitaneada por el cardenal Rouco y sus ac¨®litos, que marc¨® profundamente las pol¨ªticas del presidente Aznar.
La suposici¨®n de que la derecha pol¨ªtica espa?ola es solo o fundamentalmente el entramado de las organizaciones partidarias que la hacen posible es por lo dem¨¢s el rasgo m¨¢s desconcertante del ensayo. El peso y la importancia del capitalismo empresarial, su vinculaci¨®n intr¨ªnseca al sistema de poder de la derecha, apenas merecen comentario alguno salvo en el comentario sobre la fracasada Operaci¨®n Roca. Luce en cambio una relaci¨®n bastante exhaustiva de los intelectuales que apoyaron el franquismo, y aun el nazismo, para acabar siendo disidentes de la dictadura y promotores del cambio democr¨¢tico.
La estirpe del camale¨®n no es un libro f¨¢cil de leer, pero merece la pena el intento, pese a los matices apuntados, si se quiere obtener una informaci¨®n valiosa sobre los tejemanejes que hicieron posible el tr¨¢nsito hacia la democracia. Para quienes tuvimos oportunidad de vivir la ¨¦poca, y conocimos a muchos o a la mayor¨ªa de los personajes que pueblan el relato, servir¨¢ de recordatorio de las dificultades y equ¨ªvocos que la construcci¨®n del r¨¦gimen del 78 tuvo que enfrentar. Las generaciones actuales podr¨¢n aprender por su parte que no es verdad que cualquier tiempo pasado fuera mejor. Las dificultades de hoy se parecen demasiado a las de anta?o y hemos vivido tiempos mucho peores que los del presente. La ¨²nica diferencia, quiz¨¢s, es la vacuidad e ignorancia de la nueva clase pol¨ªtica, pero eso no es tema de este art¨ªculo ni tampoco patrimonio exclusivo de la derecha.
BUSCA 'LA ESTIRPE DEL CAMALE?N'
Autor: Julio Gil Pecharrom¨¢n.
Editorial: Taurus, 2019.
Formato: tapa blanda (560 p¨¢ginas).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.