El fin del apret¨®n de manos: el virus visto desde la antropolog¨ªa
El antrop¨®logo Agust¨ªn Fuentes advierte de la desaparici¨®n de rituales y gestos cotidianos que impliquen proximidad f¨ªsica e insta a preservar las relaciones sociales pese al aislamiento
Atravesamos una pandemia. El COVID-19 nos amenaza a todos, pero la enfermedad provocada directamente por este microbio no es el ¨²nico peligro para nuestra salud y nuestro bienestar. Los efectos secundarios del distanciamiento social tambi¨¦n pueden tener consecuencias devastadoras. Algunas comunidades del planeta se enfrentan a meses de bloqueo casi total. La mayor¨ªa de ciudades y pueblos est¨¢n restringiendo el movimiento de manera dr¨¢stica. Aunque no estemos confinados en nuestras casas o nuestros pisos, vamos a tener que mantener dos metros de distancia, saludarnos de lejos y evitar los grupos. Con ello corremos el riesgo de privarnos de una de las principales caracter¨ªsticas de lo que nos hace humanos.
Los humanos hemos evolucionado como seres profundamente sociales, cuya necesidad de tocar y ser tocados, de conversar, debatir y re¨ªr juntos, de sonre¨ªr y coquetear unos con otros, y de interactuar en grupos es fundamental para una vida saludable. El funcionamiento mismo de nuestro sistema biol¨®gico, de las hormonas y las encimas que circulan por nuestras arterias, nuestros intestinos y otros ¨®rganos, est¨¢ ligado a nuestras conexiones y relaciones sociales con los dem¨¢s. Innumerables experimentos y experiencias reales demuestran que eliminar estas inmersiones diarias en la actividad social debilita las infraestructuras corporales de la salud f¨ªsica y mental. Cuando los seres humanos est¨¢n aislados, ocurren cosas malas; aparecen depresiones fisiol¨®gicas y psicol¨®gicas, disminuye la funci¨®n inmune, se producen dolores intestinales y dificultades cognitivas, entre otros efectos.
"Compartimos una historia evolutiva de densa cooperaci¨®n, de sortear juntos las dificultades de la vida e imaginar nuevas posibilidades"
Lo que estamos poniendo en peligro no es solo esta tendencia a estar y trabajar juntos fruto de la evoluci¨®n, sino tambi¨¦n milenios de cultura. Ahora todo esto tiene que cambiar, al menos durante un tiempo. Esta perturbaci¨®n de los aspectos cotidianos m¨¢s sociales y constantes de nuestra vida est¨¢ afectando a todas las culturas del planeta. Este estremecedor desplazamiento de lo que significa ser espa?ol, italiano, coreano, chino o de cualquier otra nacionalidad tambi¨¦n causa estr¨¦s a nuestra mente y, por lo tanto, a nuestra salud.
Sin embargo, los seres humanos tenemos la capacidad de enfrentarnos a los desaf¨ªos mentales, f¨ªsicos y culturales que se nos presentan. A lo largo de los ¨²ltimos dos millones de a?os hemos evolucionado, pasando de ser peque?as criaturas simiescas desnudas sin colmillos, cuernos ni garras, que dispon¨ªan solamente de unos cuantos palos y piedras para protegerse, a convertirnos en creadores de ciudades y naciones, econom¨ªas globales, aviones, ordenadores, procesadores de alimentos, grandes obras de arte y miles de delicias culinarias. Estas haza?as las hemos llevado a cabo apoy¨¢ndonos los unos en los otros. Compartimos una historia evolutiva de densa cooperaci¨®n y ayuda mutua, de sortear juntos las dificultades de la vida e imaginar y crear nuevas posibilidades. Llevamos escritas la vida social y la innovaci¨®n en nuestra neurobiolog¨ªa y nuestra fisiolog¨ªa. Ellas nos brindan la herramienta para resolver los retos que la era del coronavirus plantea a nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestra cultura.
Por ejemplo, en el mundo actual la vida social no se limita a las personas que tenemos cerca. Hemos creado la capacidad de llegar al otro lado de la calle y al otro extremo del planeta sin abandonar nuestro aislamiento f¨ªsico. En estos momentos tenemos que desarrollar usos nuevos e imaginativos de las redes sociales, los tel¨¦fonos m¨®viles y otros dispositivos que se puedan conectar a Internet para remodelar y rehacer nuestra vida social. Si bien mucha gente desaprueba la entrada invasiva de la Red en nuestra vida diaria como un factor que altera el contacto social y fomenta el aislamiento, podemos darle la vuelta y utilizarlo a nuestro favor. Tenemos la posibilidad de emplear estas tecnolog¨ªas, aplicaciones y formas de comunicaci¨®n para conectarnos, socializar y compartir la empat¨ªa, la alegr¨ªa y el conocimiento necesario. Podemos utilizar estos espacios para celebrar nuestras tradiciones culturales, incluso cuando es imposible hacerlo cara a cara. En compa?¨ªa de nuestros amigos m¨¢s queridos podemos disfrutar de una copa, hablar de pol¨ªtica y debatir sobre la pel¨ªcula que acabamos de ver cada uno en su port¨¢til, a pesar de encontrarnos en habitaciones de diferentes continentes separadas por miles de kil¨®metros.
Naturalmente, la vida social electr¨®nica no es lo mismo que estar juntos en persona, pero es diferente del aislamiento. Numerosos estudios demuestran que las actividades sociales virtuales pueden alimentar positivamente nuestros sistemas neurobiol¨®gicos y emocionales, al satisfacer nuestra necesidad de conexi¨®n social y ayudar a mantener las infraestructuras de nuestro cuerpo, sometido al estr¨¦s que nos causan las calamidades que nos trae este nuevo panorama.
"La vida social electr¨®nica no es como estar juntos en persona, pero alimenta nuestros sistemas neurobiol¨®gicos y emocionales"
Tambi¨¦n existe la posibilidad de mantener relaciones sociales a distancia por otros medios adem¨¢s de Internet. Los que tenemos la suerte de estar confinados en un piso podemos saludarnos y darnos serenatas mutuas desde las ventanas y los balcones, anunciando al mundo nuestra lucha por conservar el contacto social, como han hecho muchas personas en Espa?a e Italia. Si somos lo bastante afortunados como para estar confinados con nuestra familia, nuestros amigos o nuestros seres queridos, tambi¨¦n tenemos la oportunidad de satisfacer nuestra necesidad de conexi¨®n cara a cara, fortaleci¨¦ndonos por los esfuerzos que hacemos para contactar a trav¨¦s de nuestras comunidades y el mundo a fin de crear y mantener otras interrelaciones sociales cruciales. Pero vivir en sociedad en espacios muy reducidos tambi¨¦n tiene sus costes. Recordemos que, aunque todos necesitamos la vida social, a nuestra mente tambi¨¦n le suele hacer falta algo de tiempo en soledad. A la hora de crear espacio para todos cuando estamos cerca, debemos hacer alarde de la misma imaginaci¨®n y la misma empat¨ªa que tenemos para llegar al otro extremo de la Red a fin de anular la distancia que nos separa.
Optimismo aparte, la p¨¦rdida de algunos rituales importantes, al menos en el futuro pr¨®ximo, ser¨¢ dolorosa. Mantener un bajo riesgo de transmisi¨®n del virus va a ser una prioridad como m¨ªnimo para el pr¨®ximo a?o. En consecuencia, los apretones de manos, los besos en la mejilla, la palmadita en la espalda, incluso sentarse muy cerca de otros e inclinarse para susurrarles un secreto son gestos que se han terminado, al menos durante 2020. Quiz¨¢ aparezcan nuevos rituales para sustituirlos. Tal vez veamos m¨¢s inclinaciones de cabeza, sonrisas y hasta reverencias al saludar. Es probable que se creen nuevas frases y movimientos del cuerpo, y que se difundan por las poblaciones y las sociedades. Los seres humanos somos creativos e imaginativos, y desarrollar nuevas formas de sociabilidad ha sido y seguir¨¢ siendo algo que se nos da muy bien.
Nuestro car¨¢cter social no resolver¨¢ todos nuestros problemas, pero mantener relaciones s¨®lidas y seguir con nuestras pautas culturales cotidianas de la mejor manera posible son acciones a nuestro alcance, decisivas para contribuir a seguir f¨ªsica y mentalmente sanos mientras nos esforzamos por privar al coronavirus de lugares donde vivir y propagarse. Para luchar contra la pandemia del COVID-19 podemos, y debemos, mantener viva nuestra faceta social en el distanciamiento. Con ello estaremos poniendo las condiciones para imaginar y crear un futuro mejor.
Agust¨ªn Fuentes es antrop¨®logo evolucionista, profesor de la Universidad de Notre Dame (Estados Unidos) y autor de La chispa creativa. C¨®mo la imaginaci¨®n nos hizo humanos (Ariel). Traducci¨®n de News Clips.
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