David Hockney y la m¨¢quina de enga?ar

David Hockney es un pintor apasionado por las innovaciones t¨¦cnicas, siempre pregunt¨¢ndose por las formas de renovar los modos de representaci¨®n de lo real (desde la polaroid a la fotocopiadora). En 2011 se cruz¨® con la tablet y se hizo coser un bolsillo interior en todos sus trajes para poder llevar su iPad siempre consigo. Como si fuera un estudio port¨¢til. ¡°La gente cree que la t¨¦cnica sustituye a la mano. No est¨¢ tan claro. [...] Mire este dibujo: est¨¢ hecho para la pantalla, con los medios de la pantalla, la luz de la pantalla y ha sido realizado por completo en la pantalla. No es una ilusi¨®n. Es realmente lo que es¡±, le dice el artista brit¨¢nico, con el iPad en la mano, a Jean Fr¨¦mon, presidente de la galer¨ªa Lelong, en un di¨¢logo incluido en el libro Love Life (Elba).

Su curiosidad husme¨® en los m¨¦todos t¨¦cnicos usados por los maestros antiguos. Sus conclusiones sobre c¨®mo hicieron algunos mitos para representar la realidad levantaron ampollas: est¨¢ convencido de que Vermeer us¨® una c¨¢mara oscura ¨Ct¨¦cnica del espejo en la sombra que refleja una escena muy iluminada¨C para copiar escenas reales con la mayor exactitud. ¡°Y no se lo dijo a nadie¡±, se?ala Hockney desde 2001. ¡°Los historiadores del arte no se han planteado mucho la cuesti¨®n. Pero los pintores lo saben¡±, a?ade. No duda en que los artistas guardaron el secreto una vez dominaron los instrumentos de ¨®ptica, para producir sin parar im¨¢genes. Aunque Vermeer no era de los r¨¢pidos, s¨ª cree que lo hizo para ganar tiempo y, sobre todo, para captar una expresi¨®n. Comenta que las expresiones son fugitivas y si quieres atrapar al mismo tiempo los ojos y la boca, ¡°m¨¢s vale que te des prisa¡±. Pero esta muletilla t¨¦cnica no cubre las dotes del artista. ¡°Si eres un mal dibujante, el dibujo ser¨¢ malo¡±, sostiene Hockney. El debate sobre el uso de la c¨¢mara oscura como un atajo le report¨® muchas cr¨ªticas, pero qued¨® sin zanjar.

La reivindicaci¨®n de fondo del artista brit¨¢nico era aplaudir el final de ¡°la tiran¨ªa ¨®ptica¡± y la liberaci¨®n de la pintura de la realidad, un hecho que ocurre a partir de 1839 con la llegada de la fotograf¨ªa. Al menos ¨¦l lo vive como un alivio, porque prefiere experimentar desde la memoria, con retratos r¨¢pidos y potentes, apenas abocetados, forzando los l¨ªmites, la definici¨®n y la importancia de la verdad. Convierte la exactitud en un recurso impotente. Es mucho mejor la fidelidad. Por eso Hockney, el pintor que se ha independizado de la realidad, es un artista en expansi¨®n constante, que todo lo traduce a tama?o cinemascope. Gigante. Ha habido muchos Hockney desde aquel que firm¨® Autorretrato del artista (Piscina con dos figuras), en 1971, hasta el que paisajista del Ipad, con el que pint¨® el espectacular The Arrival of Spring in Woldgate, East Yorkshire in 2011 (conservado en el Centro Pompidou de Par¨ªs). Pero es el ¨²nico capaz de arrebatarle de vez en cuando a Jeff Koons el trono del autor vivo m¨¢s cotizado. La explosi¨®n de colores ¨Cy de placer visual en la que se regodea con los nuevos medios del enga?o¨C tiene fuertes ra¨ªces en la pintura cl¨¢sica. ¡°Rembrandt tiene todo lo que un maestro necesita tener: la mano, el ojo y el coraz¨®n¡±, dice. Hockney conduce un Mercedes rojo descapotable por Mulholland Drive (Los ?ngeles). ?A qu¨¦ puede temer?

Visita virtual: The Arrival of Spring in Woldgate, East Yorkshire (2011), de David Hockney, en el Centro Pompidou (Par¨ªs).