El estudio de artista: de Warhol al confinamiento
El taller se adapta a las nuevas condiciones determinadas por el mundo que hay fuera. Un modelo que clama participaci¨®n
Hubo un tiempo en que en los estudios de los artistas no se o¨ªa ni una mosca. El silencio imperaba entre las modelos de Seurat, casi hier¨¢ticas. Tambi¨¦n cuando Josef Albers mov¨ªa los prototipos de sus cuadros en el suelo buscando composiciones de color o cuando Rodney Graham dejaba deslizar los botes de pintura manteniendo su pitillo entre los labios. Los pasos es lo ¨²nico que sonaba entre las cuatro paredes sobre las que Bruce Nauman buscaba otra dimensi¨®n del mundo. Brancusi conviv¨ªa con el silencioso blanco de sus paredes. Frida Kahlo, con las bolas del mundo sobre su mesa. Solo la mirada de Lee Krasner acompa?aba el dripping de Jackson Pollock en su granero y el caf¨¦ los dibujos de Dorothy Iannone en la mesa de su cocina. Tambi¨¦n ese era a menudo el estudio de Marisa Merz y de un sinf¨ªn de mujeres artistas trabajando bajo otro tipo de silencio. Cuando Clarice Lispector posaba para De Chirico en su estudio de Roma, no mascullaba ni el aguarr¨¢s. Solo un grito del voceador de peri¨®dicos interrumpi¨® esa creaci¨®n para anunciar el fin de la II Guerra Mundial.
A trazo grueso, es lo que alimenta el mito de ese lugar solitario, ca¨®tico, misterioso e incluso m¨¢gico que aparece en el imaginario colectivo a la hora de pensar en los estudios de los artistas. Lugares lejanos como islas remotas. El arte conceptual le dio un giro a esa idea, tach¨¢ndola de obsoleta en los sesenta, avivada tambi¨¦n por el auge del happening, el arte de acci¨®n y los creadores del land art que se echaban a andar. Andy Warhol tambi¨¦n contribuy¨® lo suyo al abrir The Factory, su estudio en Nueva York. Desde 1963 funcion¨® en el 231 de la calle 47 de Manhattan. Luego lo traslad¨® a la sexta planta del n¨²mero 33 de Union Square. Lo importante all¨ª no eran las obras que hac¨ªa Warhol, sino la vida que transcurr¨ªa en torno a ellas: una idea de comunidad que hoy sigue siendo el pulm¨®n para muchos espacios de creaci¨®n.
Los estudios de artista se han acoplado a las virtudes y debilidades del mundo global. La interconexi¨®n es total, pero tambi¨¦n la interdependencia. En la tarea casi imposible de tener un espacio propio de trabajo, los talleres se comparten y se financian entre muchos, creando familias enteras de artistas que huyen del centro buscando viabilidad para trabajar, no sin antes tirar de marketing al organizar un sinf¨ªn de eventos, presentaciones y actividades. Ah¨ª est¨¢n Nave Oporto y Mala Fama en el barrio de Oporto de Madrid, una zona a la que se trasladan cada vez m¨¢s artistas que viven en la capital. Tambi¨¦n el proyecto Salamina, as¨ª como todos los espacios art¨ªsticos que han aterrizado en L¡¯Hospitalet de Llobregat, convertidos ya en f¨¢bricas de creaci¨®n a las afueras de Barcelona.
Hoy el taller es una idea m¨¢s que un lugar. Una libreta, una esquina, una pyme, una tarjeta de memoria, el hueco bajo la cama. Del carrito Boby 3 de Joe Colombo donde todo lo guarda Isidoro Valc¨¢rcel Medina en su peque?o piso en Madrid al Studio Olafur Eliasson en Berl¨ªn con 120 asistentes, las opciones se disparan con espacios llenos de posibilidades y polaridades. Poco se habla de la cuesti¨®n de clase y la categor¨ªa vip que confiere tener esa habitaci¨®n propia desde la que comunicarte con el mundo sin pensar en gastos de alquiler ni c¨®mo financiar una estancia fuera. Eso tambi¨¦n determina qu¨¦ tipo de estudio puede uno necesitar o tener.
Ya en los noventa, los artistas hablaban del pos?estudio: un espacio al que no siempre se vuelve, tan cambiante como los tiempos que corren, tan performativo como la propia art¨ªstica. No hay nada rom¨¢ntico ah¨ª, sino la practicidad de quien piensa en c¨®mo adaptarse a los tiempos. En esa comidilla est¨¢n artistas como Pawel Althamer, Tino Sehgal, Artur Zmijewski o Joe Scanlan, tratando de rejuvenecer el estudio como un lugar de producci¨®n para pensar algunas de las cuestiones intr¨ªnsecas de la labor del artista: ?qu¨¦ significa trabajar? ?Qu¨¦ supone ser productivo? ?La rutina augura alg¨²n tipo de ¨¦xito? ?La disciplina tiene un valor positivo? ?Tener un espacio es sin¨®nimo de visibilidad? ?Cu¨¢l es el horario del artista? Y, sobre todo, ?qu¨¦ ocurre cuando no puedes ir a trabajar porque debes quedarte en casa?
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