Por qu¨¦ quedan libres los polic¨ªas asesinos
El escritor afroamericano Ishmael Reed sostiene en este art¨ªculo que la sociedad estadounidense avala la brutalidad de las fuerzas del orden contra las minor¨ªas
La reacci¨®n al asesinato de George Floyd a manos de Derek Chauvin, un polic¨ªa de Mine¨¢polis, sigue un patr¨®n hist¨®rico.
El departamento de polic¨ªa de la ciudad minti¨® sobre las circunstancias que desembocaron en el asesinato. Se puso en tela de juicio el car¨¢cter de la v¨ªctima. La familia de Floyd contrat¨® a un pat¨®logo privado, el prestigioso Michael Baden, para que hiciera la autopsia porque, en otros casos, los forenses oficiales han mentido para proteger a la polic¨ªa. Primero, dijeron que estaba mal del coraz¨®n y eso lo hab¨ªa matado. Luego dijeron que estaba drogado y, por ¨²ltimo, dijeron que ten¨ªa el coronavirus. El lunes 1 de junio se dieron a conocer las conclusiones de dicha autopsia, que demostraban que George Floyd muri¨® por asfixia causada por los cuatro agentes. El doctor Baden, a diferencia del forense oficial, dictamin¨® que George Floyd hab¨ªa muerto asesinado y que sus arterias estaban perfectamente. Adem¨¢s, el 1 de junio tambi¨¦n se inform¨® de que, en ocasiones anteriores, la polic¨ªa de Mine¨¢polis ha utilizado esa presi¨®n en el cuello de forma desmesurada contra personas negras. Minnesota fue un basti¨®n del Ku Klux Klan en los a?os veinte del siglo pasado.
El fiscal del Estado, por su parte, declar¨® que el asesino no hab¨ªa cometido ning¨²n crimen sin ni siquiera haber examinado las pruebas. Como suele ocurrir cuando un polic¨ªa asesina a un civil, el sindicato de polic¨ªa apoy¨® al asesino. En Estados Unidos, los sindicatos de polic¨ªa tienen muchas veces m¨¢s poder que los dirigentes civiles de las ciudades, y a veces incluso los amenazan. Cuando David Dinkins, un hombre negro, era alcalde de Nueva York, la polic¨ªa organiz¨® una revuelta contra ¨¦l.
Se ha pedido al FBI que asuma la investigaci¨®n del asesinato de ?Floyd, como si eso pudiera garantizarle a su familia un resultado justo. Pero el Departamento de Justicia, en la actualidad, est¨¢ encabezado por el fiscal general (ministro de Justicia) William Barr, que recientemente dijo que las comunidades que no respetan a la polic¨ªa no deber¨ªan recibir ninguna protecci¨®n. Cuando los abogados de su propio departamento pidieron que se acusara a Daniel Pantaleo, el polic¨ªa que asesin¨® a Eric Garner ¡ªque tambi¨¦n muri¨® estrangulado¡ª, de violaci¨®n de los derechos humanos, Barr dict¨® una contraorden. Cuando el presidente Trump lleg¨® al poder, su primer fiscal general, Jeff Beauregard Sessions, revoc¨® todas las reformas policiales instauradas por el presidente Obama. P. G. T. Beauregard es el nombre de un famoso general ?confederado.
El 30 de mayo, cuando Barr hizo por fin una declaraci¨®n sobre el crimen, responsabiliz¨® de los actos violentos a extremistas de izquierdas, haciendo caso omiso del hecho de que las autoridades de Minnesota hab¨ªan dicho que grupos de nacionalistas blancos, a los que el presidente Trump considera ¡°buena gente¡±, hab¨ªan contribuido a los disturbios. Entre el 20% de grupos violentos que llegaron a la ciudad procedentes de otros sitios estaba un grupo blanco llamado los Boogaloo Boys, cuyo objetivo es fomentar una segunda guerra civil en Estados Unidos. Otro grupo de extrema derecha tambi¨¦n presente fue el de los aceleracionistas: ¡°El perfil demogr¨¢fico de ese grupo destructivo, formado sobre todo por j¨®venes blancos, coincide m¨¢s con el movimiento de los aceleracionistas que con el de Black Lives Matter. Los aceleracionistas, si no conocen el t¨¦rmino, son un subgrupo extremista del nacionalismo blanco cuyo prop¨®sito es crear caos y destrucci¨®n¡±. Ninguno de estos grupos ha sido designado como organizaci¨®n terrorista.
El presidente Trump, que ha aprobado la brutalidad policial, dio a entender que quiz¨¢ se disparar¨ªa contra los manifestantes, una sugerencia sobre la que m¨¢s tarde dijo que no iba en serio o que se hab¨ªa malinterpretado. Presumi¨® de que, si los Estados no eran capaces de cortar la violencia, enviar¨ªa al Ej¨¦rcito. Los expertos aseguran que semejante medida ser¨ªa anticonstitucional. El lunes 1 de junio, el presidente orden¨® que arrojaran gases irritantes contra unos manifestantes pac¨ªficos para poder montar un n¨²mero propagand¨ªstico. Atraves¨® la calle para posar delante de una iglesia sosteniendo una Biblia. Fue idea de su hija Ivanka, que, en comparaci¨®n, hace que Maria Antonieta parezca una pobretona. Llevaba la Biblia en un bolso MaxMara que cuesta 1.540 d¨®lares.
La mayor¨ªa nacionalista blanca que domina el Tribunal Supremo, igual que el fiscal general, ha otorgado inmunidad a los polic¨ªas que matan negros. La reacci¨®n de los medios tambi¨¦n es previsible. Siempre explican estos asesinatos como obra de ¡°unas cuantas manzanas podridas¡± dentro de las fuerzas del orden, una idea refutada por un estudio de The Plain View Project que ha examinado las intervenciones de miles de agentes de polic¨ªa en las redes sociales. La investigaci¨®n descubri¨® que los comentarios representaban ¡°una conducta inquietante en una base de datos repleta de im¨¢genes y memes racistas y, en algunos casos, largos y corrosivos intercambios de opiniones entre m¨²ltiples agentes¡±. Tambi¨¦n salieron a la luz intervenciones muy preo?cupantes de diversos miembros de la polic¨ªa de San Francisco: ¡°¡ los mensajes en los que un tr¨ªo de agentes del Departamento de Polic¨ªa de San Francisco llamaba a las minor¨ªas ¡®b¨¢rbaros¡¯, ¡®cucarachas¡¯ y otros insultos deber¨ªan ser motivo para revisar ampliamente investigaciones criminales pasadas en busca de posibles prejuicios raciales, seg¨²n el defensor p¨²blico de la ciudad¡±.
En Estados Unidos, la polic¨ªa, que est¨¢ infiltrada por nazis y miembros del KKK, est¨¢ por encima de la ley, y por eso las fuerzas de mi ciudad pueden seguir desafiando los mandatos federales que tratan de reformarlas. Est¨¢ claro que hay que expulsar a los nazis y a los simpatizantes del KKK presentes en todos los departamentos de polic¨ªa del pa¨ªs.
Los medios de comunicaci¨®n estadounidenses, por su parte, tienen un atraso de 50 a?os con respecto al sur en cuesti¨®n de diversidad, de modo que los que han seguido la historia de George Floyd desde el principio no tienen ni idea de c¨®mo vive un hombre negro. A m¨ª me tratan diferente por el color de mi piel todos los d¨ªas. Incluso estuve sometido a vigilancia por la polic¨ªa universitaria de la Universidad de California, que me par¨® en varias ocasiones a pesar de dar clase all¨ª durante 35 a?os. Los pocos negros a los que el p¨²blico blanco considera menos ofensivos ¡ªartistas, deportistas, intelectuales y te¨®cratas¡ª han intentado educar a los que James Baldwin denominaba ¡°el coro de los inocentes¡± sobre los abusos que comete la polic¨ªa con los negros. Lo que no mencionan esos ac¨®litos de Baldwin es que, cuando ¨¦l public¨® su novela Dime cu¨¢nto hace que el tren se fue (1968), estaba ya harto de tratar de redimir a la gente y de los progresistas que le defend¨ªan. La gente a la que se ha invitado a comentar el asesinato de George Floyd consiste, en su mayor¨ªa, en hombres blancos y mujeres blancas y negras, adem¨¢s de algunas personas de otras razas, que no tienen ni la menor idea de lo que supone ser un hombre negro en Estados Unidos. Los medios consideran que son menos conflictivos que los hombres negros.
Los medios de comunicaci¨®n, que han apoyado a los que protestan en Hong Kong, ha n condenado los disturbios provocados en Estados Unidos por el asesinato de George Floyd. Los motines no sirven de nada, solo para mejorar la popularidad del presidente. Los que cometen actos violentos durante las manifestaciones en mi ciudad, Oakland, en California, son j¨®venes blancos procedentes de barrios residenciales. Cuando los medios informan sobre los disturbios destacan a los saqueadores negros, cuando muchos de ellos son blancos. Durante los des¨®rdenes que siguieron a la absoluci¨®n del polic¨ªa que hab¨ªa dado una paliza a Rodney King, el alcalde de San Francisco, antiguo polic¨ªa, reprendi¨® a los manifestantes blancos por no mostrarse tan contenidos como los negros.
Como era de esperar, los medios, siguiendo las instrucciones de sus due?os multimillonarios, se han detenido en todas las heridas sufridas por la polic¨ªa, pero casi no han hablado de los malos tratos infligidos por los agentes a los manifestantes en Nueva York, Atlanta y otras ciudades. Por desgracia, esa preocupaci¨®n por el bienestar de la polic¨ªa no ha sido rec¨ªproca. En Atlanta arrestaron a un periodista negro de CNN con su equipo. Tambi¨¦n se ha visto a un polic¨ªa disparar balas de goma contra un equipo de televisi¨®n. Al fin y al cabo, Trump dice siempre a sus seguidores que los medios, y en especial CNN, son enemigos del pueblo.
Los medios tampoco dijeron nada sobre los m¨¢s de 1.000 civiles asesinados el a?o pasado por la polic¨ªa. Entre ellos hab¨ªa negros, hispanos e indios americanos, v¨ªctimas habituales de la brutalidad policial porque todav¨ªa se los castiga por haberse resistido a la invasi¨®n. Los medios han ignorado el incre¨ªble n¨²mero de violaciones que sufren las mujeres indias por parte de hombres blancos.
El 31 de mayo, por fin, The New York Times public¨® ejemplos de brutalidad policial que demostraban que la polic¨ªa no era inocente y que estaba exhibiendo la agresividad contra la que se hab¨ªan convocado las manifestaciones. ¡°Varios v¨ªdeos muestran a agentes de polic¨ªa en noches recientes utilizando porras, gas lacrim¨®geno, gas pimienta y balas de goma contra manifestantes, espectadores y periodistas, a menudo sin avisar o aparentemente sin provocaci¨®n. Las im¨¢genes, muy difundidas en Internet, ponen de relieve precisamente las quejas por el comportamiento policial que han suscitado protestas en un m¨ªnimo de 75 ciudades de todo Estados Unidos¡±.
El exvicepresidente Joe Biden se equivoc¨® al decir que la mayor¨ªa de los estadounidenses condena las acciones de la polic¨ªa. La polic¨ªa tiene la sensaci¨®n de que la mayor¨ªa de los estadounidenses blancos le ha autorizado a hacer lo que quiera contra las minor¨ªas. Y tiene raz¨®n. El objetivo de los hombres blancos armados, desde las colonias del siglo XVII hasta ahora, ha sido siempre proteger a ¡°la familia blanca virtuosa¡±, en especial a las mujeres blancas, el grupo m¨¢s seguro del pa¨ªs. Por eso Donald Trump obtuvo el 53% de los votos de las mujeres blancas. Entre las mujeres blancas con educaci¨®n universitaria, Clinton le aventaj¨® solo en un 7%. Las mujeres blancas escogieron la raza por encima del g¨¦nero. Trump consigui¨® su voto en cuanto dijo que a trav¨¦s de la frontera estaban entrando violadores mexicanos.
Por ¨²ltimo, incluso aunque un jurado de Mine¨¢polis condene a los cuatro polic¨ªas que asesinaron a George Floyd, sus abogados siempre podr¨¢n apelar ante un jurado blanco y de clase media. En la experiencia de los negros, los jurados exclusivamente blancos equivalen a sabuesos y sogas.
Ishmael Reed es escritor, autor de Mumbo Jumbo y profesor distinguido del California College of the Arts. Traducci¨®n de M? Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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