Rompedoras (II): Mina, la voz insumisa y torrencial de Italia
Perseguida por la fama y la sociedad conservadora, la cantante forma parte de esta serie de verano que reivindica a grandes pioneras a¨²n vivas de la m¨²sica popular
Italia est¨¢ llena de monumentos, aunque uno de ellos reside en Suiza por voluntad propia y oculto a los ojos de todos. Mina, la voz femenina m¨¢s representativa de la gran canci¨®n italiana, lleva d¨¦cadas refugiada en la ciudad suiza de Lugano. Despu¨¦s de haber sufrido el acoso y derribo de los sectores m¨¢s conservadores de la sociedad y la prensa sensacionalista, decidi¨® desaparecer de la vida p¨²blica, aunque no de la m¨²sica. Afortunadamente. Porque Mina es a la m¨²sica italiana lo que el Coliseo a Roma: un s¨ªmbolo.
Dentro del rico legado italiano, que desde mediados de los cincuenta asoci¨® su variedad folcl¨®rica con el jazz, el rock y el pop moderno de influencia anglosajona, la cantante norte?a no ha dejado de ser una artista referencial, dispuesta siempre a no encasillarse. Hubiese sido f¨¢cil: su temprano ¨¦xito como int¨¦rprete de pop mel¨®dico, pero sobre todo su car¨¢cter imponente, pod¨ªan haberle permitido vivir de la f¨®rmula hasta nuestros d¨ªas. Sin embargo, Mina siempre fue por delante de los dem¨¢s, aunque hubiese altibajos en su carrera.
Al principio, lo fue cuando triunf¨® y tuvo que enfrentarse al esc¨¢ndalo. Con Il cielo in una stanza, uno de sus primeros ¨¦xitos, levant¨® pol¨¦mica porque elud¨ªa a una relaci¨®n sexual en boca de una mujer. La Italia cat¨®lica y rancia ya la marc¨® desde entonces. Fue a peor cuando en 1963 se supo que estaba embarazada del actor Corrado Pani, quien estaba casado, aunque ya no viv¨ªa con su mujer. El ensa?amiento cay¨® sobre ella mucho m¨¢s que sobre ¨¦l. Fue tachada por la prensa de ¡°pecadora¡± y la RAI impuso un veto de dos a?os. Pero la presi¨®n del p¨²blico oblig¨® a levantar el veto y Mina volvi¨® a salir en la televisi¨®n italiana en 1964.
Era la fuerza innata de una fiera, a la que se le puso el mote de La Tigresa de Cremona, localidad donde creci¨®. Cuando Mina cantaba ard¨ªan hasta los polos. Su voz resonaba como un inmenso campanario. No solo era el principal instrumento de la canci¨®n, sino que, cuando se decid¨ªa a romper, encumbr¨¢ndose en crescendos, pareciese que sonase desde un olimpo. Lloraba con fuerza de mares, re¨ªa como un vendaval y, siempre intensa y desatada, atravesaba como si fuera la ¨²ltima vez que iba a o¨ªrse en este mundo. Un mundo que en su voz condesaba, como en el cine de Fellini, todo el alocado espect¨¢culo de sinsabores, contradicciones y desajustes de la condici¨®n humana. Si la canci¨®n italiana siempre ha tenido un profundo car¨¢cter teatral, Mina era puro teatro. El m¨¢s puro y elevado teatro.
M¨¢s all¨¢ de acosos, con los paparazzi persigui¨¦ndola en la cresta de su carrera a finales de los sesenta y principios de los setenta, Mina tambi¨¦n ha ido por delante de los dem¨¢s porque su discograf¨ªa es tan torrencial como su voz. Con decenas de ¨¢lbumes publicados, la cantante rompi¨® las ataduras de la canci¨®n italiana para explorar numerosos estilos. Ha combinado la m¨²sica tradicional y la mel¨®dica con g¨¦neros como el swing, el twist, el blues, el jazz, el rhythm and blues, la canci¨®n napolitana, la bossa nova y el rock and roll. Y, mientras tanto, siempre ha ido variando su imagen, jugando al despiste o ri¨¦ndose de s¨ª misma, recreando distintos personajes, hasta el punto de que en una portada de uno de sus discos sal¨ªa con barba burl¨¢ndose de sus detractores.
Hoy, Mina, a sus 80 a?os, vive en Suiza, pero lo sorprendente es que lleva desde 1978 recluida de la vida p¨²blica. Solo se la ha visto en dos ocasiones: en un v¨ªdeo en su estudio de grabaci¨®n en 2001 y en el festival de San Remo en 2009 en el que actu¨® mediante un holograma. Hasta para regresar ha hecho lo que ha querido, sin importarle las expectativas de todo el mundo. Su reclusi¨®n puede responder a varios factores, m¨¢s all¨¢ de que, a?os antes de desaparecer, vino quej¨¢ndose de las persecuciones de la fama y las exigencias de ser una estrella al servicio del espect¨¢culo de la m¨²sica.
Qu¨¦ importa eso ya cuando ha demostrado que su m¨²sica pervive sin su figura p¨²blica. Cuando sus canciones siguen brillando por rincones insospechados. Qu¨¦ importa d¨®nde est¨¢ Mina cuando es en su voz desgarr¨¢ndose entre ventiscas donde, como un monumento de la Antigua Roma, se contempla la grandeza de la vida.
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