La oruga fuma y los dem¨®cratas son sat¨¢nicos
Trump no solo viol¨® la verdad sino tambi¨¦n la verosimilitud que al menos salva la buena literatura
La verdad no es materia esencial en literatura, pues los hechos, sentimientos y giros han pasado por la mano arbitraria del autor, por la memoria el¨¢stica de sus personajes y por las contradicciones de la esencia humana, tan retorcida como la propia vida. Si ¨¦sta es pu?etera en general, c¨®mo no va a serlo en esa especie de contrato de arras entre un autor que ofrece una construcci¨®n y un lector que acepta el juego para disfrutar, para evadirse o para aproximarse a la realidad de una forma m¨¢s digerible que la de verdad. Hablamos de ficci¨®n, claro.
Otro asunto es la verosimilitud. En el juego establecido en ese contrato no escrito entre autor y lector, la regla principal es que todo sea cre¨ªble, que las casillas del tablero se salten sin trampas porque, si aparecen, al escritor se le caer¨¢ la credibilidad. Hasta el g¨¦nero del absurdo tiene sus dados.
Verdad. Verosimilitud. Credibilidad. Ya hemos sacado a la mesa tres palabras importantes, men¨² b¨¢sico de la convivencia porque la vida fuera de ellas es desgraciada y peor. En literatura, dec¨ªamos, la clave es la verosimilitud, no la verdad. En pol¨ªtica cre¨ªamos que el m¨ªnimo exigible era la verdad, pero el rizo que ha dado Trump a la historia no solo no ha incluido la verdad en el men¨² sino que, como en un p¨¦simo libro al que le fallan las costuras, tampoco la verosimilitud. En la bandeja, todo podrido.
¡°Hay verdades y hay mentiras¡±, dijo Biden en su discurso de inauguraci¨®n. Y la obviedad fue necesaria porque una de las recetas del trumpismo consiste en arrojarte no las pruebas de los ¡°hechos alternativos¡± que defienden, sino el reto de que t¨² demuestres que hay pruebas de lo contrario. Es su coletilla. La subversi¨®n de la verdad al cuadrado.
John Matze, jefe de la plataforma ultraderechista Parler en la que se movilizaron los trumpistas hasta desembocar en la toma del Capitolio, ha protagonizado un momento importante de este tiempo hist¨®rico en la entrevista que le hace Kara Swisher para su podcast en The New York Times. Quien hoy quiera estar informado de lo que est¨¢ pasando, debe escucharlo. Buena pieza de periodismo. El di¨¢logo es un choque clarificador entre la verdad y la ¡°verdad alternativa¡±, que no es otra cosa que la mentira. Brillante desenmascaramiento en el que hay que reconocer que Matze no se queda nunca sin respuesta, porque llega un momento en que a preguntas sobre qu¨¦ prueba tiene para defender su afirmaci¨®n, el jefe de Parler dice tan contento: ¡°?Y qu¨¦ prueba tiene usted de que eso no ha ocurrido?¡± Y ah¨ª est¨¢ el choque que estamos viviendo. Entre la verdad y la mentira, que ha costado a Parler su expulsi¨®n de Amazon.
Pero habl¨¢bamos de verdad (ya traicionada) y habl¨¢bamos de verosimilitud (tambi¨¦n). ?Qu¨¦ ha ocurrido para que muchos trumpistas crean que los dem¨®cratas son una secta de sat¨¢nicos ped¨®filos o que hubo fraude electoral? ?En qu¨¦ momento cambi¨® el tablero de juego para que, en lugar de saltar las casillas, algunos acepten que un conejo hable, que una oruga fume, que se crece o se mengua, como en Alicia en el pa¨ªs de las maravillas, sin sorprenderse por ello?
Verdad es la esencia del periodismo, la pol¨ªtica, la historia. Verosimilitud, la de la buena literatura. Trump no solo viol¨® la verdad sino tambi¨¦n la verosimilitud que al menos salva esa buena literatura. Ni la una ni la otra tuvieron sitio bajo el manto de Trump, que educ¨® otros instintos a los que, ahora, a ver qui¨¦n les echa el galgo.
Babelia
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