Secreto de mente y piernas

A simple vista, es probable que la pel¨ªcula de terror La maldici¨®n de Lake Manor, debut en el largometraje del italiano Roberto De Feo, sea percibida como poseedora de una ¨²nica (y muy buena) idea, pero que aupada en el misterio que transmite y en el enigma que guarda hasta un preciso final, del que nos guardaremos las pistas, no contenga muchos m¨¢s valores. Falsa idea. Y aunque es verdad que De Feo, autor tambi¨¦n de la historia, sostiene su relato a partir de las pesquisas que los espectadores vamos haciendo conforme avanza, con m¨ªnima informaci¨®n acerca de los personajes y del entramado argumental, la pel¨ªcula aglutina tambi¨¦n otras virtudes.

El engranaje es de terror g¨®tico: casona solitaria; ni?o en silla de ruedas con par¨¢lisis en las piernas e infinita curiosidad por el mundo, al que le tienen prohibido salir al exterior; madre posesiva y castradora, bell¨ªsima y con un singular sadismo. Sin embargo, la utilizaci¨®n de la fotograf¨ªa y del color entronca con el giallo: rotundos verdes en el interior y rojos en el exterior. Como a?adidos, una bonita trama acerca del despertar afectivo, amoroso y sexual del ni?o por una cr¨ªa algo mayor, que entra a trabajar en la mansi¨®n como criada, y unos ribetes de lucha de clases entre los de arriba, la due?a de la casa y su inquietante mano derecha, y los de abajo, los que all¨ª trabajan para el mantenimiento de un estatus de poder y para la conservaci¨®n del gran secreto.

Con ecos de La ca¨ªda de la casa Usher, de Edgar Allan Poe, de El bosque, de M. Night Shyamalan, curiosos anacronismos en un tiempo nunca conocido ¡ªtel¨¦fonos de los a?os sesenta, papel pintado de los setenta, iPods de principios del siglo XXI¡ª, y una estupenda utilizaci¨®n de las m¨²sicas dieg¨¦ticas, las que suenan desde dentro ¡ªla Sonata para piano n? 14, de Beethoven, junto a Where Is My Mind?, de los Pixies¡ª, La maldici¨®n de Lake Manor se eleva sobre su solo aparente parsimonia. Y De Feo es capaz de resumir toda su historia en una digresi¨®n que en principio no parece tener mucho sentido, un cuentito sobre caballos y cerdos que un trabajador le cuenta a otro, pero que esconde lo que no acabamos de ver, pero s¨ª empezamos a sospechar.