El pintor humillado
La singularidad de la existencia y de la obra art¨ªstica del ingl¨¦s L. S. Lowry no merec¨ªa una pel¨ªcula tan mustia
La singularidad de la existencia y de la obra pict¨®rica del ingl¨¦s L. S. Lowry no merec¨ªa una pel¨ªcula tan mustia como La sra. Lowry e hijo. Popular¨ªsimo durante las d¨¦cadas centrales del siglo XX, menospreciado por la cr¨ªtica, que no pasaba de considerarlo un artista provinciano y amateur, y recientemente reivindicado por la Tate Britain con una retrospectiva, Lowry pintaba los paisajes industriales del Norte de Inglaterra con la ingenuidad de un ni?o, trazos infantiles, colores apagados...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
La singularidad de la existencia y de la obra pict¨®rica del ingl¨¦s L. S. Lowry no merec¨ªa una pel¨ªcula tan mustia como La sra. Lowry e hijo. Popular¨ªsimo durante las d¨¦cadas centrales del siglo XX, menospreciado por la cr¨ªtica, que no pasaba de considerarlo un artista provinciano y amateur, y recientemente reivindicado por la Tate Britain con una retrospectiva, Lowry pintaba los paisajes industriales del Norte de Inglaterra con la ingenuidad de un ni?o, trazos infantiles, colores apagados, y obtuvo un triunfo tard¨ªo, entre otras cosas por el acogotamiento infligido por su anciana madre en el hogar durante a?os de compleja convivencia mutua. Y es ah¨ª, en ese tiempo de trabajo solitario, nula repercusi¨®n y cabeza gacha ante la displicencia de la persona que (menos) le quer¨ªa, donde Adrian Noble sit¨²a su tercera pel¨ªcula.
Es La sra. Lowry e hijo una obra de c¨¢mara de apenas dos personajes, monocorde y monocroma, que por sus peculiaridades parece estar basada en una obra de teatro pero que est¨¢ escrita directamente para la pantalla por Martyn Hesford, en su primer libreto para cine. ¡°Me arrebataste la vida en cuanto te conceb¨ª¡±, llega a espetarle la se?ora, interpretada con su habitual rectitud por Vanessa Redgrave, a su casi cincuent¨®n hijo, sin relaciones m¨¢s all¨¢ de la adoraci¨®n (sin motivos) a su postrada en la cama madre, soltero, virginal y sin amigos, al que pone rostro y gesto de perro pach¨®n Timothy Spall. Sin embargo, pese a sus posibilidades dram¨¢ticas, el guion de Hesford avanza siempre en un mismo registro, de un mon¨®tono trist¨®n con a¨²n menos personalidad que la de su protagonista. Una narrativa a la que se a?aden una serie de flashbacks y enso?aciones discutiblemente ensambladas por su director en la fase de montaje.
Al tono marr¨®n de toda la pel¨ªcula (de la fotograf¨ªa, del vestuario y hasta del papel pintado de la casa), y a las sucesivas humillaciones de la madre, Noble impone un montaje basado en largos encadenados, mucho m¨¢s a?ejos que elegantes, con innumerables planos de feas im¨¢genes superpuestas que hacen que la pel¨ªcula, en lugar de fluir, ande estancada todo el relato. ¡°Pinto lo que veo, lo que siento¡±, dice Lowry unas cuantas veces. Pero en la pel¨ªcula sobre su figura apenas hay sentimiento ni mirada.
LA SRA. LOWRY E HIJO
Direcci¨®n: Adrian Noble.
Int¨¦rpretes: Timothy Spall, Vanessa Redgrave, Stephen Lord, Wendy Morgan.
G¨¦nero: drama. Reino Unido, 2019.
Duraci¨®n: 91 minutos.