Marilia Samper: lo que no se dice
La directora teatral brasile?a lleva a las tablas una obra de dos personas sobre las complejidades del consentimiento
Marilia Samper est¨¢ preparando una nueva obra. La anterior, La alegr¨ªa, la estren¨® en 2017, en la Beckett. Gust¨® y conect¨® mucho con el p¨²blico, pero no gir¨® por Espa?a: injustamente, a mi juicio. La siguiente funci¨®n se llamar¨¢ El que no es diu (Lo que no se dice). Se har¨¢ el pr¨®ximo mayo, tambi¨¦n en la Beckett, y ha salido adelante, me cuenta, ¡°porque la ha coproducido ...
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Marilia Samper est¨¢ preparando una nueva obra. La anterior, La alegr¨ªa, la estren¨® en 2017, en la Beckett. Gust¨® y conect¨® mucho con el p¨²blico, pero no gir¨® por Espa?a: injustamente, a mi juicio. La siguiente funci¨®n se llamar¨¢ El que no es diu (Lo que no se dice). Se har¨¢ el pr¨®ximo mayo, tambi¨¦n en la Beckett, y ha salido adelante, me cuenta, ¡°porque la ha coproducido Marta Buchaca. Los int¨¦rpretes son Muguet Franc y Xavi S¨¢ez. Las conexiones que tenemos son muy r¨¢pidas. Y no son f¨¢ciles, porque tras La alegr¨ªa estamos haciendo una obra que se mueve en el terreno opuesto¡±.
La llamaron los organizadores del torneo de dramaturgia en Madrid y le propusieron participar. Se hace en el Espa?ol, pero la iniciativa es de la productora La Zona. Me dice Samper: ¡°Es curioso, porque a m¨ª no me enloquece escribir. Hay algo de tortura. He de tener muy buenas razones para escribir. Yo puedo ser m¨¢s mercenaria en la direcci¨®n¡±. Le dijeron: ¡°Solo dos actores y sin acotaciones¡±. Pens¨®: ¡°Puedo inventar algo. Vale, dos actores, pero que hagan varios personajes. Me entraron ganas de jugar con las convenciones: el pacto que establezcamos con el p¨²blico¡±.
¡®Consentimiento¡¯: una violaci¨®n con el p¨²blico del teatro como juez
Su idea de origen fue, y es, una conversaci¨®n sobre el consentimiento y la violencia sexual, ¡°y la fina l¨ªnea que separa ambas¡±. De eso va la obra, se?ala. ¡°De las agresiones que van haciendo m¨¢s da?o al da?o¡ Necesitaba mostrar c¨®mo pueden reaccionar el entorno, unos padres, algunos amigos¡ as¨ª, de repente, los personajes est¨¢n en tiempo presente. Son adultos, hasta que, por convenci¨®n teatral, les vemos en otro momento, otra ¨¦poca, y son otros. Sin acotaciones, sin convertirse, sin caracterizarse¡±. Es una conversaci¨®n en la que se produce una transformaci¨®n en los dos. El final de uno puede ser el principio de otro. ¡°Vivimos en un tiempo¡±, dice Samper, ¡°en el que se est¨¢ reduciendo el consentimiento a un s¨ª o un no, y es mucho m¨¢s que eso. Hay un momento en el que mucha gente acata porque cree que no tiene otra opci¨®n¡±. Hay un recuerdo de una agresi¨®n de a?os atr¨¢s. Y no puedo contar m¨¢s. Algo comienza a despertar.
¡°A m¨ª me gustar¨ªa¡±, vuelve Samper, ¡°que los espectadores tuvieran conciencia de cu¨¢ndo han sido agredidos y cu¨¢ndo agresores. Es tan cotidiano, se ha normalizado tanto que ya no lo percibimos como una agresi¨®n. Hay algo que no se dice entre ellos porque no se suele decir. Es dif¨ªcil conseguir que te crean cuando has sido agredido. El silencio que crece en torno a eso. Y han elaborado un imaginario er¨®tico en torno a la violencia sexual. Algo que todav¨ªa estamos entendiendo. Y atendiendo. ?Sumisi¨®n ser¨ªa la palabra? Nuestro pasado de agresiones sufridas es terror¨ªfico¡±. Para Marilia Samper, a veces se entiende m¨¢s viendo y oyendo a los personajes que ley¨¦ndoles. ¡°Y lo que forma parte del territorio emocional, de la comunicaci¨®n no verbal. En la lectura del texto en el Espa?ol se cre¨® una tensi¨®n muy intensa. Muchos se quedaron hasta muy tarde. Y no olvido a quien dijo ¡®Me di cuenta de que yo hice eso¡±.